Si bien como todo el mundo sabe hasta la medianoche de este sábado cuando cirrern las liatas, el escenario y los candidatos pueden cambiar varias veces, en la municiplaidad de La Plata creen que el intendente Pablo Bruera finalmente se saldrá con la suya y no se presentará como candidato “testimonial”.

Tras el primer día en el que se empezó a hablar de las “candidaturas testimoniales”, desde el oficialismo platense se cansaron de decir que Bruera apoyaría al “modelo nacional y popular” a través de la postulación en la lista de diputados provinciales de su hermano Gabriel.

Y, pese a la reciente insistencia del propio Daniel Scioli –motivada por la obstinación de Néstor Kirchner-, para que Bruera encabece “testimonialmente” la lista de concejales, hasta ahora Bruera viene logrando evitar el convite, según confirmaron a La Política Online, fuentes de la municipalidad.

Las razones de Bruera son obvias: cuenta, como adelantó este medio, con una imagen positiva mayor al 60 por ciento en la ciudad y si se postula corre serios riesgos de defraudar incluso a su base electoral, que rechaza de manera masiva las “testimoniales”.

Es que La Plata es muy particular a la hora de votar y le ha dado la espalda al kirchnerismo en las últimas elecciones. Una característica muy diferente a la de los distritos del Conurbano, en donde el voto al peronismo está casi asegurado y es menos demencial jugarse entero en esta elección.

Consecuencias

Sin embargo, no son pocos los que analizan en La Plata sobre las eventuales consecuencias que deberá pagar Bruera por su negativa a integrar las listas. Por el momento, el presidente de la Federación Argentina de Municipios (FAM), Julio Pereyra, que hoy le prometió a Kirchner una reunión de apoyo de más de mil intendentes, dijo en una entrevista con el sitio La Tecla que no habrá “castigo” para aquellos intendentes que decidan no encabezar las listas en sus propios distritos.

Sin embargo, advirtió que las imágenes positivas de los jefes comunales se deben en parte al apoyo financiero de la Nación y el gobierno provincial, por lo que los intendentes “tienen” que reconocerlo de alguna forma. O sea, deslizó que sí habrá castigo y será financiero.

Es más, al interior del PJ bonaerense no pasa desapercibido el contraste de aquellos jefes comunales que arriesgan su propio cargo –como es el caso del intendente de Berazategui, Juan José Mussi, quien dijo que si pierde se quedará como concejal-, con los renuentes como Bruera o Gustavo Pulti de Mar del Plata.

Por eso se habla de que la mínima sanción que tendría el intendente platense sería la imposibilidad de presentar una lista “espejo” mediante su vecinalista Frente Renovador Platense, aunque esto todavía no fue decidido por el Consejo del PJ bonaerense.

Es que la intención del bruerismo es presentar además de la lista del Frente Justicialista para la Victoria, una boleta de concejales colectora para captar también votos antikirchneristas. Estategia que por lo bajo está aplicando varios intendentes –incluso muchos “testimoniales”- para quienes garantizarse el control del Consejo Deliberante es más importante para su supervivencia política, incluso que ganar la elección.