En un pequeño despacho del piso 12 del Anexo de la Cámara de Diputados de la Nación, mientras los pasillos del edificio estaban vacíos por la visita diez plantas abajo del ministro de Economía, Amado Boudou, La Política Online entrevistó a Gladys González, legisladora nacional del Pro por la provincia de Buenos Aires.

González, una licenciada en Ciencias Políticas de sólo 36 años y oriunda de la localidad bonaerense de Bolívar, no reniega de su condición de “amarilla”, un término que los macristas puros comenzaron a emplear luego de que el Jefe de Gobierno porteño lo utilizara en el acto de los Jóvenes Pro el pasado 6 de marzo en Luján.

Antes de ser diputada, González formó parte de la gestión de Mauricio Macri, a quien ve como el único presidenciable de la alianza Unión Pro. Primero fue directora por el Pro en el Banco Ciudad y luego llegó de la mano de Horacio Rodríguez Larreta a la subsecretaría de Atención Ciudadana de la Ciudad, cargo que ostentó durante casi dos años.

Aunque ella aclara que su lugar natural es la función ejecutiva, González se quedó con el primer cupo femenino de la lista de Unión Pro, detrás de Francisco De Narváez y Felipe Solá.

Presidenta de Pro Mujeres, la diputada quiere que se deje de hablar de cupos y que la mujer tenga la misma participación que el hombre en la política, no por una obligación constitucional sino por “capacidad e idoneidad”. Eso sí, su ejemplo de liderazgo femenino no es Cristina Fernández de Kirchner, sino la chilena Michelle Bachelet.

¿Es difícil ser opositor en el Congreso?

Desde que asumimos tuvimos la gran expectativa de darle el Congreso una dinámica diferente de trabajo. Por un lado, como algo positivo, la oposición ha logrado generar esa dinámica, hemos logrado hacer reunir a un Congreso que el año pasado se reunió poco, tanto en las sesiones como en las comisiones. Pero por otro lado, como diputada del Pro, siento que estamos siempre en este fino equilibrio de sentirnos provocados por el oficialismo para copiar su actitud de irresponsabilidad, de violar el reglamento, las normas, las instituciones. Entonces por un lado tenemos que defender el Congreso y las instituciones y tratar de que esto funcione, pero por el otro, tenemos la responsabilidad que nos ha dado el ciudadano de generar el cambio. Cumplir con ese mandato que nos ha dado la población muchas veces nos enfrenta con el oficialismo, que no nos deja hacer y quiere que caigamos en la misma posición de irracionalidad que tienen ellos. Enfrentarnos como ellos hacen es tirar tanto de la cuerda que finalmente no vamos a lograr nada. Es muy difícil tener un acercamiento con el oficialismo, parecen tener una postura irreversible.

¿No se puede dialogar con los legisladores del oficialismo?

Con el kirchnerismo, con el Ejecutivo, hoy ya es muy difícil poder dialogar. Con los legisladores sí se puede dialogar, con algunos más que otros. Pero el kirchnerismo ha bajado una línea y hoy el modelo de ejercicio del poder es el enfrentamiento. Cuando ganamos el 28 de junio, pensé que íbamos a tener la fuerza y ellos la reflexión para acercar posiciones, pero lo que veo desde ese momento hasta ahora es que no van a cambiar. Tienen la firme decisión de no abandonar esa postura casi suicida. Nosotros no podemos empujarlos hacia eso, porque estaríamos siendo cómplices de la locura de ellos.

Alberto Fernández dijo que era una “barrabasada jurídica” derogar los DNU. ¿Está de acuerdo?

Lo que pasó fue que nos pusieron contra las cuerdas. La oposición tuvo esa única forma de decir lo que no quieren que digamos. Nunca se nos convocó ni consultó, todo el reglamento fue violado. La única manera de demostrar formalmente que no estábamos de acuerdo era esa. Pedimos que nos respeten, no estamos cerrados a la discusión.

Kirchner deslizó que piensan quedarse hasta 2020. ¿Cómo cree que puede sostenerse esta situación de tensión constante con la oposición?

Tenemos un acto eleccionario en 2011 y hay una clara intención de la gente de cambiar, eso se ve en todas las encuestas.

¿Cómo se le gana al aparato que tiene Kirchner?

Bueno, le ganamos el 28 de junio…

Pero ustedes contaban con buena parte de la estructura del justicialismo…

Creo que la gente, más que nada en la provincia de Buenos Aires, votó algo más que una estructura del peronismo. Votó a una fuerza superadora del peronismo, a Unión Pro, en donde hay radicales, independientes, de todos los partidos, la fuerza que hoy representa Mauricio Macri. La gente está dispuesta a votar terceras fuerzas y ya no es el peronismo el que determina los destinos de la provincia.

El colorado

Dijo Mauricio Macri pero no nombró a Francisco De Narváez. ¿Por qué?

Yo soy macrista, del Pro, y Mauricio siempre ha sido mi proyecto. Hoy día desde el Pro estamos construyendo una alternativa nacional y estoy convencida de que el futuro nos va a volver a encontrar juntos en Unión Pro.

¿Quiere decir que ahora están separados de De Narváez?

El tema De Narváez es una película que ya la hemos visto otras veces, en la que De Narváez vuelve al peronismo, ve lo que hay en el peronismo, hace estos amagues y cuando mira para este lado ve que Mauricio es la mejor alternativa para trabajar para el 2011. Francisco va y viene pero siempre termina con Mauricio.

¿Piensa entonces que De Narváez va a terminar aceptando la fórmula presidencial de Macri y se va inclinar por la provincia?

Yo creo que sí. Es lo que más le conviene a la gente. Macri es el mejor candidato que tenemos y Francisco se da cuenta, a pesar del juego de acercamiento al peronismo. Él está tratando de conducir un peronismo que hoy no tiene fuertes liderazgos. Venció al kirchnerismo, pero no puede dejar de reconocer que no ganó sólo por el peronismo. Los amarillos le aportamos mucho, le dimos el aire renovador que el peronismo necesita.

¿Cómo está la relación del Pro con Felipe Solá?

A nivel Congreso la relación es buena con todos. En muchos casos tenemos una visión similar. Por lo menos con el equipo de Francisco no ha sido una cuestión circunstancial lo del 28 de junio. Y con Solá y nuestros compañeros de Peronismo Federal hay una muy buena relación.

El campo

¿Qué visión tiene del último acercamiento de la Mesa de Enlace con el ministro de Agricultura, Julián Domínguez?

Además de las políticas erráticas del gobierno, uno tiene que ser espectador de una interna entre Domínguez y Guillermo Moreno. Entonces los mensajes siempre son cruzados y el sector no entiende nada. Domínguez dice una cosa, lo encontramos promocionando las exportaciones y Moreno las cierra. El sector está cansado, porque las señales son muy distintas. Está la listita de Moreno contra la listita de Domínguez. La figura de Moreno, que no entiendo por qué existe todavía, frena las buenas intenciones del ministro. Hoy tenemos ministerio, estructura, pero las cosas no han cambiado.

¿Qué se puede hacer desde el Congreso?

En la Comisión del Agro estamos trabajando muy bien, con consenso, estamos embaladísimos trabajando pero llega un punto en el que te chocás con la pared del Ejecutivo. Da un poco de frustración.

¿Y con Eduardo Duhalde?

Duhalde es un dirigente al que yo respeto y mi espacio respeta. Es un dirigente que siempre va a estar en el armado. No creo que se postule a nada.

Pero ya aseguró que quiere ser presidente…

Yo creo que es más una expresión para encolumnar que algo que vaya a pasar en concreto. Personalmente creo que Duhalde tiene como una deuda por haber puesto a Kirchner en el poder y necesita reivindicarse. Pero por eso mismo creo que va a apoyar a Mauricio en su momento.

A pesar de eso, Jaime Durán Barba (asesor de imagen de Macri y De Narváez) les aconsejó que se separaran gradualmente del duhaldismo…

No estoy hablando de una alianza con Duhalde, sólo digo que quizás en un determinado momento él le diga a los suyos que se inclinen por Mauricio.

Sin embargo, circulan versiones que indican que los diputados nacionales Christian Gribaudo y Laura Alonso harían el salto inverso, al menos al sector de De Narváez al que ya se pasaron legisladores del Pro como Daniel Amoroso…

No puedo hablar por ellos.


¿Van a seguir en el Pro?

Sí, siguen en el Pro y han manifestado que están en nuestro proyecto. Aunque preferiría no opinar sobre ellos, porque no lo sé. Son ellos y su conciencia.

Los amarillos

Si De Narváez decide finalmente ir a una interna en el PJ, ¿qué van a hacer ustedes?

Respeto su estrategia, pero no es nuestra muerte que Francisco decida eso. Nosotros tenemos otros dirigentes que están creciendo mucho.

¿Cuáles?

Nuestro jefe de bloque, Federico Pinedo; en la provincia todo el trabajo que está haciendo Jorge Macri que se está instalando desde hace años, es un referente que tiene mucho compromiso con nuestro proyecto y a su vez tiene mucho conocimiento político y ha sido el armador en la provincia. La propia Gabriela Michetti es una persona que además de ser de la provincia tiene muy buena imagen, está instalada, así que nosotros vamos armando nuestros propios cuadros, por lo que alternativas tenemos y Francisco no es nuestra única chance.

Hablando de candidaturas, ¿adónde ubicarían a estos cuadros?

Vamos a ver. Pero haciendo una autocrítica, porque también uno se presta a hablar permanentemente del tema, hay que decir que hoy en día se ha adelantado demasiado la discusión de las elecciones y que por eso a veces es tan difícil establecer los consensos. Imaginate lo que es para nosotros desde la oposición establecer consensos entre radicales, el peronismo federal, la Coalición Cívica, todos juntos con proyectos políticos e ideologías diferentes. Es muy difícil. Esta prematura discusión por las elecciones ha provocado que se aún más difícil ponernos de acuerdo y la prensa no ayuda mucho porque permanentemente nos pregunta por las elecciones. El 2010 debería ser un año para trabajar el consenso, para gestionar, para mover el Congreso, no para que cada vez que vayamos a una sesión estemos contando los numeritos del quórum. Es por eso que desearía ser yo misma quien no piense en cuál de nuestros líderes va a ir en dónde, porque eso es contribuir a las rispideces internas de nuestro partido.

No nombró dentro de los cuadros del Pro a Horacio Rodríguez Larreta…

Porque hablábamos de la provincia y Nación. Horacio está más focalizado en la ciudad de Buenos Aires, lo mismo Diego Santilli. Rodríguez Larreta tiene un perfil ejecutivo. Él lo manifiesta y nosotros lo vemos. Uno cuando piensa en Horacio piensa en gobierno, en gestión, en ejecución. No me lo imagino tanto en lugares como éste.

¿Pero lo ve ganando en la Ciudad?

Creo que tiene altas chances, ha crecido mucho en su nivel de conocimiento en la Ciudad. Me parece que está haciendo un muy buen trabajo, por lo que tiene las mismas chances que candidatos como Gabriela o Santilli. En su momento veremos qué es lo que más conviene.

¿Cómo se inculca el Pro en las secciones del interior de la provincia?

Hay distritos en donde los intendentes tienen mucha historia, vienen siendo reelegidos hace muchos años. Hay quizás tengamos menos chances, a pesar de estar creciendo. Pero hay otros distritos en donde los intendentes no dan para más y en donde la gente está buscando otra alternativa. Allí tenemos más chances, nuestros candidatos han hecho muy buenas elecciones a concejales. Lo que es indudable es que el Pro ha crecido y con mucha fortaleza. Nuestros candidatos van a ser del Pro siempre, no son candidatos saltarines. Son amarillos, su proyecto político es Mauricio Macri.

¿No hay excepciones?

Del Pro yo diría que no.

¿Cómo se construye el Pro?

Trabajamos provincia por provincia en algunos casos con independientes y en otros con aliados. Nos hemos fusionado con Recrear, que tienen un armado que ha estado en las provincias. En algunos distritos bajamos con un armado interior y en otros el Pro viene trabajando hace rato, como por ejemplo en Entre Ríos. Cada elección va siendo cada vez mejor. No vamos a tener candidatos propios en los 24 distritos, pero el trabajo que se está haciendo es bueno y Mauricio tiene una muy buena imagen en todo el país. La gente siempre lo ve como presidenciable, así que no es tan difícil salir a construir por el interior con una figura como la de él. Eso no quiere decir tampoco que la construcción sea algo fácil.

¿Qué es lo que no la hace fácil?

Ninguna construcción es fácil cuando la gente ya no cree en los partidos políticos. Salvo después de la 125, cuando hubo una vuelta de legitimidad a los partidos, cuando todos los que somos dirigentes nos entusiasmamos porque la gente empezó a participar, a darse cuenta que sólo a través de la política pueden generarse los grandes cambios y que el Congreso servía para algo, allí hubo una reivindicación de la política. Pero al mismo tiempo las peleas, las idas y vueltas son tantas, que siento que no logramos capitalizar todo lo que logramos después de la 125.

¿Está diciendo que la oposición perdió el tren?

Sin decir “la batalla está perdida” y tratando de recuperar esa efervescencia cada vez que voy a los distritos, creo que la oposición ahora va a tener que esperar. Prevalecieron ciertos personalismos. Así como el oficialismo atenta permanentemente para que la gente no vuelva a creer en la política y en las instituciones, Elisa Carrió vive atentando en contra de los consensos de la oposición. En los momentos de consenso no hay personalismo que valga.

La mujer

¿Es difícil el ingreso a la política para una mujer?

Es difícil crecer. En mi partido me abrieron las puertas y no vengo recomendada por nadie, yo quise venir a trabajar. Lo que pasa es que la mujer tiene que demostrar todo el tiempo el doble de lo que demuestran los hombres para decir “yo soy capaz”. Hay una necesidad constante de explicar el por qué, que no tienen los hombres. Por otro lado, a pesar de que es necesario implementar políticas de discriminación positiva, como es la ley de cupos, hoy esa ley se cumple en el Congreso porque hay más del 37 por ciento de mujeres diputadas, pero eso no es lo mismo en los Concejos Deliberantes, en las Legislaturas provinciales. Hay que seguir trabajando para que las mujeres lleguen por capacidad e idoneidad y no por una obligación. Mientras que eso no suceda de manera natural, esas políticas de discriminación positiva hay que implementarlas. De hecho estamos charlando con algunas mujeres del Pro y de Peronismo Federal para presentar un proyecto que eleve al 50 por ciento el cupo femenino.

¿Qué hace desde Pro Mujeres en ese sentido?

Dentro de la mesa directiva tengo la responsabilidad de construir el ala femenina del partido. Hace rato que venimos militando con el tema de género. Ahora la intención es que sirva como estrategia de crecimiento, como lo es Juventud. Mujeres y Juventud son los dos ejes sobre los cuales vamos a construir. Pertenezco a una red internacional de mujeres y vengo trabajando en la temática de la participación política de la mujer. Me han encomendado la responsabilidad a nivel nacional, así que vamos distrito por distrito sumando y capacitando mujeres que tienen vocación de servicio y en algunos casos mucha militancia en ONGs, para que se animen a saltar a la política. Nos está yendo muy bien. Nuestro slogan es: “Más mujeres, mejor política”. Con Mauricio siempre nos fue bien con las mujeres. Tiene muy buena llegada, y además las mujeres se sienten muy identificadas con Gabriela, por su fortaleza, su sencillez para hablar, esa cosa de provincia que tiene ella.

Para hablar de mujeres y política, ¿qué ejemplos usan?

Desearía que mi presidenta fuera un ejemplo de liderazgo femenino y una mujer que cuando llega, implementa políticas de género. Lamentablemente eso no ha sucedido. En la historia argentina hay muchas mujeres que han peleado y luchado por los derechos de las mujeres, pero actualmente, debo decir que me da un poco de envidia que los chilenos hayan tenido de presidenta a Michelle Bachelet, que implementó políticas de género e incrementó la participación de las mujeres que fueron funcionarias en su gobierno.

Después del mandato de Cristina, ¿cree que el electorado argentino se volcará nuevamente por una mujer?

Muchos dicen que el ejemplo de ella nos ha hecho mal a las mujeres que nos dedicamos a la política. Pero depende de nosotras hacer que las mujeres puedan volver a confiar en otra mujer. Estamos trabajando mucho desde nuestro espacio, de hecho el 9 de abril hacemos un retiro en la Ciudad de Buenos Aires para diputadas nacionales, legisladoras de la Ciudad, nuestra diputada provincial y todas las concejales que tenemos del Pro para que cuando lleguemos a los puestos de poder no nos olvidemos de la militancia femenina.