Una de las tareas que más destreza requieren en materia política, consiste en abandonar el poder en el momento justo. Esto es, por un lado evitando una salida indecorosa casi a los empujones y sobre todo, lo más lejos posible de los Tribunales.

Un viejo lobo de mar de la político como el secretario de Medios, Enrique “Pepe” Albistur, ayer quedó un poco más lejos de la posibilidad de concretar un alejamiento elegante. Es que su permanencia en el poder quedó en entredicho ayer, luego que el juez Aráoz de La Madrid lo citara a indagatoria para el próximo miércoles 2 de septiembre, para que responda las acusaciones de desviar millones de la publicidad oficial a sus propias empresas.

Pero lo interesantes que detrás de este movimiento de Aráoz de la Madrid, en la Casa Rosada interpretaban esta noche que se escondía un mensaje de lo más alto del poder. Es que este magistrado tiene sus particularidades. En primer lugar su situación es absolutamente frágil, ya que se trata de un juez subrogante –es decir que su cargo es provisorio-, y en segundo lugar, cuando concursó para quedarse con el juzgado, salió ubicado entre las peores calificaciones.

Esta situación de fragilidad no debería llevar a interpretar que se vuelve así en presa fácil del poder políticos, que desde el Consejo de la Magistratura podría condicionar su accionar. Pero si mencionaban en la Casa Rosada, ciertos antecedentes del magistrado.

Tiempo atrás en una seria de fallos sucesivos y muy veloces, Aráoz Lamadrid sobreseyó a Guillermo Moreno, al ministro Julio de Vido y a su esposa Alessandra Minnicelli en sendas causas de enriquecimiento ilícito.

Este fuerte impacto sobre Albistur, de hecho esta noche estaba en duda su continuidad en el cargo en el mediano plazo, coincide con la ofensiva del vocero de Néstor Kirchner y actual número dos de Medios, Alfredo Sccocimaro, para quedarse con el control total de la comunicación oficial.

Como se sabe, Sccocimaro antes de llegar a su actual cargo era el vocero de Julio de Vido. Y con ese aval y el de la relación personal que construyó con Kirchner, llegó a su actual posición de poder. Como anticipó La Política Online, por estas horas Sccocimaro intenta concentrar todo el discurso del gobierno en una portal que se llamará “Sala de Prensa” y al que deberán remitir sus declaraciones, comunicados y cualquier otro acto de comunicación, todos los funcionarios nacionales.

Se combina esto con el decreto firmado semanas atrás por la Presidenta que quita a todos los organismos la posibilidad de pautar por su cuenta y concentra la publicidad oficial, que ahora deberá pasar el filtro de Scoccimaro.

Lo más notable es que esta concentración de poder, recursos, funciones y discursos, se produce bajo las narices de Albistur, a quien incluso estarían facturando por estas horas su vieja amistad con el hoy caído en desgracia, Alberto Fernández.

“No está claro que lo quieran voltear, pero golpear seguro”, confesó a La Política Online, un hombre que suele hablar con Scoccimaro de estos asuntos delicados.

Esta embestida contra Albistur, es tan evidente que en las últimas horas también comenzaron a cuestionar a su mano derecha, el director General de Comunicación, Gustavo Fernández Russo, un ex sushi que durante la gestión de “Pepe” alcanzó una relevancia sorprendente, teniendo en cuenta sus antecedentes y formación.

Como sea, la encerrona que empieza a observarse en torno al Secretario de Medios no es nueva. Al otro día del papelón que protagonizó en la noche del 28 de junio, cuando a varias horas de cerrado el comicio “anunció” que Kirchner ganaba por más de 6 puntos la provincia; comenzaron las versiones de su reemplazo por Scoccimaro.

Conocedor de secretos profundos de la pareja presidencial, socio fundador del proyecto Kirchner Presidente, Albistur hoy recibe una serie de desventuras, que algún malpensado podría interpretar como la manera de despedir a quien no se puede echar.