25 de abril, 2024
Una tregua forzada en medio de la pelea por el poder
El envío de fondos a la provincia buscó atenuar el costo político que había empezado a pagar la Casa Rosada por la demora en el pago de aguinaldos. Pero dista de abrir un escenario de distensión. Se trata apenas del primer round de la pelea de fondo en el peronismo. La crisis confirma que Scioli no será el candidato del Gobierno. La apuesta a una recuperación económica en el 2013.
La decisión del gobierno nacional de auxiliar de manera más integral a la provincia de Buenos Aires debe entenderse como una respuesta pragmática, para descargar el peso de una crisis que estaba impactando en la popularidad de la Presidenta y no como la apertura de un escenario de distensión con Scioli.
Los últimos sondeos de las principales encuestadoras coincidían en señalar que la mayoría de la población entendía que la demora en el pago del aguinaldo de los bonaerenses, era consecuencia de una decisión de la Casa Rosada. Y en esa sintonía, reflejaban una caída de la imagen positiva de la Presidenta.
Este dato estadístico se combinó con un dato financiero: Scioli estaba muy cerca de garantizar el pago de los sueldos sin el auxilio de la Nación. De manera que una vez concretado ese desembolso, la popularidad de Scioli podría dispararse aún más y de paso refutar de manera muy explícita las acusaciones de ser un mal “gestor”.
Si ese escenario se consolidaba, Cristina quedaría en el peor de los mundos: aparecería como una mujer implacable que en la pelea no dudó en utilizar de moneda de cambio a los trabajadores –como graficó Maradona- y encima Scioli habría encontrado el escenario ideal para potenciar su perfil que mezcla en dosis homeopáticas el rol de víctima y el de muchacho bien intencionado, al que sólo le importa resolver los problemas “de la gente”.
Ante ese abismo y rápida de reflejos, Cristina retomó la iniciativa con el giro de fondos. Acaso una de las cosas más interesantes que muestra esa decisión es que contra las habladurías de todo tipo, la Presidenta está muy conectada con la realidad y puede ser exasperante para algunos o intolerante para otros, pero aún en su estilo duro de conducción, mantiene una racionalidad evidente.
El otro dato que arroja esta crisis es que Scioli no fue ni será el candidato a Presidente de Cristina. Llega contra ella o no llega. La pelea ya está expuesta sobre la mesa y es la pelea de fondo del peronismo, que se encamina a una de esas discusiones de poder que suelen apoderarse de la vida pública al país, con todo el drama, picardía y repentismo, que caracteriza a este movimiento.
Esta noche los sciolistas festejaban el desenlace de la pulseada, que entendían los ubicaba del lado de los ganadores. “Necesitábamos 2.500 millones y eso es lo que nos terminaron dando”, afirmaban. La cuenta es simple. Los primeros 1.000 que giró Nación, mas la autorización a emitir bonos a proveedores por 900 más los 600 del préstamo que anunció Cristina.
Pero no se hacían ilusiones. “La pelea recién empieza y el kirchnerismo es un buque de carga de esos inmensos que tienen de todo adentro”, reconocían.
La integralidad de la ayuda que finalmente se concretó, así como sus tiempos y modos también ofrece otro indicio para entender como será a partir de ahora la relación entre la Nación y la provincia: sólo los sectores más ultras del kirchnerismo apuestan a la caída del gobernador, mientras que en el núcleo del poder estaría prevaleciendo otra decisión. Esta sería, desgastar a Scioli hasta reducirlo a su mínima expresión político electoral pero nunca voltearlo para que no potencie su victimización.
El objetivo es evitar que se transforme en un polo de atracción que aglutine al postkirchnerismo –y sobre todo- que lo haga antes de tiempo, cuando a la Presidenta todavía le quedan más de tres largos años de mandato.
Un plan simple
El plan del kirchnerismo tiene el encanto de las cosas simples. La idea central es pagar ahora todos los costos necesarios para zanjar la pelea con Scioli y otros socios indeseados como Hugo Moyano o Daniel Peralta, para poder encarar el 2013 con las manos más sueltas.
Es que algunos pronósticos económicos que leen con atención en la Casa Rosada, indican que el año próximo el marco económico para la Argentina podría mejorar. Miguel Bein fue uno de los primeros en advertirlo: si la soja mantiene cotizaciones altas -aunque inferiores al actual récord de 600 dólares por tonelada- y se da otro récord de cosecha como se espera, junto a una recuperación económica de Brasil que ya se insinúa, el país podría retomar una senda de crecimiento.
Es que sólo la enorme mala praxis de funcionarios como Guillermo Moreno que convierten problemas manejables en desastres -como hizo con la inflación y el dólar-, explican que una economía que tiene sus números estructurales mucho más sanos que en otras épocas, viva el actual clima de zozobra.
Si el kirchnerismo logra llegar a octubre del año próximo con una economía en crecimiento y con sus rivales acorralados, imagina posible volver a digitar las listas de candidatos y ganar la elección. “Ellos siempre hicieron lo mismo, eligen dar las peleas de fondo lejos de la elección y luego apuestan a meter plata en el bolsillo de la gente”, explicó un intendente de los más experimentados del Conurbano.
“La historia reciente demuestra que un Presidente se puede recuperar de un mal momento político y económico como lo hizo Cristina después de la crisis del campo del 2008, pero también revela que los gobernadores bonaerenses que entraron en una espiral de crisis económica y de gestión nunca llegaron a la Presidencia”, agrega un dirigente kirchnerista.
En la guerra con Scioli, el Gobierno necesita que este escenario se concrete para evitar el drama universal del “Pato rengo” que aqueja a todos los presidentes democráticos en su segundo mandato. Esto es, resignarse a contemplar en sus últimos dos años en la Presidencia, como aquellos que se deshacían en elogios o que incluso temblaban de terror ante la mínima indicación, ahora se alejan indiferentes, atraídos por la que parece será la nueva niña bonita del poder.
Por eso, hoy la prioridad para el kircherismo es neutralizar la oposición interna que encabeza Scioli –con su estilo-. Una vez resuelto esto, verán si ensayan una reforma constitucional que abra la posibilidad de un tercer mandato, si ungen un sucesor o simplemente ella se retira por la puerta grande prescindente de todo. Lo que necesitan como el agua es ese margen de acción, esa libertad de opciones que les permita conservar el poder. Es casi un imperativo vital, porque hay pocas cosas más peligrosas en la Argentina, que ocupar la Presidencia sin poder.
Los últimos sondeos de las principales encuestadoras coincidían en señalar que la mayoría de la población entendía que la demora en el pago del aguinaldo de los bonaerenses, era consecuencia de una decisión de la Casa Rosada. Y en esa sintonía, reflejaban una caída de la imagen positiva de la Presidenta.
Este dato estadístico se combinó con un dato financiero: Scioli estaba muy cerca de garantizar el pago de los sueldos sin el auxilio de la Nación. De manera que una vez concretado ese desembolso, la popularidad de Scioli podría dispararse aún más y de paso refutar de manera muy explícita las acusaciones de ser un mal “gestor”.
Si ese escenario se consolidaba, Cristina quedaría en el peor de los mundos: aparecería como una mujer implacable que en la pelea no dudó en utilizar de moneda de cambio a los trabajadores –como graficó Maradona- y encima Scioli habría encontrado el escenario ideal para potenciar su perfil que mezcla en dosis homeopáticas el rol de víctima y el de muchacho bien intencionado, al que sólo le importa resolver los problemas “de la gente”.
Ante ese abismo y rápida de reflejos, Cristina retomó la iniciativa con el giro de fondos. Acaso una de las cosas más interesantes que muestra esa decisión es que contra las habladurías de todo tipo, la Presidenta está muy conectada con la realidad y puede ser exasperante para algunos o intolerante para otros, pero aún en su estilo duro de conducción, mantiene una racionalidad evidente.
El otro dato que arroja esta crisis es que Scioli no fue ni será el candidato a Presidente de Cristina. Llega contra ella o no llega. La pelea ya está expuesta sobre la mesa y es la pelea de fondo del peronismo, que se encamina a una de esas discusiones de poder que suelen apoderarse de la vida pública al país, con todo el drama, picardía y repentismo, que caracteriza a este movimiento.
Esta noche los sciolistas festejaban el desenlace de la pulseada, que entendían los ubicaba del lado de los ganadores. “Necesitábamos 2.500 millones y eso es lo que nos terminaron dando”, afirmaban. La cuenta es simple. Los primeros 1.000 que giró Nación, mas la autorización a emitir bonos a proveedores por 900 más los 600 del préstamo que anunció Cristina.
Pero no se hacían ilusiones. “La pelea recién empieza y el kirchnerismo es un buque de carga de esos inmensos que tienen de todo adentro”, reconocían.
La integralidad de la ayuda que finalmente se concretó, así como sus tiempos y modos también ofrece otro indicio para entender como será a partir de ahora la relación entre la Nación y la provincia: sólo los sectores más ultras del kirchnerismo apuestan a la caída del gobernador, mientras que en el núcleo del poder estaría prevaleciendo otra decisión. Esta sería, desgastar a Scioli hasta reducirlo a su mínima expresión político electoral pero nunca voltearlo para que no potencie su victimización.
El objetivo es evitar que se transforme en un polo de atracción que aglutine al postkirchnerismo –y sobre todo- que lo haga antes de tiempo, cuando a la Presidenta todavía le quedan más de tres largos años de mandato.
Un plan simple
El plan del kirchnerismo tiene el encanto de las cosas simples. La idea central es pagar ahora todos los costos necesarios para zanjar la pelea con Scioli y otros socios indeseados como Hugo Moyano o Daniel Peralta, para poder encarar el 2013 con las manos más sueltas.
Es que algunos pronósticos económicos que leen con atención en la Casa Rosada, indican que el año próximo el marco económico para la Argentina podría mejorar. Miguel Bein fue uno de los primeros en advertirlo: si la soja mantiene cotizaciones altas -aunque inferiores al actual récord de 600 dólares por tonelada- y se da otro récord de cosecha como se espera, junto a una recuperación económica de Brasil que ya se insinúa, el país podría retomar una senda de crecimiento.
Es que sólo la enorme mala praxis de funcionarios como Guillermo Moreno que convierten problemas manejables en desastres -como hizo con la inflación y el dólar-, explican que una economía que tiene sus números estructurales mucho más sanos que en otras épocas, viva el actual clima de zozobra.
Si el kirchnerismo logra llegar a octubre del año próximo con una economía en crecimiento y con sus rivales acorralados, imagina posible volver a digitar las listas de candidatos y ganar la elección. “Ellos siempre hicieron lo mismo, eligen dar las peleas de fondo lejos de la elección y luego apuestan a meter plata en el bolsillo de la gente”, explicó un intendente de los más experimentados del Conurbano.
“La historia reciente demuestra que un Presidente se puede recuperar de un mal momento político y económico como lo hizo Cristina después de la crisis del campo del 2008, pero también revela que los gobernadores bonaerenses que entraron en una espiral de crisis económica y de gestión nunca llegaron a la Presidencia”, agrega un dirigente kirchnerista.
En la guerra con Scioli, el Gobierno necesita que este escenario se concrete para evitar el drama universal del “Pato rengo” que aqueja a todos los presidentes democráticos en su segundo mandato. Esto es, resignarse a contemplar en sus últimos dos años en la Presidencia, como aquellos que se deshacían en elogios o que incluso temblaban de terror ante la mínima indicación, ahora se alejan indiferentes, atraídos por la que parece será la nueva niña bonita del poder.
Por eso, hoy la prioridad para el kircherismo es neutralizar la oposición interna que encabeza Scioli –con su estilo-. Una vez resuelto esto, verán si ensayan una reforma constitucional que abra la posibilidad de un tercer mandato, si ungen un sucesor o simplemente ella se retira por la puerta grande prescindente de todo. Lo que necesitan como el agua es ese margen de acción, esa libertad de opciones que les permita conservar el poder. Es casi un imperativo vital, porque hay pocas cosas más peligrosas en la Argentina, que ocupar la Presidencia sin poder.
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Soy mayor de edad, cumplo con mis obligaciones ciudadanas, pero por alguna razón que no logro discernir, tengo que pedirle permiso a un funcionario, al que le pago el sueldo, para poder viajar, dejar que decida cuanto dinero necesito para el viaje, aclararle hacia donde voy y cuanto tiempo pienso estar, para que el individuo decida cuanto puedo gastar. ¡Y la plata es mía!
Además, el funcionario, al que le pago el sueldo, que forma parte de un grupo de funcionarios, a los que también les pago el sueldo, eso incluye a la presidente, que es mi mandataria y yo soy su mandante, o sea que es mi, (nuestra) empleada, ha decidido que no puedo ahorrar en US$. Debo ahorrar en pesos que se devalúan todos los días, cuestión de obligarme a gastar, para que la economía no “se enfríe”.
Alguien debería aclararle al, o a los funcionarios, incluyendo a la presidente, que la economía está entrando en un gélido invierno, y no es porque “el mundo se nos cayó encima”, salvo que Europa haya tenido la inverosímil puntería de caer sólo sobre Argentina, respetando las fronteras del Uruguay, Brasil, Chile y hasta de Paraguay.
Tengo que pedir permiso para importar, desde remedios, hasta libros; tengo que pedir permiso para exportar. Tienen que decir qué se exporta, cuanto y a cuánto, y a partir de ahí, pagar retenciones sobre los dólares que gracias al esfuerzo y al trabajo de otros, que no son funcionarios, entran al país. Argentina necesita dólares, y por desgracia, como nos aclaró Pagliero, “¡no los fabricamos!”… todavía. Cuidado con la ex Ciccone, ésa que nadie sabe quiénes son los dueños y porqué, en un país que estatiza todo lo que puede, sigue siendo privada y no una subsidiaria de la Casa de la Moneda.
¡Tengo que pedir permiso para vivir! Con el disparatado sistema abolicionista del código penal (al que harán desaparecer si no hacemos algo al respecto), hay que pedirle permiso a los chorros para que sean gentiles y sólo nos roben, o asalten, o secuestren, pero que no nos maten o violen. Los malvivientes, “víctimas de la injusta sociedad”, salen en libertad, mientras nosotros acumulamos rejas, alarmas, puertas blindadas y pagamos seguridad privada.
Tengo que pedir permiso para saber qué hacen con mis impuestos. ¿Y la ley de transparencia de los actos de gobierno? ¿Por qué tengo que mantener la millonaria pérdida diaria de Aerolíneas Argentinas para que los chicos de la Cámpora jueguen con los avioncitos y cobren sueldos siderales?
A mi no me pidieron permiso para el disparate de “fútbol para todos”, que nos cuesta $1.200 millones por año, ni para “automovilismo para todos”, que nos cuesta $450 millones por año; ni para lanzar el 5° (quinto) plan de construcción de viviendas desde 2003, incluyendo “Pesadillas compartidas”, que se llevaron de nuestra plata, la friolera de $750 millones, y todo sale de los aportes de los jubilados. Nuestros aportes. Nadie contesta.
Tengo que pedir permiso para saber por qué se confiscó (es el verbo adecuado) YPF y no se hizo como lo indica la ley de expropiaciones. Tengo que pedir permiso para saber por qué los actos de este gobierno a nivel internacional, hacen que mi país, Argentina, sea cada día menos creíble.
Pido permiso para saber, pero nadie contesta. Mis preguntas no importan. Y deberían importar. Soy ciudadana argentina, pago impuestos, voto, dependen de mi, aunque sea minoría. ¿Cómo hemos llegado al punto en que el gobierno ignore estas verdades?
¿Tengo que pedir permiso para ejercer mis derechos constitucionales? ¿Tengo que pedir permiso para asumir mi ciudadanía argentina en plenitud? Algo está mal. Algo está profundamente equivocado en Argentina. Y no son sólo mis derechos, es más bien el hecho de permitir que coarten mis derechos y no exigir que me los respeten.
Soy una ciudadana argentina; Argentina es (o debería ser) una república, y aunque forme parte de la minoría que no votó a este gobierno (46%), tengo inalienables derechos que hacer respetar. Y los opositores, casi todos ellos en sintonía con el pensamiento gubernamental, más honestos y más institucionales (lo que no es difícil,) nos deben una alternativa posible. Mis libertades individuales están en juego, no debo, ni puedo permitir que las avasallen.
El gobierno, todos los que lo conforman, los tres poderes y en particular el ejecutivo, deben escuchar. Este no es el camino. Ya lo anduvimos demasiadas veces, ya sabemos de la euforia de los comienzos populistas y de los demoledores finales que inexorablemente llegan.
De nosotros, de nuestros reclamos, de la reiteración de los mismos, de nuestra prédica constante sobre el respeto a la CN, y el respeto que nos debe el gobierno, de nuestro clamor por libertad y justicia, depende que cambien el rumbo. Y deben cambiarlo. De no hacerlo, una vez más, Argentina se hundirá y será más difícil salir de una nueva recaída. ¡Basta de pedir permiso!
*Centro de Economía y Delito de la Facultad de Ciencias Económicas de la U.B.A. Declaración de los Dres. Vicente Díaz y Carlos Negri, sobre la resolución 3333 del 23/5/2012
1ro. La plata siempre estuvo, no apareció de la nada.
2do. Nunca hubo un desacuerdo crucial entre presidencia y gobernación.
3ro. Ante la presión presidencial, y la disposición provincial, los únicos que se perjudicaron fueron los ciudadanos bonaerenses y los únicos favorecidos el gobierno nacional, el gobierno provincial y Cristóbal López con un contrato hasta el 2023, y que participará de las ganancias a ambos gobiernos en forma "PERSONAL".
Además el análisis obvia que quedó expuesta. Tuve que admitir implícitamente que el dinero siempre estuvo, que era voluntario no girarlo, y que finalmente cedió, dando un rodeo caprichoso a lo que se pedía. Si vas con una mentira, seguila hasta el final. El análisis pasa por alto la irresponsabilidad de la presidenta.