Tras la renuncia de Jorge Lemus tras cinco años de mandato, la nueva ministra de Salud de la Ciudad es Graciela Reybaud, una oculista que hasta hoy se desempeñaba como subsecretaria de Atención Integrada de Salud.

Reybaud fue directora del Hospital Santa Lucía y llegó a su cargo anterior gracias a Ralph Kirby, el subsecretario administrativo que manejaba la caja del ministerio hasta hoy. Este funcionario había propuesto a Reybaud para hacerle contrapeso al otro hombre fuerte de la cartera, el subsecretario de Planificación Sanitaria, Néstor Pérez Baliño.

A Kirby se lo mencionaba como el ministro de Salud entre las sombras e incluso se lo llegó a nombrar como uno de los posibles reemplazantes de Lemus en una de las tantas veces que el ahora ex ministro se tambaleó al frente de la cartera.

Kirby, que será reemplazado por el ex Siemens Alberto Guevara, no fue el verdadero motor del nuevo ascenso de Reybaud. Como pudo averiguar La Política Online, quien estuvo detrás de la partida de Lemus fue la propia vicejefa de gobierno, María Eugenia Vidal.

Vidal controla el área de Desarrollo Social a través de Carolina Stanley y si bien también tenía una influencia muy grande en el ministerio de Salud, no tenía el control directo. En ese contexto, la vicejefa fue quien empujó a Reybaud para que la odontóloga pusiera a los médicos municipales en contra de Lemus.

Fue justamente el respaldo de los médicos municipales lo que mantuvo a Lemus en la cabeza del ministerio durante toda la gestión de Mauricio Macri, pese a los constantes embates de la oposición por la situación sanitaria de la Ciudad y las propias disputas internas del PRO.

Pero ese respaldo dejó de existir y como explicó LPO, la situación de Lemus se complicó por otras razones. Su propia salud y el papel embarazoso que debió protagonizar con la instrumentación del aborto no punible, terminaron de configurar un cocktail explosivo para este funcionario que seguirá ligado al PRO a través de la Fundación Pensar.