En diálogo con La Política Online, un importante dirigente porteño aseguró que "hoy hay un 60% de posibilidades de que Macri busque su reelección". Y explicó que al jefe de Gobierno le gustaría "ir a la presidencia, pero de ningnua manera quiere perder la Ciudad".

Diez días atrás, en la última reunión de la mesa nacional de su partido, Macri pidió que le acerquen encuestas que garanticen que Michetti y Larreta conservarían el ejecutivo porteño. Ese fue uno de los requisitos que planteó para definir su candidatura presidencial.

También encargó a sus asesores que armen una alianza con De Narváez, que encuentren al mejor acompañante para la fórmula y que comiencen a buscar fondos para solventar los gastos de campaña.

Pero la postura del líder del PRO cambió radicalmente en la última semana. Es que esos sondeos que solicitó no habrían arrojado los resultados que esperaba. Además, la decisión de Pino Solanas de renunciar a sus aspiraciones nacionales para competir en la Ciudad complicaron aún más el panorama: nadie puede asegurar que Michetti o Larreta van a retener el distrito.

Macri considera que si la diputada nacional o su jefe de Gabinete pierden en los comicios del 10 de julio, sus posibilidades para octubre quedarían totalmente sepultadas. Así, perdería todo. Y ese es un riego que no está dispuesto a correr.

Por eso, en los últimos días se planteó una nueva estrategia: bajar a la Ciudad, y negociar con el radicalismo. La idea es que jefe de Gobierno se encolumne detrás de Alfonsín, pero a cambio exigiría que la vicepresidencia la ocupe un dirigente de su fuerza política.

En el marco de este nuevo plan es que, durante su visita a Córdoba, se metió en la interna de la UCR y se reunió con Oscar Aguad. La difusión del encuentro cumplió dos funciones. Por un lado, demostrar ante la opinión pública que Macri es un dirigente abierto al diálogo. Por el otro, presionar a Ricardo Alfonsín, enemistado con el diputado cordobés, y reticente a negociar con el macrismo.

El plan del PRO no podría haber salido mejor: Alfonsín salió rápidamente a declarar que nunca había dicho que su "límite" era Macri. "Me parece de un mal gusto y de una agresividad tremenda", manifestó.


La puja por los vices

El pedido de nombrar al vicepresidente, en el marco de un gran acuerdo con el alfonsinismo, tiene otro gran objetivo: negociar con Gabriela Michetti. La diputada nacional debería declinar a sus candidatura en la Ciudad de Buenos Aires y, a cambio, sería la elegida para integrar la fórmula de la alianza opositora.

Michetti aceptaría esta propuesta, pero también impone una condición: elegir al postulante a vicejefe porteño. Sus candidatos más firmes son el ministro de Cultura, Hernán Lombardi, y el secretario general de Gobierno, Marcos Peña.

En los últimos días, Peña conversó sobre esta posibilidad con Macri, quien le habría contestado: "¿Te parece, Marcos? Yo creo que sería mejor una mujer". La respuesta esconde un dato que alimenta la polémica: la única ministra del PRO es María Eugenia Vidal, muy cercana a Horacio Rodríguez Larreta.

Por otro lado, estarían negociando para que el rabino Sergio Bergman encabece la lista de legisladores. Esta idea causó desconcierto en el bloque de legisladores del PRO donde se daba por descontado que ese tramo de la boleta lo encabezaría el actual jefe de la bancada, Cristian Ritondo.

"Estamos todos locos, Cristian hizo un laburo impecable y lo salvó a Macri del juicio político, aún sin tener mayoría ¿Y así le pagan?", confesaba azorado un colega de bancada del peronista.

Pero esta ingeniería electoral que se plantea por estos días no sería tan sencilla de llevar a cabo. Es que la UCR entraría en crisis con el socialismo, un aliado programático en el proyecto alfonsinista.

Fuente cercanas al candidato radical, aseguran que de ningún modo se va a romper la relación estratégica que se construyó con Binner, el principal candidato para acompañar a Ricardo Alfonsín en los comicios de octubre.