El entusiasmo en el despacho del intendente Pablo Bruera duró sólo unos días. La aventura de negociar un regreso al kirchnerismo con operadores del gobierno nacional no cobró el vuelo suficiente y por estas horas dentro del bruerismo existe escepticismo respecto de poder contar en su boleta con Cristina Kirchner como candidata a presidenta.

En paralelo a las negociaciones Bruera-Mazzón, quien entró al juego es el ministro del Interior, Florencio Randazzo. Según trascendió, el chivilcoyano tiene la misión de ordenar al kirchnerismo en La Plata. Puntualmente de encolumnar a la atomizada militancia K detrás de Guido Carlotto, el senador provincial –hijo de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo- que ya se lanzó como candidato a intendente en la capital provincial.

Fuentes cercanas al intendente platense confiesan que las reuniones que llevaron a Bruera a recorrer después de dos años los pasillos de la Casa Rosada se dieron con Juan Carlos Mazzón, pero no con Cristina. Y agregan que “El Chueco” no negocia por la Presidenta. Sólo habría sido un recibimiento para intentar acercarse a la Jefa de Estado.

Desde la Rosada, dicen que Mazzón encabeza negociaciones a nivel provincial, en particular en el norte del país pero no tiene injerencia en las negociaciones distritales.

Palabras más, palabras menos, Mazzón le dijo a Bruera que “ahora debe ponerse a la cola del resto de los candidatos kirchneristas y esperar”

En las últimas semanas, algunas segundas líneas del gobierno de Bruera buscaron estrechar vínculos con ministros de Balcarce 50. No fueron a pedir por el intendente, pidieron por ellos mismos.

Sin embargo, la mayoría obtuvo como respuesta la misma consigna con la que bajó Randazzo para armar el territorio: Ordenarse detrás de Carlotto.

La juventud K en pie de guerra

Según pudo saber LPO, son varios los sectores K que quieren una lista que los represente y rechazan al actual intendente. Hablan con sectores ultra kirchneristas como La Cámpora o la propia Alicia Kirchner, con entrada directa a Olivos. El pedido es concreto: No darle a Bruera la boleta del Frente para la Victoria.

Desde ese sector avalan las colectoras o listas de adhesión en la ciudad que le sume votos a Cristina y ven con buenos ojos la candidatura del diputado Martín Sabbatella para gobernar la provincia en una lista junto a la Presidenta.

Claro que eso tensaría la relación con Daniel Scioli.

Bruera, en tanto, ya acordó con el Gobernador que “jugará” para él en la campaña. De no tener la boleta de Cristina, se aseguraría la de Scioli.

Por ahora, todas las cartas del intendente de La Plata apuestan a lograr un acuerdo con la Rosada. Pero Bruera no se manifestó públicamente a favor de la candidatura de la Presidenta. Lo hizo el PJ -que él preside- y la campaña que lanzaron en la provincia no es del todo clara: La Jefa de Estado y el intendente aparecen en afiches separados bajo el nombre del jefe de Gabinete, Santiago Martorelli, y no el de Bruera.

Por lo pronto, resulta difícil imaginar una campaña en la que Bruera camine la ciudad junto a la militancia kirchnerista. Estos sectores jamás le van a perdonar la campaña que el intendente platense realizó en 2009 donde llevaron a Néstor Kirchner -entonces candidato a primer diputado- a recorrer los barrios más desolados de la periferia platense.