El titular del BICE, Mauro Alem, pidió un crédito de 1,5 millones de dólares al BID para que lo asesoren en la creación de un Banco de Desarrollo, algo insólito ya que la entidad es, en sí misma, un banco de desarrollo.

Según fuentes del mercado, el directorio quiere bocharle la idea porque se trata de un préstamo que luego deberán devolver, y con ello, Alem sumará un nuevo escándalo a su gestión. Como ya publicó este medio, el economista que pertenece al riñón del gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, hizo malas jugadas cuando desembarcó en el BICE. Primero nombró como gerente General a Adrián Nador, un ex secretario de Roberto Lavagna, que en cuanto encuentro participaba dejaba traslucir sus opiniones críticas sobre la política económica del gobierno, y luego como gerente de Fideicomisos a Fernando Schvartz, involucrado en una causa por estafas con autos.

Desde el organismo dirigido por Alem, negaron que se les haya otorgado un crédito millonario, pero no aclararon si lo habían pedido. “Se trata de un acuerdo de cooperación técnica de apoyo institucional”, explicaron y especificaron: “El BID, una entidad con años de experiencia e irrefutable calidad de conocimientos, nos da el know how y dinero”. Contaron, además, que se “se trata de un primer paso” y que “no se definió nada”.

Lo cierto es que en Argentina -y bajo el gobierno kirchnerista- hay miles de proyectos de bancos de desarrollo dando vueltas. Así lo afirman fuentes del Ministerio de Economía que se indignan porque se busque afuera una asesoría que se puede encontrar en el país. Y enumeran algunos de los proyectos más reconocidos, el del ex presidente del BICE, Miguel Peirano, de la ministra de Industria, Débora Giorgi, y hasta uno de la UIA.

Estas fuentes se no descalifican al BID y la experiencia que demuestra desde 1959, pero señalan que es más fácil acordar una misión de economistas argentinos a Brasil y que analicen cómo se organizó el Bndes, una entidad que desde 1952 viene financiando a la industria, desde la productiva, de infraestructura, agricultura, comercio y de servicios. Y lo hacen tanto a grandes como a pequeñas empresas a través de préstamos de largo y corto plazo y de programas.

El gobierno kirchnerista viene prometiendo desde hace 6 años la creación de un Banco de Desarrollo, pero hasta ahora sólo quedó en palabras. Sin embargo, fuentes del sector financiero aseguran que con los fondos de la Anses –engrosados por la estatización de las AFJP- ahora pueden llevarlo a cabo. “Lo más complicado de este tipo de entidades son es el dinero inicial para empezar a dar financiamiento”.