El ex vocero de Fernando de la Rúa sorprendió este lunes con una durísima columna de opinión en el diario Clarín. Bajo el título “El poder señala y los fanáticos cooperan”, Darío Lopérfido se despachó contra Cristina Kirchner, sus funcionarios y seguidores, centrándose en los ataques del kirchnerismo contra Ricardo Darín y Hermenegildo Sábat.

“(El Gobierno Nacional) ha generado una legión de fanáticos (muchos de ellos debidamente subsidiados) con gran llegada a la opinión pública desde una enorme red de prensa oficialista estatal y paraestatal, redes sociales y diferentes estructuras de poder. El fanático K tiene las mismas características que los fanáticos políticos de cualquier causa y cualquier época: el dogma, el culto a la personalidad, la agresividad”, escribió.

Lopérfido justificó sus dichos recordando los ataques del kirchnerismo al dibujante de Clarín Hermenegildo Sábat y a Ricardo Darín. Además, mencionó la reivindicación del “asado” que organizó Julio Alak en la ex ESMA. “La ‘policía del pensamiento’ orwelliana encuentra en la Argentina inesperados seguidores”, afirmó apuntando a los actores cercanos al Gobierno y al filósofo José Pablo Feinmann.

“No se debe poner nunca en pie de igualdad la opinión de un ciudadano con la del poder. (…) Lo que dicho por un ciudadano es una opinión, dicho por el poder puede ser una amenaza, un apriete”, consideró.

Y luego de eso, lanzó duras comparaciones. “Cuando el poder te señala y los fanáticos cooperan con el silencio y la difamación, la libertad retrocede. Le pasó a Shostakovich en la URSS cuando Stalin vio una obra suya y al otro día fue “condenado” en la portada del Pravda; a Salman Rushdie, condenado a muerte por un decrépito imán por escribir una novela; a Reinaldo Arenas, que fue a prisión por su homosexualidad en Cuba y sufrió el silencio de muchos de sus colegas; y a muchísimos más en la historia. Y les pasa hoy a las chicas de Pussy Riot en Rusia, a Yoani Sánchez en Cuba y a todos los artistas e intelectuales que opinan distinto en Irán, en Corea del Norte, en Venezuela, en China, en Cuba”, opinó.

Lopérfido, fue uno de los hombres más cercanos al ex presidente radical. Desde su cargo como secretario de Cultura y Comunicación manejaba los medios estatales, la pauta oficial y toda la política cultural del fallido gobierno.

Además, formaba parte del entorno íntimo de Antonio de la Rúa, el poderoso hijo del presidente luego devenido en manager de la cantante colombiana Shakira. “Antonito” le confió a Lopérfido la política comunicacional, algo que también había hecho cuando "Chupete" era Jefe de Gobierno de la Ciudad.

Junto a "Antonito", fueron creadores del también fallido “Grupo Sushi”, el laboratorio de ideas delarruista del que también formaban parte el ex jefe de la SIDE Fernando de Santibañes; “Aíto” de la Rúa; el ex viceministro del Interior Lautaro García Batallán; el ex ministro de Educación Andrés Delich; y el ex ministro de Turismo Hernán Lombardi, entre otros.

Justamente fue Lombardi, actual ministro de Cultura del gobierno de Mauricio Macri, quien rescató a Lopérfido de la actividad privada -trabajó varios años para el Grupo PRISA, con el que había entablado una buena relación en su paso por la gestión de De la Rúa- y en 2010 lo nombró director artístico del Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA), un cargo desde el que mantenía un bajísimo perfil. Hasta hoy, cuando salió a confrontar contra el kirchnerismo y firmó de manera formal su ingreso a la oposición.