Mientras Mario Ishii, el intendente que presentó su renuncia en José C. Paz, recorre todos los medios para decir que va a perseguir a los “traidores”, esto es, a los intendentes del Conurbano que fomentaron el corte de boleta en sus distritos y permitieron la victoria de Francisco De Narváez en las elecciones del domingo pasado, el gobernador Daniel Scioli dio una muestra de absolución y se reunió con los jefes comunales de la primera y tercera sección.

Es que en el sciolismo no comparten la estrategia kirchnerista de seguir agudizando las contradicciones internas, y además es absolutamente irracional que un gobernador de la provincia se dedique a pelearse con los intendentes de su distrito. En ese marco, Daniel Scioli hizo hoy un fuerte gesto que apunta a restañar las relaciones con los verdaderos dueños del poder político bonaerense.

Con la gripe A y las obras públicas venideras como móvil, el gobernador juntó en la sede del Bapro en Capital Federal a sus ministros, a su vice Alberto Balestrini y a sus principales armadores, el jefe de gabinete, Alberto Pérez y Eduardo Camaño, para afianzar lazos con los intendentes de las dos secciones más populosas de la provincia que, según explicaron a La Política Online fuentes oficiales, le manifestaron el apoyo al primer mandatario bonaerense.

Pérez fue claro: dijo que en el gobierno provincial han “escuchado el mensaje de las urnas”, en contraposición a lo que se ha dicho de la reacción de Cristina Kirchner ante la derrota.

De este modo, para el funcionario la mejor manera de interpretar ese mensaje “es seguir los pasos de lo que hicimos, seguir trabajando por las obras públicas en la Provincia” y combatir la Gripe A y la inseguridad.

Pero no sólo se habló de gripe y de gestión, la reunión sirvió también para hacer un análisis de las elecciones. En ese sentido y pese a la derrota, los intendentes manifestaron su apoyo a Scioli “como presidente del PJ y como gobernador”. Ya no se habla de Kirchner ni de modelo.