La economía no crece a tasas chinas, la expansión monetaria se achicó con respecto al año pasado y las últimas paritarias terminaron con aumentos moderados. Sin embargo, muchos funcionarios del gobierno se preguntan: ¿por qué la inflación no da tregua?

El economista Jorge Todesca, que dirige la consultora Finosport, tiene su explicación: el tipo de cambio oficial comenzó a devaluarse al 20 por ciento anual.

“Antes había un ancla que era el tipo de cambio, pero ahora lo vemos moverse al 20 por ciento anual. Si los otros factores que generaban inflación, como la expansión monetaria y paritarias descontroladas ya no están, es evidente que esa devaluación es la causa de la persistencia de la economía”, aseguró Todesca. "Eso quiere decir que todos los insumos importados cuestan un 20 por ciento más".

Sin embargo, la inflación ya se ha vuelto un problema crónico en la Argentina. Según explica Todesca, por más que la expansión se haya moderado este año, “nadie sabe si el mes que viene no volverá a subir si el gobierno expande el gasto en obra pública de cara a las elecciones”.

De hecho, el índice de expectativa inflacionaria que elabora la Universidad Di Tella reflejó un 30 por ciento interanual para julio, lo que indica que, por más que la inflación real se modere, en la concepción de la sociedad y los empresarios sigue siendo alta y los aumentos de precios continúan.

“Desacelerar la inflación es un proceso complejo que el gobierno no sabe abordar. Agarra una punta del hilo y se le escapa la otra: no tiene un plan integrar para afrontar el problema”, asegura Todesca. “Ya se trata de una inercia inflacionaria que no se puede frenar con medidas aisladas. Hay poca competencia interna en las industrias, pero liberar completamente las importaciones tampoco frenaría la inflación. Nadie cambia de señales tan rápidamente”, agregó.

Suben alimentos y medicina prepaga

Según un informe de la consultora Elypsis, durante el congelamiento que impuso Guillermo Moreno a partir de la segunda quincena de mayo comenzó a acelerarse el aumento de precios y durante junio tocó un pico intermensual del 3,4 por ciento. En julio se moderó a un promedio de 2,5 por ciento, aproximadamente.

La inflación en el rubro alimentos estuvo siempre por arriba del promedio. Durante julio, la escasez de trigo impulsó el aumento por arriba del 6 por ciento, y ese rubro tiene una incidencia de casi el 7 por ciento en el total de la canasta familiar, un porcentaje muy alto en comparación a otros.

“Para este mes, además de aumentos en alimentos, las cifras reflejarán subas en combustible que permitió el gobierno y en medicina prepaga, que exige otra suba para los meses que vienen”, concluye Todesca.