Chen Deming, uno de los más influyentes de la política exterior de Beijing, viene rodeado de empresarios deseosos de cerrar negocios. Pero también llega dispuesto a mostrar los dientes ante las reiteradas trabas al ingreso de productos fabricados a 10.000 kilómetros de distancia, informa Clarín.

Como “una buena oportunidad” para cerrar las heridas y apuntalar el intercambio entre ambas naciones. Así definió una fuente diplomática de China la visita hoy a Buenos Aires del ministro de Comercio de ese país, Chen Deming. El funcionario, uno de los más influyentes de la política exterior de Beijing, viene rodeado de empresarios deseosos de cerrar negocios. Pero también llega dispuesto a mostrar los dientes ante las reiteradas trabas al ingreso de productos fabricados a 10.000 kilómetros de distancia.

El arribo de Deming responde a una invitación que le realizó Cristina Kirchner en julio, durante su gira a China. En ese momento, la relación bilateral era pura tensión . El gigante asiático había dejado de comprar aceite de soja argentino, mientras aquí se levantaban barreras al ingreso de productos chinos. Desde entonces, ni una ni otra cosa tuvo arreglo . Pero el tono moderado de ambas partes evitaron que la disputa pasara a mayores.

Entretanto la diplomacia se tomaba su tiempo, muchos empresarios dieron pasos concretos hacia un mayor acercamiento. En los últimos dos años, desde China se realizaron anuncios de inversión en el país por más de US$ 14.000 millones. En este desembarco sobresalen los negocios en petróleo, química básica, minería y electrodomésticos. Las mineras San He Hopefull y Shangdon, los fabricantes de electrónicos Huawei y Midea, y las petroleras CNOOC y Sinopec son algunos de los que picaron en punta. Incluso los chinos avanzaron sobre el mercado de tierras: está a la firma un acuerdo para que siembren soja en Río Negro.

De todos modos, no todo son rosas . Aún debe resolverse el diferendo que provocó el cierre de las compras de aceite de soja por parte de Beijing. Ayer, la agencia Bloomberg daba cuenta de que, como gesto de buena voluntad, durante esta visita China podría concretar la compra de entre 200 y 300 mil toneladas de ese producto. En 2009, la Argentina exportó 1,84 millones de toneladas de aceite hacia ese destino.

Del lado chino, son crecientes las quejas chinas ante la aplicación de licencias no automáticas. “Todavía nos preocupan medidas antidumping que afectan a nuestro comercio. Esperamos resolverlos a través del diálogo”, adelantó una fuente diplomática china.Junto a Deming, que hoy mantendrá entrevistas con el canciller Héctor Timerman y con la ministra de Industria, Débora Giorgi, arribarán a Buenos Aires cerca de 80 empresarios interesados en explorar posibilidades de inversión. La Cancillería y la Cámara de la Producción, Industria y Comercio Argentina-China organizaron una ronda de negocios en el Sheraton para la que anoche ya había más de 2.000 inscriptos. Su titular, Ernesto Fernández Taboada, explicó que “la relación va a ser cada vez más cercana e intensa” y recordó que China “ya es el segundo cliente en importancia de las exportaciones argentinas, luego de Brasil”.

Para generar el marco adecuado para esos negocios, el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Luis María Kreckler, firmará con la Agencia de Promoción de Inversiones China un acta de “entendimiento y cooperación”, complementaria a otro acuerdo que en 2010 ya había rubricado Cristina y al que, en noviembre de 2004, suscribieron Néstor Kirchner y Hu Jintao, el presidente chino. Aquel convenio fue el puntapié para el creciente vínculo.