La gestión del PRO no sólo inauguró sólo dos estaciones en dos años al frente del gobierno de la ciudad sino que además perdonó a una empresa multinacional una deuda de más de tres millones de pesos en concepto de multa por incumplimiento de contrato.

La cuestión comienza con la prolongación de la línea A, en especial el tramo 1 (Puán – Carabobo), que necesitaba un sistema de señalamiento.

Para ello, mediante la licitación 131/06 se adjudicó a la empresa Alstom, la francesa que iba a estar a cargo del Tren Bala y que todavía se encuentra con problemas financieros, el trabajo.

Sin embargo, luego de retrasos en la obra, el Sbase (Subterráneos de Buenos Aires), bajo la gestión de Mauricio Macri, le aplicó una multa de $3.046.793,20. Así, con la firma del entonces titular del organismo, Jorge Irigoin y el secretario Legal, Carlos Laurito, en marzo de 2008 se firmó el acta de directorio 894 en la que se decide notificar a la francesa.

En el pliego de licitación ya estaba establecido que si los trabajos se dilataban, Alstom podía recibir sanciones económicas.

Sin embargo 19 de agosto del año pasado surgió el escándalo: se firmó un acta – acuerdo en la que dio marcha atrás con lo dispuesto cinco meses atrás. En primer lugar se aprobaron los trabajos realizados por Alstom, se decidió no incluir a la contratista en el registro de empresas deudoras para que mantenga los antecedentes ante otra licitación, y, lo más escandaloso quizás: se decidió pagar, en rigor reconocer, los certificados de obra y condonarle la deuda.

Es más: se le reconocieron “gastos improductivos” por $1.200.0067,85 más gastos por mayor permanencia en obra por $2.034.948,91. Además a estas cifras hay que sumarles $395.509,37 en concepto de presupuesto adicional. Con lo cual, en total si se suma la multa condonada, se alcanzan unos $6.677.319,33 a favor de la firma francesa.

En la cláusula 10 del acta acuerdo, a la que tuvo acceso LPO, se agregó además: “si al momento de realizarse el relevamiento de las vías y una vez que estén montadas se determinare algún tipo de diferencia con los datos aportados por Sbase, éste reconocerá a favor de Alstom cualquier diferencia económica debidamente acreditada o prórroga de plazos que pudiera existir”.

En otras palabras, si la empresa llegara a gastar más, el organismo se haría cargo en su totalidad. Casi una invitación a mayores costos.

Si bien en un primer momento había trascendido que la renegociación de este contrato no estuvo a cargo del Sbase sino de dos enviados de de la Procuración porteña, desde el organismo que conduce Pablo Tonelli explicaron que los abogados Alberto Gowland y Juan Francisco Freire Aurich, quienes estamparon su firma para el acuerdo con la empresa multinacional, ya se habían ido de la Procuración y trabajaban para el Sbase en ese momento.