El PRO preparó una fiesta para recibir una victoria que era previsible, pero que ni el macrista más entusiasta imaginaba tan abultada.

Como el triunfo de Mauricio Macri se esperó desde un principio, ya desde mucho antes de que finalizara el horario de votación, en el pintoresco búnker que el PRO armó en Costa Salguero había un clima distendido y alegre.

Casi todo el gabinete se paseó por el espacio reservado para la prensa, incluso el titular de la cartera de Educación, Esteban Bullrich, lo hizo en bicicleta junto al secretario de Transporte, Guillermo Dietrich.

Luego de las 18, cuando empezaron a llegar los primeros resultados, la euforia se fue transmitiendo de los dirigentes hacia los militantes que, como ya es costumbre, jugaban con globos de colores, mientras tres bandas de rock le daban a la espera un tinte festivo.

Y cuando todavía faltaba bastante tiempo para la divulgación de datos oficiales, la primera línea del PRO, integrada por Horacio Rodríguez Larreta, Marcos Peña y Cristian Ritondo –ahora también por María Eugenia Vidal y Sergio Bergman–, hacía “pogo” arriba del escenario.

Abajo, los militantes comenzaban a gritar que la elección era un “afano” mientras el célebre Mago Sin Dientes hacía trucos con un mazo de cartas y Miguel Del Sel se paseaba a las carcajadas.

Mientras los dirigentes de perfil más técnico arrojaban pronósticos y análisis cada vez más florecientes, en el pabellón número 6 de Costa Salguero corría comida y gaseosa a rolete.

El ganador

“¡¡48 a 30!!”, exclamaron los propios candidatos a legisladores cuando en las pantallas gigantes aparecieron los primeros resultados oficiales ni bien el reloj dio las 21. Cuando esa ventaja se fue afianzando a medida que avanzaba el escrutinio, apareció Macri.

El jefe de gobierno se subió el escenario junto a Vidal mientras sonaba el tema "Casi nunca lo ves " de Los Pericos y lo primero que dijo fue que "juntos venimos bien" y que sentía “tanta gratitud que estoy por explotar". Luego invitó una por una a sus espadas del Ejecutivo y el Legislativo.

Primero subió Larreta, seguido de Peña (a quien calificó como uno de los “padres” del PRO), Sergio Bergman, Ritondo y Marina Klemensiewicz, los tres primeros nombres de la lista de legisladores. Después subió Del Sel, que recibió la ovación de la noche y Jorge Macri, reducido a candidato a intendente de Vicente López.

Cuando los militantes comenzaron a gritar “Jorge, Jorge”, Mauricio Macri los hizo callar por única vez en la noche, confirmando que la relación que tiene con su primo es al menos curiosa.

Después de hacer subir a Federico Pinedo, acaso el único diputado nacional del PRO que logre renovar en los comicios de octubre, Macri no se olvidó de Gabriela Michetti, de un papel mínimo en la noche festiva.

Tras un breve discurso en el que se mostró pacificador y tiró frases como “todos amamos este maravilloso país donde vivimos", Macri hizo una referencia solapada del kirchnerismo.

“Aquellos que no nos han votado, no voy a dejar que esas diferencias nos separen, hay nuevos horizontes donde la diferencia es una oportunidad de que sigamos aprendiendo del otro”, señaló y llamó a “reconciliarnos con nosotros mismos y entusiasmarnos con nuestro futuro”.

Una vez finalizada la oratoria acaparada sólo por él, Macri bailó la cumbia "No me arrepiento de este amor", de Gilda, junto a su compañera de fórmula, para el delirio de los militantes amarillos.