Más de uno se sintió que estaba por salir a la cancha, en un partido en el que el empate no servía y dirigido por una especie de Caruso Lombardi de la economía nac & pop. La arenga en el avión no exigía goles, pero sí un enfático "a vender", y el asado de bienvenida culminó con un tribunero "¡Argentina, Argentina!" por parte de los más de 200 empresarios que acompañaron a Guillermo Moreno en su misión comercial a Angola . Eso sí, no todos se prendieron a la hora de cantar la marcha peronista, según publicó el diario La Nación.

Entre intervenciones poco ortodoxas y curiosidades de un destino no tradicional, varios de los empresarios consultados por LA NACION reconocieron que la misión resultó más organizada de lo que esperaban y admitieron que los contactos comerciales que se están llevando de tierras angoleñas abren perspectivas interesantes, partiendo del presupuesto de que hoy el continente africano explica más de la mitad del superávit comercial que tuvo la Argentina en 2011.

El chárter de Aerolíneas Argentinas despegó de Ezeiza a las dos de la tarde de ayer y durante las más de diez horas de vuelo, la mayoría de los empresarios reconoció que no pudo conciliar el sueño. Moreno se sentó en un asiento de clase ejecutiva y durante el viaje se encargó de saludar a cada uno de los empresarios que participaron de la misión.

El avión -en el que no faltaron los globos morenistas con la leyenda "Clarín miente"- aterrizó pasadas las cuatro de la mañana hora local en Luanda y menos de cinco horas después los empresarios ya estaban en el salón del hotel Trópico para recibir a los potenciales compradores africanos. "Las reuniones fueron positivas y nos entendimos bastante bien en portuñol. Como era un primer encuentro, no cerramos ningún negocio, pero nos llevamos muchos contactos comerciales", explicó Néstor Lombardi, secretario general de la Confederación General Económica (CGE).

El esquema es el mismo que se utiliza en la mayoría de las misiones comerciales y a lo largo de las decenas de mesas se fueron sentando en forma intercalada los empresarios de los dos países. "Hasta ahora, todo estuvo muy bien organizado y los empresarios con los que me reuní estaban al tanto de los productos que yo había ido a ofrecer", explicó Roberto Reidy, el director de la fabricante de sillas de plástico Mascardi.

En la misma línea, Ariel Aguilar -secretario general de la Cámara Industrial de Manufacturas de Cuero (Cima)- destacó el interés por las "carteras, billeteras, chaquetas y cinturones de cuero argentino", que manifestaron los empresarios angoleñas con los que se reunieron.

Ciudad en construcción

En el breve recorrido que hicieron por la ciudad, los hombres de negocios argentinos se sorprendieron por el nivel económico de la ciudad. "Me esperaba encontrar con una ciudad mucho más pobre y me sorprendió la cantidad de construcciones y edificios en obra que se ven en Luanda", explicó Lombardi.

Como era esperable, el momento más Moreno del viaje fue la cena organizada por la delegación argentina en un restaurante ubicado en las afueras de Luanda. Con un parrillero importado desde Buenos Aires, se sirvió el asado con carne argentina y vinos Trapiche. A la hora del brindis, sin embargo, fue el turno del champagne de la ex Bodega Menem (ahora San Huberto), que fue aportado por el empresario Carlos Spadone. En su discurso, Moreno no dudó en definir a argentinos y angoleños como pueblos hermanos, y anunció que la próxima misión comercial será en Vietnam. Al mejor estilo cancha, fue despedido por los funcionarios y empresarios argentinos al grito de: "¡Argentina, Argentina!", y no faltó un grupo que se puso a cantar la marcha peronista.

La agenda para hoy incluye una reunión en la que, según prometió Moreno, se conocerán los nombres de las cinco empresas argentinas que tienen proyectos para radicarse en Angola.