La designación de Jorge “Fino” Palacios como nuevo jefe de la Policía Metropolitana no sólo generó la furia de grupos de familiares de víctimas de la AMIA, sino que un sector de la comunidad judía ya apunta contra los funcionarios del gobierno porteño.

La bronca está concentrada en dos nombres: el ministro de Seguridad porteño, Guillermo Montenegro, obviamente, y Claudio Avruj, director de Relaciones Institucionales de la ciudad y el nexo entre Mauricio Macri con la cúpula de la comunidad judía.
La situación de tensión generó también una oleada de renuncias tanto en AMIA como en DAIA y promete una fuerte interna en el seno las instituciones judías más importantes del país.

Palacios es el policía acusado de encubrimiento en la causa que investiga la voladura de la AMIA.

El fiscal de la causa, Alberto Nisman, afirmó que “Existen suficientes elementos en el juicio para dictar el procesamiento por los delitos, porque tanto las pruebas que presenté como la investigación que llevó adelante el juez, han corroborado la hipótesis de la denuncia”, sobre Palacios.

En ese sentido, explicó que formuló en su momento una denuncia contra Palacios y otros acusados de encubrir la conexión local del atentado. “Esta denuncia fue favorablemente recibida por la Justicia y el juez –Ariel Lijo - hizo lugar a todos mis pedidos”, agregó el fiscal.

Avruj, el eje de las miradas

En la comunidad judía por estas horas apuntan especialmente al mencionado Claudio Avruj, director general de Relaciones Institucionales, que depende de la secretaria general que conduce Marcos Peña.

Avruj fue siempre el nexo con las instituciones judías. Es que fue Director Ejecutivo de la DAIA durante 10 años (1997 a 2007) previo paso como director ejecutivo adjunto (1995-1997).

Licenciado en Dirección y Organización Institucional, egresado de la Universidad Nacional de San Martín, Avruj tuvo su primer tropiezo cuando hace apenas dos meses un grupo antisemita irrumpió en el acto por la creación del Estado Israel.
Es que el acto había sido organizado por el gobierno porteño, en especial por Avruj, y donde faltaron medidas preventivas suficientes.

Si bien en ese momento en primer lugar se acusó al ministro de Seguridad nacional, Aníbal Fernández (acusación que fue neutralizada por la relación cercana que mantiene con la DAIA), rápidamente un sector de la comunidad judía deslizó sus críticas hacia la organización del Ejecutivo de la ciudad y hasta comenzaron a rodar diversas operaciones para voltear al director de Relaciones Institucionales.

Desde que comenzó la gestión de Macri, Avruj fue el nexo que manejó los hilos de la relación. Entre otras cuestiones colaboró para aceitar la relación con la cúpula de las dirigencias judías que veían con cierta distancia al electo jefe de gobierno.

No ocurrió lo mismo con otro sector como el que encabeza el empresario Eduardo Elsztain quien mantuvo una relación diferenciada con el jefe de gobierno, quien colaboró para la apertura y habilitación definitiva del Dot Shopping de Saavedra, el más grande del país.

En este marco, la cuestión tiene otro componente central: el actual titular de la DAIA, Aldo Donzis, pretende ser reelecto aunque el principal sostén político de Avruj. Ahora, un sector lanzó al ex procurador de Jorge Telerman, Agustín Zbar como futuro candidato a reemplazar a Donzis. Claramente el caso Palacios lo ayudará.

Por ello habrá que esperar para ver cómo sigue la relación entre Macri y la comunidad judía ya que el “Fino” Palacios podría ser la punta del iceberg de un quiebre en la relación.