Con rechazo parcial del Pro, los demás bloques de la oposición de Diputados lograron aprobar la ley de glaciares, que limita las explotaciones mineras en toda la cordillera argentina.

El texto es igual al que fue vetado por la presidenta el año pasado y además del rechazo del oficialismo contó con la negativa del Pro al artículo sexto, que prohíbe la explotación minera en el área de periglaciar, que el proyecto define como la zona de alta montaña con suelos congelados “que actúa como reguladora del suelo hídrico”.

El diputado Miguel Bonasso, de Diálogo por Buenos Aires, justificó esa definición en que esas zonas actúan como fuentes de recurso hídrico, por lo que la explotación minera pondría en riesgo ese recurso. El principal ejemplo que utiliza es el del proyecto minero de la zona de la cordillera sanjuanina denominada Pascua Lama, a cargo de la empresa canadiense Barrick Gold. Su titular, Aaron Regent, recibió hace un mes a la presidenta y a gobernadores de todas las zonas mineras.

Para el macrismo, en estos términos la minería quedaría prácticamente vedada en toda la cordillera argentina, ya que en la mayoría de sus tramos tiene al menos una región congelada.

El jefe del bloque, Federico Pinedo, propuso que el desarrollo minero en esa región sólo sea posible con un informe ambiental que lo habilite. Una propuesta similar había planteado un rato antes el oficialismo.

"No se trata de elegir entre proteger el agua o promover el desarrollo económico de las provincias cordilleranas que dependen fundamentalmente de los recursos naturales de la montaña. No es agua o desarrollo, es agua y desarrollo”, protestó también la diputada Pro Gladys González, vicepresidenta de la Comisión de Minería.

Bonasso reiteró que no admitía modificaciones y así el tratamiento en particular continuó con la votación específica del artículo sexto, con resultado positivo. La UCR, la Coalición Cívica, el peronismo federal y la centroizquierda reunieron la mayoría simple requerida. Lo mismo sucedió con el resto del proyecto, que así fue aprobado y enviado al Senado.

El proyecto había sido aprobado en general el 14 de julio , pero aquel día no pudo ser aprobado en particular porque el Pro y el kirchnerismo abandonaron el recinto justo cuando iba a tratarse el artículo quinto, el anterior al de mayor controversia. La semana pasada la sesión no pudo retomarse por falta de quórum, que fue posible por la total ausencia de los kirchneristas además de la de dipuados de otros bloques.