Mañana juran los nuevos senadores y debería estar definido el nuevo organigrama de conducción. Pero, sin embargo, hasta ahora sólo hay rumores y se espera que la presidenta le confirme sus decisiones a Miguel Pichetto, casi con seguridad, titular del bloque oficialista por un nuevo período.

Sin el santacruceño Nicolás Fernández, que fue la voz de la Casa Rosada por años y ahora abandona su banca, Pichetto es por estos días el único referente que los senadores tienen para oír alguna versión oficial del poder Ejecutivo. Ni Amado Boudou ni Aníbal Fernández asomaron la cabeza.

Pero el hermetismo es el común denominador. Como presidente provisional la principal candidata es Beatriz Rojkés de Alperovich, esposa del gobernador, uno de los más considerados en la Casa Rosada. Tanto que ya tiene en el Gabinete a su ex vice y ahora ministro de Salud, Juan Manzur. ¿Importa esa ecuación clásica de la distribución de poder en el nuevo universo cristinista? Nadie se atrevería a afirmarlo.

“A mí todavía nadie me llamó para decirme algo. Así que mal puedo hacer algún comentario al respecto. Si lo supiera, encantada le cuento", respondió la senadora hoy, ante una consulta de la prensa respecto a su futuro.

María Laura Leguizamón, amiga de la preidenta, sí parece hoy en baja para la presidencia provisional. Según pudo comprobar LPO, reservó un despacho en el ex edificio de La Caja, a una cuadra del Senado y sede de los despachos de los senadores de menos historia. Las autoridades tienen siempre su oficina en el palacio.

Otro candidato a reemplazar a Pampuro, sin banca desde el 10 de diciembre, es el neuquino Marcelo Fuentes, amigo de Néstor y Cristina desde las épocas estudiantiles.

También comparte esa chapa el entrerriano Pedro Guastavino, con un agregado: su gobernador, Sergio Uribarri, se encuentra en excelente relación con la presidenta, quien le reconoce haber soportado el embate de la 125.

Como se vio en el cierre de listas, los que guardan ese recuerdo son premiados y los acusados de traidores en aquellas convulsionadas jornadas, no tienen lugar en el segundo gobierno cristinista.

El factor confianza es importante. El presidente provisional no maneja poder hacia adentro de la Cámara sino que es crucial para el Ejecutivo, por ser quien queda a cargo de una sesión ante el viaje del jefe de Estado. Además, sería quien presida la asamblea legislativa si es que Julio Cobos recibe el pedido y acepta no hacerse cargo de esa tarea, como lo obliga la Constitución.

Aníbal Fernández tendría la presidencia de la Comisión de Presupuesto, clave en cada fin de año. Y la de Asuntos Constitucionales, hasta ahora en manos de Fernández, recaería en su coterráneo Pablo González, actual jefe de Gabinete de Santa Cruz.

El rol periférico de Aníbal, el retiro de Fernández y la ausencia de Boudou, quien a diferencia de Gabriel Mariotto no pisó el palacio que presidirá desde el 10 de diciembre, dejaron bien posicionado a Pichetto, también considerado entre los leales por Cristina.

Algunas fuentes del Senado creen que no sólo seguirá de jefe de bloque sino que, esta vez, también tendrá un manejo estructural del Senado. “Tal vez prepare expedientes para que otros firmes”, especulan.

En estos días se encargó de avisarles a los otros bloques que no habrá revancha por la furia opositora de 2009, cuando, unidas, las otra fuerzas repartieron a gusto las comisiones.

Es que el kirchnerismo tendrá 37 propios, lo justo para el quórum, más la ayuda eventual de Carlos Menem. Demasiado poco para la intensa agenda parlamentaria que delinea Cristina por estos días, según oyeron en el Senado, con algunas medidas “no tan populares”.