El discurso en el que Elisa Carrió reconoció su fracaso electoral despertó muchas polémicas. La derrotada candidata presidencial de la Coalición Cívica admitió que su fuerza política ya no encabezaría la oposición, sino que desde ahora será Hermes Binner quien tenga esa responsabilidad. Pero aclaró que su partido liderará la "resistencia al régimen de Cristina Kirchner".

Esa frase generó críticas desde la prensa, el oficialismo y también en otros sectores de la oposición. Incluso, el juez de la Suprema Corte, Eugenio Zaffaroni, consideró que sus dichos son un "muy mal ejemplo para la democracia". El magistrado explicó que "una cosa es ser opositor, criticar, proponer algo diferente, y otra cosa ser enemigo, o sea, creer que se está peleando en la Francia ocupada o contra el régimen de Vichy".

Pero un mensaje sutil de Carrió -acaso el más importante- en principio pasó desapercibido. "Hemos repetido la peor elección de nuestra historia, junto con las primarias, pero quedamos plantados muchos diputados. Más o menos -mañana vamos a saber- seremos seis. Y yo soy la presidenta de ese bloque. No nos vamos a mover de nuestros principios. Vamos a ser claros opositores a este modelo", aseguró.

La movida fue contundente, pero encriptada. Y la destinataria de ese mensaje era nada menos que Patricia Bullrich, diputada reelecta por la Ciudad de Buenos Aires. Es que la ex ministra de Trabajo de la Alianza se convirtió en una férrea crítica de las estrategias empleadas por Carrió. Desde hace meses viene exigiendo mayor apertura y planteando la necesidad de tender puentes con otras fuerzas políticas, como se hizo con el Acuerdo Cívico y Social en 2009.

La líder de Unión por Todos critica su purismo y su conducción unipersonal y verticalista. "No puede ser que si la contradecís, sos el diablo, un corrupto o un inmoral", se quejan desde su entorno. Pero ahora Bullrich se siente fortalecida por el pésimo resultado en los comicios. De hecho, en la Ciudad ella sacó más votos que Carrió: 123.443 sufragios le permitieron ingresar en la Cámara Baja contra los 80.580 de la candidata presidencial. Es decir, hubo un fuerte corte de boleta en su favor.

Pero desde hace varias semanas -en rigor, desde que pasaron las primarias- que Bullrich desafía su liderazgo en todas las ocaciones que se le presentan. "Desde hace tiempo que notamos una actitud autónoma en Patricia. El bloque decide una cosa, pero ella se mueve como le parece", contó a LPO una fuente del partido.

En el entorno de Carrió responden que, en realidad, Bullrich está buscando excusas para cambiar de partido, y migrar específicamente hacia el PRO. "No me van a echar", le habría dicho enojada "La Piba" a su círculo más cercano, en referencia a la operación que, según la diputada, los "Lilitos" están utilizando para desprestigiarla.

Tal como anticipó La Política Online, Patricia Bullrich y Elisa Carrió se reunieron esta mañana para definir el futuro de la Coalición Cívica. Allí conversaron sobre los próximos pasos que darán en el Congreso. "La reunión fue cordial, hubo una charla amistosa, bajaron las tensiones", contaron los allegados.

Respecto a la presidencia del bloque en la Cámara Baja, se acordó postergar ese debate algunas semanas. Carrió se comprometió a abrir el debate en la Coalición Cívica-Ari, porque para elegir al nuevo jefe "democráticamente" se tendría que institucionalizar el acuerdo con Unión por Todos, el partido de la ex ministra de Trabajo. "Pero la definición tendrá que ser antes del 10 de diciembre, obviamente", explicaron las mismas fuentes.