El peronismo santafesino tiene un serio problema: la “loledependencia”. Carlos Reutemann – sin proponérselo quizás – transformó sus triunfos en espejismos personales haciéndolos parecer partidarios, cuando en realidad -como si fuera una proyección holográfica- sus victorias no son las del peronismo cuando su figura desaparece de escena.

Pero no es el único problema que aqueja a los compañeros del PJ: tal como explicara su presidente Spinozzi, la Ley de internas abiertas llevó a muchísimos candidatos peronistas distritales a presentarse en las últimas elecciones con otro Partido, precisamente para no ir a internas. Algunos perdieron por esa razón, pero en aquellos pueblos adonde los candidatos justicialistas ganaron cobijados por otro partido, esas victorias no son computables al peronismo. Ahora esas comunas figuran en el protocolo oficial ajenas al peronismo.

Ahora bien, debido a que esos votos son militados por peronistas, cuando Carlos Reutemann se presentó como candidato el 28 de junio fueron a parar a sus arcas y asentados como tal, es decir como votos peronistas, aún proviniendo, como siempre ocurre con Reutemann, de sectores independientes. Ahí radica la diferencia entre los 710 mil votos que obtuvo Reutemann el 28 de junio como candidato a senador y los mezquinos 450 mil del peronismo en toda la provincia el domingo pasado.

Santa Fe capital podría ser tomada como “leading case” (caso testigo). El joven Sebastián Pignata con el Partido “100 % Santafesino” de Oscar Martínez obtuvo 44 mil votos, en su mayoría justicialistas, el domingo 27 de septiembre, que empujaron a la lista del peronismo al ignominioso tercer lugar con 29 mil votos. La suma de las dos listas peronistas superó al candidato oficialista, el Secretario de Gobierno de la Municipalidad de Santa Fe, José Corral, que obtuvo 66 mil votos.

La inexistencia de la Ley de Lemas que le hubiera permitido el triunfo al peronismo el domingo 27, también perjudicó, aunque en menor medida, al radicalismo gobernante en esta capital, ya que en las primarias la lista auspiciada por el Intendente Mario Barletta obtuvo 41.509 y la grilla encabezada por el presidente del Concejo Jorge Henn logró 27.562, las que sumadas para este domingo 27 hubieran arañado los 70 mil votos.

En definitiva, el peronismo tendrá que definir rápidamente qué hacer con Carlos Reutemann y sus votos personalísimos que desaparecen cuando no está en juego su pellejo. Ocurrió en las compulsas electorales del 2005, 2007 y el pasado domingo 27 de septiembre; cuando Rutemann no juega, el peronismo pierde. La pregunta cruel que se hacen los peronistas por estas horas es, ¿y si el Lole no juega a nada (Presidencia de la Nación ó Gobernación) en el 2011? La costumbre señala el camino de otra derrota.

¿El Frente o el radicalismo?

A mas de un radical de cuna seguramente se le habrá “piantado un lagrimón” en memoria del padre o el abuelo fallecido al imaginar el titular que por obra y gracias de la alianza no fue: “El radicalismo le ganó al peronismo en toda la Provincia el 27 de septiembre”.

Mas allá de la políticamente necesaria ratificación pública de la fortaleza de la coalición FPCyS, el radicalismo es conciente de que las casi cuarenta comunas de más que ahora registra el padrón provincial son facturadas a su nombre. Idéntica lectura hacen sobre las más de 80 bancas en concejos municipales.

A poco de andar se comenzará a notar el cambio de relación de fuerzas dentro del Frente gobernante.

El proverbialmente moderado y “políticamente correcto” presidente de la Cámara de Diputados Eduardo Di Pollina, por las dudas marcó la cancha ante nuestra consulta: “así como las elecciones en el 2007 no ganó Binner solamente sino que gano el FPCyS, lo mismo ocurrió el domingo 27; si entendemos que este es un esfuerzo individual de cada partido, creo que estamos revirtiendo un proceso que ha sido muy positivo”, advirtió.

Será cuestión de esperar; como dijo el triunfante intendente de Santa Fe, Mario Barletta, cuando ya sus correligionarios lo ungían al Sillón del Brigadier: “hay que ser cautos y ver como se resuelven orgánicamente las candidaturas dentro del Frente”.

Así las cosas, el camino al 2011 que comenzó a transitarse el lunes 28 de septiembre nos muestra al FPCyS haciendo un delicado equilibrio para no derrumbar la estantería colmada de costosos jarrones de porcelana china.

Mientras el peronismo comienza a caminarlo en estado deliberativo y convulsionado con múltiples pases de facturas internas; candidatos que eran y no saben si podrán ser.

Y arrastrando, como un karma la esotérica dualidad de tener al “gran elector” (Carlos Reutemann) que les ofrece el Paraíso; pero al mismo tiempo el Infierno.