19 de abril, 2024
Cristina: "No se puede combatir la pobreza solamente orando"
Lo aseguró la Presidenta en conmemoración del 36 aniversario del asesinato del padre Carlos Mugica, tras destacar la labor del cura miembro del Movimiento Tercermundista y agregar que en la lucha por ayudar a los que menos tienen "hay que trabajar muy duro y enfrentar a sectores de poder". Aprovechó también para cargar contra la oposición.
La presidenta Cristina Kirchner reivindicó este mediodía la "militancia social y política" del padre Carlos Mugica, al cumplirse el 36 aniversario de su asesinato, y subrayó "no se puede combatir a la pobreza solamente orando, sino que hay que trabajar muy duro y enfrentar a sectores de poder".
La jefa de Estado se pronunció de esa forma al encabezar un acto en la Villa 31 del barrio porteño de Retiro, donde en los últimos años de su vida Mugica desempeñó su tarea social y política. Cristina rescató que el cura del movimiento tercermundista en su momento se inclinó por una opción política (el peronismo) porque "no se puede combatir a la pobreza solamente orando, sino que hay que trabajar muy duro y enfrentar a sectores de poder".
En ese sentido, la Presidenta consideró que los pobres "necesitan que los movimientos políticos se identifiquen con las verdaderas causas de la pobreza para luchar contra ella". Por eso, la mandataria destacó "el compromiso incaudicable de Mugica con los pobres" y remarcó que le tocó vivir "en una época más difícil que la de ahora, ya que vivimos en una democracia en la que cada uno puede decir lo que se le da la gana".
"Mugica fue uno de esos hombres que dio su vida para que nunca más un argentino pueda ser perseguido por lo que dice o por donde milita", enfatizó. También aprovechó para criticar a la oposición: "No importa que se opongan a todo y digan que todo está mal, sigamos trabajando como hacía él", señaló en alusión a Mugica.
Cristina además apuntó contra quienes quieren "volver al Fondo Monetario", como también contra "esa izquierda terrible que quiere hacer la revolución y que nos dice que somos burgueses comprometidos con el capitalismo". La ceremonia se llevó a cabo en la Parroquia Cristo Obrero, ubicada en autopista Illia y Ramón Castillo, donde se desempañaba Mugica hasta su asesinato consumado el 11 de mayo de 1974 y atribuído a la Triple A.
Allí, Cristina concurrió acompañada por los ministros de Justicia, Julio Alak; de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, y de Industria, Débora Giorgi. La mandataria también descubrió una placa en conmemoración del martirio de Mugica, y los ministros firmaron un convenio para la implementación de una oficina de asesoramiento legal para los residentes de esa villa de emergencia. También se firmó otro convenio entre el Ministerio de Justicia y la Anses de acreditación de acuerdos en mediación sobre tenencia para percibir la Asignación Universal por Hijo.
La jefa de Estado se pronunció de esa forma al encabezar un acto en la Villa 31 del barrio porteño de Retiro, donde en los últimos años de su vida Mugica desempeñó su tarea social y política. Cristina rescató que el cura del movimiento tercermundista en su momento se inclinó por una opción política (el peronismo) porque "no se puede combatir a la pobreza solamente orando, sino que hay que trabajar muy duro y enfrentar a sectores de poder".
En ese sentido, la Presidenta consideró que los pobres "necesitan que los movimientos políticos se identifiquen con las verdaderas causas de la pobreza para luchar contra ella". Por eso, la mandataria destacó "el compromiso incaudicable de Mugica con los pobres" y remarcó que le tocó vivir "en una época más difícil que la de ahora, ya que vivimos en una democracia en la que cada uno puede decir lo que se le da la gana".
"Mugica fue uno de esos hombres que dio su vida para que nunca más un argentino pueda ser perseguido por lo que dice o por donde milita", enfatizó. También aprovechó para criticar a la oposición: "No importa que se opongan a todo y digan que todo está mal, sigamos trabajando como hacía él", señaló en alusión a Mugica.
Cristina además apuntó contra quienes quieren "volver al Fondo Monetario", como también contra "esa izquierda terrible que quiere hacer la revolución y que nos dice que somos burgueses comprometidos con el capitalismo". La ceremonia se llevó a cabo en la Parroquia Cristo Obrero, ubicada en autopista Illia y Ramón Castillo, donde se desempañaba Mugica hasta su asesinato consumado el 11 de mayo de 1974 y atribuído a la Triple A.
Allí, Cristina concurrió acompañada por los ministros de Justicia, Julio Alak; de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, y de Industria, Débora Giorgi. La mandataria también descubrió una placa en conmemoración del martirio de Mugica, y los ministros firmaron un convenio para la implementación de una oficina de asesoramiento legal para los residentes de esa villa de emergencia. También se firmó otro convenio entre el Ministerio de Justicia y la Anses de acreditación de acuerdos en mediación sobre tenencia para percibir la Asignación Universal por Hijo.
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En otros momentos, la astucia y la imperiosa necesidad de “ser”, de fabricar verdades propias y de deformar la realidad enlaza invención y mentira con una verosimilitud impecable e implacable. La invisibilidad del hilo depende de las virtudes de quienes las tejen y las destejen, de quienes las oyen y las desoyen. La implacabilidad de la calumnia suele tener consecuencias funestas que casi nunca paga quien las dijo.
Como en tantas ocasiones, la pregunta es: ¿qué hacer? El hilo que corre entre verdad y mentira muchas veces es casi invisible, impalpable. Aunque sabemos lo que deseamos poco ha sido y poco será lo que se consiga por medio de la fuerza de la razón. Sin embargo, de algo sirve denunciar a los mentirosos. Exponerlos y rayar su historia y las de sus seres cercanos sirve. Algunos, como el sátrapa Argentino pilar acabó en el descreimiento de los foristas. De nuevo pregunto, ¿qué hacer? Demasiado han construido quienes, a pesar de los costos para la sociedad y para el mundo, han erigido verdades a partir de mentiras. MENTIROSAAAAAAAAA.
Así, en mayo de 1968 un grupo de curas decidieron formar el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. Sus integrantes tuvieron una fuerte participación política y social en villas miserias y barrios humildes, sobre todo a partir de 1976. Poco después, en agosto, se realizó la Conferencia Episcopal Latinoamericana en la ciudad colombiana de Medellín, donde se redactó un documento que afirmaba el compromiso de la Iglesia con los sectores más humildes.
Casi cuarenta años más tarde, Domingo Bressi, uno de los fundadores de los sacerdotes tercermundistas, “Todo esto provocó una gran movilización. Se empieza a entender la fe y la vocación cristiana de otra manera. Dentro del clima de época revolucionario vivimos una revolución al interior de la Iglesia a nivel mundial, latinoamericano y argentino. Estaba en conexión con el Mayo Francés, con la revolución cubana, con la guerra de Vietnam. Nosotros formamos parte de este clima”.
Con el hastío de años de dictadura y una imperiosa necesidad por patear el tablero, la Argentina no estuvo exenta de lo que sucedía en otras partes del mundo. No sólo los jóvenes con espíritu revolucionario, sino además los sindicalistas, los artistas y los religiosos empezaban a cambiar la historia. Con las alegrías y penurias de todo lo vivido, Domingo Bressi dijo: “Nosotros queríamos ser protagonistas, no observadores”. En una sola palabra, fueron curitas villeros que tiraron contra los genocidas de la dictadura militar. Fueron señalados por dicha dictadura como guerrilleros y asesinados vilmente.