Amado Boudou llegó a las 18.30 al tercer piso del anexo de Diputados dispuesto a responder todas las consultas, actitud bien diferente a la que tuvo el martes pasado y esta mañana, cuando faltó sin previo aviso a plenarios de comisiones de la Cámara baja y del Senado, respectivamente.

Esta vez sí se sentó frente a diputados de las comisiones de Presupuesto y de Finanzas, escoltado por sus presidentes: el kirchnerista Gustavo Marconato y Alfonso Prat Gay, de la Coalición Cívica. Y tras una breve introducción con un detalle auspicioso de los indicadores del país, sorprendió cuando negó que haya inflación, una afirmación que desparramó risas e ironías. 

“No estamos viendo inflación; no estamos viendo un aumento generalizado de precios”, afirmó, ante una consulta de Prat Gay, quien por un instante se había apartado de su rol de moderador para consultarle, concretamente, como medía el impacto de la inflación en la economía.

Boudou justificó su diagnóstico con mediciones de institutos de estadísticas de distintas provincias, argumento similar al que utilizó la presidenta durante la apertura de la asamblea legislativa.

El ministro dijo que en provincias como Catamarca o Santa Fe los índices de este año no superan el 3% y que el 80% de la escalada de precios se debió a alimentos y bebidas y otro tanto a la carne.

“No hay condiciones para que haya un proceso inflacionario”, afirmó. En un hecho inédito, Francisco De Narváez, diputado del Peronismo Federal, tomó la palabra y le consultó, "desde el sentido común", si el gobierno estaba conforme con el aumento de precios al consumidor.

“Le contesto más breve de lo que supone: quédese tranquilo que no vamos a hacer un ajuste”, contraatacó el ministro. “Nosotros no lo aceptaríamos”, devolvió el diputado. Boudou después se sinceró un poco: “En estos dos meses el aumento es más alto que en los otros. Pero trabajaremos fuertemente sobre la inversión”, anunció.

Carlos Kunkel, uno de los furiosos kirchneristas de Diputados, le disparó varios improperios a De Narváez mientras hablaba. “¿Quiere darle una interrupción al diputado Kunkel?”, le propuso el verdugo de Kirchner al ministro. “Yo no debo hacerlo”, se excusó, entre risas, Boudou, que varias veces en la noche apeló a sus típicas ironías.

Está todo bien

A Boudou le alcanzaron 22 minutos para describir en términos auspiciosos la coyuntura económica del país. Detalló que en los primeros dos meses hubo un superávit fiscal de 2.250 millones de pesos, aun cuando el presupuesto no contempló la erogación que le significa al gobierno la asignación universal por hijo.

Para este año predijo un superávit fiscal superior a los 12 mil millones de dólares, menor al de este año, que superó los 17 mil, según dijo, "por el aumento de las importaciones de bienes de capital". Pronosticó un dólar estable, que no supere los 3,95 pesos este año. 

Defendió el aporte que el gobierno hace a las provincias para, con esos datos, rechazar de plano la coparticipación del impuesto al cheque propone la oposición del Senado, en un proyecto de ley que ya tiene dictamen de comisión.

Si eso ocurriera, Boudou estimó que se distribuirían entre las provincias 10.307 millones de pesos, “mientras que por las deudas que las provincias tienen con la Nación, el Gobierno financiará este año 12.298 millones a través del PAF (Programa de Financiamiento Ordenado)”, anunció, casi en tono de advertencia.

El desglose de la inversión del Gobierno en las provincias no se quedó ahí: apuntó que se repartirán entre los 24 fiscos 6.400 millones de pesos por la coparticipación del 30% de las retenciones a la soja y recordó los aportes que todavía hace la Anses a las cajas jubilatorias provinciales, que, detalló, fue de 7.585 millones de pesos el año pasado y superaría los 9.000 este año.

Sumando las transferencias automáticas a las provincias y las especiales, Boudou informó que en 2009 la Nación giró a las provincias 277.854 millones de pesos y que este año esa cifra se irá a 329.374.

Pero Boudou flaqueó cuando el diputado jujeño de la UCR, Miguel Giubergia, le detalló la diferencia en la proporción de recursos que envió a distintas provincias en concepto de inversión en vialidad y aportes del tesoro nacional, con laros beneficios a Santa Cruz y Buenos Aires por sobre Catamarca o Jujuy.

El ministro evitó esa pregunta y prefirió concentrar su respuesta en la defensa al derogado fondo del bicentenario, que en diciembre consideró necesario disponer por decreto para iniciar un canje de deuda que ahora, sin esos recursos, lanzó y anunció como muy auspicioso. “El año pasado había muchas versiones de que no llegaríamos a cumplir con nuestras obligaciones, así que el fondo era una garantía”, explicó.

Defensa al canje

Boudou dedicó varios párrafos de su discurso a defender el canje de deuda en default que cerró esta semana y anunció que abrirá en 20 días. Aclaró que el Gobierno “no va a pagar comisiones” y negó a rajatabla que quienes ingresen al canje ahora tengan mayores beneficios que quienes lo hicieron en 2005.

“La quita es del 65%”, afirmó y agregó: “Una cosa es el valor nominal de los papeles y otra el de mercado”. Es esta última cotización la que, según varios analistas, le daría a los bonistas resultados más que promisorios. “Por ley, quien ingresó al anterior canje puede pasarse a este. Si fuera mejor, se pasarían todos”, intentó sepultar dudas el ministro.