Al finalizar la jornada de hoy, el BCRA tuvo que vender U$S140 millones para poder satisfacer la insaciable demanda de dólares por parte del público. La entidad central se desprendió de 700 millones a lo largo de toda la semana y en lo que va de octubre la cifra alcanza los 1.760, frente a los 1.499 millones vendidos durante septiembre.

Las medidas impulsadas por el gobierno luego de la contundente reeleción de Cristina, no han logrado reducir las ansias por la moneda norteamericana. Los especialistas coinciden en que la moneda argentina sufre un “atraso cambiario”, con un nivel de inflación que es inferior a la tibia devaluación de dos o tres centavos por mes.

Tanto pequeños ahorristas como grandes inversores perciben este desfasaje y prevén que, tarde o temprano, el gobierno se verá obligado a devaluar. Es por ello que a pesar de las desesperadas medidas del BCRA por intentar controlar la compra de dólares, la demanda se mantiene firme.

En el día de hoy el tipo de cambio con liquidación, que es el vehículo para la fuga de capitales, se ubicó al nivel histórico de 4,88 pesos. Especialistas consultados por LPO indicaron que las medidas del gobierno lograron encarecer este dólar “paralelo”, pero que en definitiva para que se detenga la fuga de capitales es necesario que aumente la credibilidad. “En la medida en que el dólar siga abaratándose, es insostenible” comentó una fuente dedicada al mercado de divisas.

Y es que los inversores, al esperar una devaluación del peso en el corto plazo, deciden resguardarse mediante la compra de dólares hoy, con un tipo de cambio barato, que en un futuro, cuando el mismo haya aumentado significativamente y los costos sean mayores.

Jorge Colina, economista de IDESA, explica que “la gente busca proteger sus ahorros de la inflación” por lo que la solución de fondo en realidad es atacar la suba de precios. La propuesta de Colina es crear un consenso social entre “empresarios, trabajadores y el gobierno” para controlar las expectativas inflacionarias y pactar subas de precio acotadas a los niveles que se acuerden.

Para este investigador, la inflación también era el motivo por el que en otras épocas existieron corridas. “En todas las épocas en las que la gente quería comprar y había controles, eran momentos en los que había alta inflación” explicó.

Colina considera que los grandes jugadores del mercado no realizan este tipo de operaciones, sino que invierten en el mercado de futuros, lo que les garantiza comprar el dólar más adelante al mismo precio que se cotiza hoy.
Pero desde otros sectores disienten con esta mirada, y opinan que con los mayores controles “termina siendo un negocio para los que tienen más información” y se animan a la nueva bicicleta financiera.

Incluso para muchos las medidas lo único que hacen es profundizar la sensación de inestabilidad y la fiebre por los billetes verdes. Colina comentó que "se genera un clima enrarecido" que aumenta la incertidumbre del "jubilado asalariado" que va a las casas de cambio para intentar salvar sus ahorros. Por su parte, desde una entidad bancaria aseguraron que "el gobierno esta ayudando a aumentar las expectativas de devaluación".

Por otro lado, ante estas situaciones de inestabilidad surge otro fantasma del pasado económico de la Argentina: el el tipo de cambio diferencial. Desde el gobierno se han ocupado de desmentir las versiones que hablaban de volver a un dólar financiero y otro comercial, como se realizó en otras etapas. Los especialistas también descartan esta posibilidad porque consideran que podría generar un mercado paralelo, como lo demostraron las experiencias históricas en la que se aplicó este mecanismo.