menos de dos meses de las elecciones y con los tiempos de la Justicia electoral pisándole los talones, los gremios de Capital discuten la inclusión de candidatos propios en las listas K e intentan sentarse a negociar con Néstor Kirchner.

Hoy, mientras se aguarda el resultado de una cumbre donde podría participar el ex presidente, trascendió la primera opción.

Según confirmaron a este medio, Kirchner le ofreció a Moyano sumar a la secretaria de Trabajo Noemí Rial en la boleta de diputados que encabeza Carlos Heller. Con esto, mataría dos pájaros de un tiro: no sólo ubicaría una dirigente muy cercana a la CGT, sino que además se la quitaría de encima al ministro Carlos Tomada, de muy mala relación con su virtual número dos.

A cambio, Kirchner exigiría que se baje la posible boleta que busca encarnar Julio Piumato, titular del gremio de los judiciales y elegido por la central obrera como su candidato en la ciudad.

La resolución es compleja, ya que cuando Moyano habló de integrar listas habló de "secretarios generales", y no funcionarios o dirigentes cercanos o de buen vínculo con la CGT. Por eso, justamente, tampoco se quedó conforme con la designación en la lista bonaerense de Héctor Recalde, abogado de la CGT, no porque rechace la opción sino porque, teniendo en cuenta ma magnitud de la elección, la parece poco espacio para los trabajadores.

En la reunión que esperaban tener con Kirchner, trascendió que Moyano le reclamará no sólo más lugares para candidatos del movimiento obrero, sino también la cabeza del director de la Superintendencia de Servicios de Salud, Juan Rinaldi.

Rinaldi es un hombre que salió del riñón del moyanismo, es el abogado histórico del líder sindical. Pero desde que reemplazó al recaudador K, Héctor Capaccioli, en el cargo de la Superintendencia de Servicio de Salud, lo consideran un hombre de Graciela Ocaña, la titular de esa cartera.

El líder de la CGT no sólo quiere más representación de los trabajadores en el Congreso sino también más flexibilidad en las cajas de las obras sociales. Un reclamo que hace cada vez que puede hablar con quienes manejan los hilos del poder en el Gobierno.

El abogado está en un lugar clave para la CGT, un órgano que audita los fondos y subsidios a las obras sociales, plata que Moyano se cansó de reclamarle al Gobierno y que Ocaña no quiere ceder. Desde que Rinaldi se sentó en el escritorio de la Superintendencia, cada vez que Moyano le reclama este tema, el abogado le responde que no le puede ceder esos fondos, que sería un papelón para él que un funcionario kirchnerista y para el líder sindical, como representante de los trabajadores.

Hasta ahí sólo interpretan que trata de rajarse las vestiduras frente a las cámaras, pero lo que más indigna a los sindicalistas es que Rinaldi no haya tenido la capacidad ni la imaginación para destrabar esos fondos. Lo cierto es que Ocaña se encontró con un aliado inesperado en su lucha contra el camionero. Y eso, Moyano no lo perdona.

Pero la ministra de Salud no es la única que sostiene a Rinaldi. Los “gordos” también lo mantienen como una trinchera. Es que ven en el abogado una traba para que Moyano se abalance sobre esos fondos y los use a discreción. Saben que si Kirchner cede ante Moyano y le entrega la cabeza de Rinaldi, el camionero tendrá una gran cantidad de dinero para manejar arbitrariamente.