El controvertido proyecto para construir un estadio cerrado en los terrenos del Jockey Club de San Isidro sigue levantando polémica, tanto en el ámbito político como en el seno de la tradicional institución. Por caso, por la presión de algunos socios que no están conformes con la propuesta, hoy fue levantada la asamblea en el club en la que se debía tratar la aprobación de la iniciativa.

La suspensión de la asamblea supone un golpe para el presidente de la entidad, Bruno Quintana, que impulsa el acuerdo con Jorge Born y Jorge “Corcho” Rodríguez. El acta de convocatoria preveía la realización de una asamblea ordinaria para tratar la memoria y balance del Jockey y una extraordinaria para tocar el tema del espacio.

Sin embargo, según dijo a LPO uno de los socios “rebeldes” decidió no convocar a la extraordinaria y entonces un grupo mayoritario amenazó con no aprobarle el balance. Negociación de por medio, se dispuso que ambas asambleas se realicen en 90 días aunque varios socios exigen que primero se realice la extraordinaria.

“En los términos con los que estaba el estadio es indudable que falta más trabajo para consensuar necesidades. No es menor el dato del lugar dónde se va a construir. Faltaba puntualizar sobre el contrato y no conozco detalles de cuánto dinero le quedará al Jockey”, señaló a este medio el socio Alejandro Justiniano.

De todos modos, el poder político también forma parte de este debate. Por caso, el concejal de Unión ConVocación por San Isidro Luis Riva señaló que “el tema del estadio es un escándalo notable”.

Sucede que el visto bueno al estadio por parte del Municipio lo dio el Concejo Deliberante al aprobar en diciembre una modificación al código de edificación que le permite al Jockey construir el anfiteatro sobre tierras que eran para destino “semipúblico”. La medida fue aprobada por el possismo y la UCR y rechazada por Unión, el PRO, el justicialismo y la Coalición Cívica.

“Esto de alguna manera ya pasó entre gallos y medianoches. Los cambios puntuales de código esconden algún negocio o contrato. No se puede hacer un cambio sin explicitar bien el proyecto”, se quejó el concejal.

De todos modos, con la aprobación del Concejo –y si los socios del Jockey también dan el visto bueno- sólo falta que la Provincia acepte el estudio de impacto ambiental presentado por las autoridades.

“Estamos muy contentos pero este tipo de obras deben hacerse para mejorar algunas áreas. Tememos que desaparezca el pulmón verde más importante y también pensamos que va a afectar la densidad de transito. Muchos vecinos tienen objeciones, pedimos que se estudie bien, que haya una audiencia pública y participación de los vecinos”, señaló Rivas.