El anuncio de las elecciones porteñas para el 10 de julio lejos de aplacar las aguas de la agitada interna del PRO, agudizó las especulaciones. Es que la fecha descolocó sobre todo a los seguidores de Gabriela Michetti que ayer estaban convencidos que serían el próximo 26 de junio y ella sería la elegida. Si hasta ya habían empezado a insinuarse una interna de posibles candidatos para acompañarla en la fórmula.

Por otro lado, la hipótesis de máxima de los que apoyan la candidatura de Horacio Rodríguez Larreta era el 28 de agosto. Al ubicar la primera vuelta el 10 de julio Macri desconcertó a ambos sectores, aunque en el entorno del jefe de Gabinete porteño la mirada era más optimista.

“La fecha fue un gesto de Mauricio a Horacio, le dio un par de semanas más”, afirmaban. Es que el jefe de Gabinete viene subiendo en las encuestas y en una verdadera carrera contra reloj cada día que pasa antes de la definición cuenta. Hace un año no había discusión en el PRO sobre quien sucedería a Macri. Hoy Larreta es una opción real.

Otro dato que desconcertó de la fecha elegida es que la segunda vuelta que hoy en la Ciudad es inevitable -ya que ningún candidato esta cerca de los 50 puntos que se requiere para evitarla-, cae justo sobre el final de las vacaciones de invierno, al quedar fijada para el 31 de julio.

"Por suerte los vuelos de Miami llegan a las 6 de la mañana para que puedan votar", ironizaban en el PRO, mientrsa que otros se comentaban si su electorado típico abandonará las exclusivas pistas de esquí de Chapelco o Las Leñas para meterse en algún cuarto oscuro porteño.

Más allá de las humoradas, con el paso de las horas y sobre todo luego de escuchar una y otra vez la primera parte del discurso que dio Macri al anunciar la fecha de elecciones –con una estética más cuidada y a tono con la figura de un hombre de Estado y no los cartelones amarrillos y los logos tipo conferencia de prensa de fútbol-, en el PRO empezaron a analizar que acaso Macri estaba preparando el terreno para anunciar su propia candidatura a la reelección.

El tema se comentaba esta noche en el cumpleaños número 37 del diputado Jorge Triacca que en el stude de caballos pura sangre de su familia en San Isidro, reunió a dirigentes de PRO y el Peronismo Federal.

Cristian Ritondo, Oscar Moscariello, Luis Barrionuevo, el sindicalista del plástico (gremio d ela familia Triacca) Vicente Mastrocola, Néstor Grindetti, José Torello, el también empresario del plástico y ex titular de la UIA, Héctor Méndez y los economistas Carlos Melconian y Rogelio Frigerio, eran varios de los presentes, el tema predominante, la interna porteña del PRo y el futuro de la candidatura presidencial de Macri.

Se suma a esto una información que empezó a correr por las mesas. Durante el fin de semana Macri habría tenido una reunión con Sergio Berestein de Poliarquía, quien le expuso los resultados de una encuesta sobre el escenario nacional. El informe habría sido desalentador.

Hoy Cristina promedia los 35 puntos y ni siquiera esta garantizado que Macri sea el líder opositor que salga segundo y sume una gruesa porción de diputados. Al parecer en esa charla se analizo todo lo que debería ocurrir para que se garantice que al menos Macri quedara segundo a una distancia no humillante. Y no eran pocos los planetas que debían alinearse.

En un eventual ballotage contra Cristina el escenario era más alentador, pero esa instancia hoy no esta asegurada.

“Para quedar a 20 puntos o salir tercero no vale la pena la presidencial”, se escucho en ese encuentro al que asistió Nicolás Caputo, que no ceja en su presión para que Macri reelija en la Ciudad.

Resurge así una vieja especulación. Macri podría presentarse a su reelección, retener el distrito y si el escenario nacional se vuelve más alentador, pedir licencia y disputar la presidencial. En el peor de los casos, si fuera derrotado, podría reasumir su cargo en la Ciudad. Ese era uno de los tantos rumores que esta noche contribuían a enrarecer aún más el clima interno del PRO.