Fiel a si mismo, Hermes Binner intentó dar una respuesta a la gravísima crisis que traviesa el socialismo gobernante en Santa Fe por el escándalo de las bandas narcos que azolan Rosario, aunque lo hizo sin mencionar el tema.

LPO había anticipado esta semana que sus socios del Frente Amplio Progresista (FAP) no salían de su asombro cuando incluso en reuniones muy cerradas el ex candidato a presidente se quedaba virtualmente mudo cuando le preguntaban sobre la crisis narco.

La solicitada de Binner “Porqué molesta el modelo Santa Fe” parece formar parte de esa estrategia de negación del problema de la inseguridad y el narco que asola a Rosario.

La enumeración de los logros que cita Binner en su auto elogio, omite toda referencia a políticas en seguridad y lucha contra el narcotráfico que son las que están en discusión actualmente. La única referencia –muy tangencial- es la defensa de la ampliación de la formación policial de tres meses a tres años a partir de su gestión.

Sin embargo, la solicitada acaso este preparando el terreno para una respuesta más política a la crisis. Binner y su sucesor, el gobernador Antonio Bonfatti, encabezarán este martes un plenario nacional del FAP para denunciar “los ataques del kirchnerismo al socialismo”.

Desde la profundización de la crisis institucional, a partir del accionar de bandas narcos y su presunta relación con la policía provincial, el socialismo mantuvo una estrategía errática entre la negación del problema que encarna Binner a la búsqueda de nacionalizarlo adjudicándole al kirchnerismo falta de cooperación y oportunismo electoral.

Por su parte, el PJ, acusó al socialismo de falta de gestión y le echó en cara la decisión de mantener la misma estructura policial de la eradel denunciado ex jefe Tognolli. La presidenta puso la frutilla del postre cuando chicaneó al vicegobernador, el radical Jorge Henn, por las vacaciones de Bonfatti.

Sin embargo, el socialismo no tuvo más margen para seguir negando el problema a partir de la suspensión del clásico entre Newell’s y Central por los enfrentamientos de barras con la policía, que se salió de control y reprimió hasta familias que pasaban el rato en el club. El episodió reflejó por primera vez la tensión hacia el interior del socialismo –se cruzaron la Municipalidad y la Provincia- y la intendenta de Rosario Mónica Fein tuvo que anticipar sus vacaciones.

El líder socialista de Rosario, Miguel Lifschitz, enfrentado con Binner, salió a marcar la cancha hacia adentro y aconsejó al gobierno provincial instrumentar una profunda reforma policial. El ex intendente socialista tomó distancias del discurso que se ensaya a nivel nacional y centró el problema en la necesidad de una “reforma integral de la policía” según publicó el portal Política Plus. Fue una manera de cuestionar el inmovilismo del sector de Binner.