Gabriela Michetti parece decidida a desafiar a Mauricio Macri, si no se define por alguna de las dos opciones que ella le ofrece. Es decir, que la elija a ella como candidata a jefe de Gobierno del PRO o que él mismo se presente a su reelección.

La diputada está confirmando en las últimas horas la impresión que arrastra la cúpula del Pro: su alineamiento con el liderazgo de Macri no es incondicional y tiene los límites de su propio proyecto político. Y es capaz de romper con el jefe de Gobierno si los pasos que toma en las próximas dos semanas no se ajustan a sus expectativas. No esta bien, ni mal; es política.

La semana pasada, Macri encabezó una reunión de la mesa nacional del PRO para empezar a definir si compite por la Presidencia o busca otro período en la Ciudad. El jefe de Gobierno prefiere dar la pelea nacional, pero en su entorno más cercano temen perder el gobierno porteño si él se corre de esa pelea y quedarse así sin el pan y sin la torta.

Para desalentar esos temores y de paso darle una salida a la pelea interna de su fuerza política, Macri propuso públicamente que Micheti y Rodríguez Larreta compartan una fórmula. Hábil, el jefe de Gabinete porteño se apresuró a decir que compartiría encantado la boleta con Michetti si ese fuera el deseo de Macri. Aunque en la intimidad no afirma la misma predisposición, si a él le tocara el lugar de vicejefe.

Pero como corresponde a todo político profesional, Rodríguez Larreta aplicó el manual y públicamente se mostró obediente con la idea de su jefe.

Michetti por el contrario salió a cruzar la iniciativa, en una gesto que para la mayoría de la cúpula del PRO exhibió un egoísmo político que pone en riesgo los dos desafíos que enfrenta el macrismo: la pelea porteña y la nacional. Sin un triunfo en la primera no hay segunda. Así de sencillo.

“Una fórmula entre Gabriela y Horacio sería lo mejor para el espacio, asegura la continuidad en la Ciudad y lo libera a Mauricio para que de la pelea nacional y así el PRO pueda proyectarse, aunque perdamos frente a Cristina tendríamos grandes fuerzas de quedar posicionados como la oposición y ganar en el 2015”, explicó a LPO uno de los estrategas políticos del macrismo.

Michetti faltó deliberadamente a la reunión de la mesa nacional del Pro de la semana pasada porque sabía que la mayoría apoyaba la opción presidencial de Macri. En su lugar mandó a Marcos Peña a defender casi en soledad la postura por la reelección porteña. Por la mañana, cuando el tema se debatió en la reunión de gabinete, el vocero de Michetti fue el ministro de Cultura Hernán Lombardi.
Luego mandó dos mensajes contundentes. El jueves a través de un off the record publicado en La Nación, afirmó: "La fórmula con él (por Rodríguez Larreta) está descartada. Es imposible”. Fue el primer desafío a Macri.

El segundo y mucho más grave se publicó hoy en Clarín. Allí, directamente afirmó que Macri no se atreve a decirle las cosas en la cara y amenazó con romper, una fantasía que circula en el PRO hace rato, y que la diputada alimenta cada tanto, como cuando circuló la versión de una fórmula presidencial con Ernesto Sanz o una candidatura porteña con José “Pepe” Scioli, bajo el paraguas de Francisco de Narváez.

Según publica hoy Clarín, al fundamentar su rechazó a la fórmula con Rodríguez Larrerta, la diputada afirmó: “No sé por qué Mauricio dice esas cosas. Sabe que jamás lo aceptaría. A mí ni se anima a decirlo”. Sostuvo además, que ninguna “encuesta seria” confirma la paridad en las mediciones que algunos sondeos le adjudican con Rodríguez Larreta y agregó que la realidad es que ella está entre 12 y 15 puntos por encima del jefe de Gabinete porteño. Y para el final se reservó la amenaza que el PRO siempre intuyó: Si Macri no la elije, se dará por “despedida” del espacio político que ayudó a construir.

Se trata por cierto de una apuesta riesgosa, que parece funcionar más como amenaza que como realidad. Es posible que si la concreta y se presente por su cuenta, el PRO pierda las elecciones porteñas, pero no está para nada claro que ella las gane.