Sergio Massa repasa los números de la última encuesta provincial que le acercaron. Tiene una imagen positive que supera el 70 por ciento y más de 50 puntos de intención de voto pura y dura. Y todo eso sin hacer campaña.

Este sondeo ratifica para el intedente de Tigre que su decisión de postergar lo más possible una definición sobre si competirá o no en octubre como candidato a diputado, es correcta.

En principio, ni siquiera reaccionará a las provocaciones del kirchnerismo, que el viernes por la noche desembarcó en pleno en Hurlingham. Se trata del municipio que gobierna Carlos Acuña, uno de sus aliados. Allí estuvieron en el acto organizado por Juanchi Zabaleta, el vicepresidente Amado Boudou junto al jefe de Gabinete Juan Abal Medina, el ministro de Educación, Eduardo Sileoni y el “cerebro” de La Cámpora, Wado de Pedro.

“Si quieren asustarnos con Boudou y Abal Medina, todo bien”, se burlaban esta tarde en una de las intedencias que acompañan a Massa y que podrían ser el próximo objetivo del kirchnerismo.

Los diarios Clarín y la Nación publicaron este fin de semana que la Cristina Kirchner ordenó “caminarle” los distitos a los intedentes que están alineados con su ex jefe de Gabinete. San Miguel a cargo de Joaquín de la Torre y Carlos Selva de Mercedes serían los próximos destinos. Selva es la nemesis de La Cámpora porque le inflingió una derrota humillante a Juan Ignacio Ustarroz, medio hermano de Wado de Pedro.

Las versions también hablan de un acto en la propia tierra de Massa, que en su momento se encargó d erecodar que en Tigre La Cámpora sacó el 1% de los votos.

Lo cierto es que la decision de no responder por ahora las provocaciones del kirchnerismo son funcionales al intendente de Tigre que congrega un variado grupo de intendentes que vas desde el kirchnerismo racional como Gabriel Katopodis de San Martín hasta la franca oposición como Acuña o la diputada Graciela Camaño.

“Sergio se va a poner por arriba de estas peleítas y seguirá dedicado la gestión”, explicaron a LPO sus voceros y pusieron como ejemplo que este domingo se concentró en una actividad por el Día Mundial de la enfermedad celíaca.

Sin embargo, detrás de esa fachada displicente el ex jefe de Gabinete mantiene permanentes reuniones de análisis para definir que hará en octubre. “Lo que se define este año es quien se queda con el control del peronismo bonaerense, si Scioli con De Narváez o Massa con sus intendentes”, afirman cerca suyo.

Lo más importante de la definición es lo que no dice: El kirchnerismo en el análisis del massismo tiene más de pasado que de futuro. Por eso hoy es poco probable que Massa acepte encabezar la boleta del Frente para la Victoria si eventualmente Cristina se la ofreciera.

Pero esto no significa que ya haya decidido competir. Sigue meditando si un eventual triunfo en octubre es mejor plataforma para competir por las presidenciables en 2015 o por el contrario lo somete a un tiempo muerto de dos años como diputado que lo alejan de ese objetivo, mientras sufre la eventual lluvía ácida que supone le dedicará el kirchnerismo por haber sacado los pies del plato.