La purga en la cúpula de la policía bonaerense responde a una interna dentro de fuerza entre el jefe de la Policía, Juan Carlos Paggi, y su segundo, el superintendente de Coordinación Operativa, Salvador Baratta, que finalmente será desplazado.

La puja entre los jefes policiales no es nueva. Baratta siempre quiso ascender al lugar de Paggi. Hubo momentos tensos y aunque en los últimos meses llegaron a un acuerdo de convivencia, la desconfianza y las ambiciones de poder siempre estuvieron presentes. En esa interna intervinieron incluso otras autoridades de la fuerza.

De personalidades diferentes Paggi mostró siempre un perfil más moderado y conciliador. Baratta, en tanto, era un hombre de calle. Según pudo saber LPO, en uno de los últimos enfrentamientos internos con Paggi fue tajante: “Si nos vamos, nos vamos todos”, le dijo en una reunión donde se dirimían cuestiones internas de la fuerza.

Baratta desarrolló gran parte de su carrera en el complicado Conurbano sur, en comisarías como la de Solano. Más tarde recaló en la zona norte a cargo de Narcotráfico, donde desempeñó el muy político cargo de coordinar entre distintas fuerzas.

Aseguran que tiene tres tiros en su cuerpo. El primero lo sufrió en un intento de secuestro, allí perdió la audición de un oído. En otras dos veces recibió disparos en tiroteos en la calle.

Baratta siente que Paggi lo traicionó y está muy molesto. Dice que su superior y el ministro de Justicia, Ricardo Casal, le soltaron la mano en el marco de la embestida que desde hace días realiza el gobierno nacional sobre las políticas de seguridad de Daniel Scioli.

Ahora, Baratta está afuera y promete venganza. “Será interesante mirar con atención los acontecimientos de los próximos días”, dijo a LPO una fuente cercana a la cúpula policial.

El desplazamiento se da después del asesinato de Lucas Rotella, el joven que murió de un balazo por la espalda en Baradero, en manos de un policía y luego de una cuestionada actuación de la fuerza bonaerense en la represión de José León Suárez.

También hay otro escenario más complejo: Una creciente presión que baja desde el gobierno nacional para desplazar a Casal, a quien Scioli no dudó en ratificar en su cargo.

Además del superintendente de Coordinación Operativa, por el momento se ejecutaron otros cinco pases a retiro. La nómina incluye a José Raggio (Superintendente de Seguridad de Zona Oeste); Mario Martín (Superintendente de Seguridad de Zona Norte); Claudio Fernández (Superintendente de Investigaciones de Tráfico de Drogas Ilícitas); Walter Carballo (Director de Investigaciones Complejas y Crimen Organizado) y Héctor Martínez (Director de Servicios Sociales).