El gobierno ya tiene planeado el golpe final para las provincias que todavía publican sus propios índices de inflación. Desde el intervenido Indec que dirigen Ana María Edwin y Norberto Itzcovich, los funcionarios de Economía están orquestando la creación del flamante Índice de Precios al Consumidor (IPC) Nacional que se presentará al FMI antes de fin de mes, que llevará a que los distritos que se mantuvieron de alguna u otra manera alejados de la intervención a dejar de producir sus propios datos.

“Más que los índices de las consultoras, los índices de las provincias es el dato que más molesta al gobierno, por eso buscan encorsetarlas”, confió a LPO una fuente gremial.

Por ejemplo, las publicaciones de San Luis y Santa Fe mostraron números que contradicen los indicadores oficiales inverosímiles de la Capital y el Gran Buenos Aires. La inflación registrada por estos distritos es de más de más del doble, pero menor a la de las consultoras privadas que difunden diputados opositores todos los meses.

Según pudo saber LPO, el nuevo índice se empezó a aplicar en Neuquén, en donde ya hubo problemas en su implementación. En Santa Fe estaría teniendo mejores resultados, aunque como implica más horas de trabajo, generó conflictos salariales. Por su parte, San Luis buscaría mantener su índice provincial en paralelo al IPC Nacional.

En diálogo con este medio, la ex coordinadora del Indec Marcela Almeida coincidió con ese diagnóstico. El nuevo índice “va a tener esa consecuencia” sobre las pocas provincias que todavía publican los números propios, aseguró. “¿Para qué lo van a seguir publicando si hay uno nacional?”, se preguntó.

Almeida fue desplazada de su cargo a principios de año pero recientemente la Cámara ratificó que debe volver a su puesto, y que cese el "contrato basura" en el que había sido enmarcada por oponerse a la intervención.

Tanto Almeida como otros especialistas desconfían de los resultados que puedan salir de los nuevos cálculos, porque los encargados son los mismos que vienen manipulando los datos desde el 2007, dicen. "Ni siquiera en el instituto está claro quiénes están trabajando en el tema", disparó Almeida.

“No es un problema metodológico, sino que los datos se tergiversan”, afirmó. Eso fue lo que también sostuvo, entre otros, el informe del CAES (Consejo Académico de Estudio y Seguimiento) compuesto de cinco universidades nacionales designadas por el Gobierno (Universidad de Buenos Aires, Tucumán, Mar del Plata, Tres de Febrero y Rosario), en donde se acusó al gobierno de manipular las cifras tanto en los precios que se incorporan en la base de datos como en su procesamiento.

En ese sentido, la continuidad de Guillermo Moreno en su cargo de Secretario de Comercio es una señal de que por el momento no hay muchas posibilidades de que se admitan cifras de inflación más cercanas a la realidad. Además, según publicó ayer Ámbito Financiero, los nuevos resultados estaría recién en el 2016, cuando el mandato de Cristina ya haya concluido.

La presión del FMI

Lejos de un giro en busca de reconocer la inflación, el gobierno quiere presentarle el índice al FMI antes de fin de mes para que el organismo multilateral lo trate en una sesión en noviembre. El directorio de esa entidad ya sancionó al país por las cifras de precios y del crecimiento y advirtió que podría sacarle el derecho a voto si no mostraba avances en la materia.

Para Almeida, fue el apretón del FMI lo que llevó al gobierno a apurar el índice y no un cambio en la estrategia oficial, como viene insinuando el kirchnerismo al reconocer la inflación y la inseguridad, por medio de su candidato a diputado Martín Insaurralde.

“El emprolijamiento era necesario para no quedar fuera del mundo, era parte de un proceso natural que el Indec se iba a tener que arreglar”, comentó a LPO una fuente al tanto de la situación del Indec en las provincias.

Las idas y vueltas de las provincias

Cuando Axel Kicillof calculaba la inflación por su cuenta, antes de ser funcionario, utilizaba los indicadores de 7 provincias que estuvieron al margen de la intervención de Moreno al Indec. Pero paulatinamente, los distritos se fueron alineando con el gobierno nacional y, salvo muy pocas excepciones como San Luis, dejaron de sacar sus propios números o interrumpieron sus publicaciones.

Por otro lado, este año la Capital Federal y Santa Cruz optaron por sacar un indicador propio, por fuera de la órbita del Indec.

Hoy ya casi no quedan provincias sobre las que no pesen cuestionamientos en sus cifras, ni siquiera Santa Fe. En el 2011, esa provincia había informado una suba de precios anual del 22%. En el 2012 se interrumpió la publicación durante mayo y junio, cuando la inflación había dado un 3% mensual, y a partir de ahí empezó a dar en torno al 1%, más cerca de la del Indec. Así, cerró el año con una inflación del 17%, por debajo de la registrada en el período anterior, en un año en donde la inflación estuvo lejos de reducirse. 

De todas formas, contra lo que se cree habitualmente, los números recogidos en las provincias no dependían de los gobiernos provinciales sino del gobierno nacional, aclararon las fuentes. Mientras tanto, los técnicos de cada distrito eran los encargados de confeccionar los índices autoponderados.