El muro de San Isidro
“El muro es la solución rápida de oportunistas que pasaron de los derechos humanos a esto"
El prestigioso sociólogo Marcos Novaro habló con LPO sobre la decisión de Gustavo Posse de cerrar una villa con una pared. Según su lectura, la responsabilidad de los Kirchner es que "el discurso de los Derechos Humanos se ha inmolado en una batalla puramente discursiva", y advierte: "Hay que rezar para que la reacción no sea todo lo dura que puede llegar a ser".
¿Que representa el muro socialmente, más allá de lo que representa pragmáticamente?

Da la impresión que están resurgiendo una serie de cosas muy instaladas en la sociedad argentina que, en verdad, el discurso kirchnerista no resolvió sino que apenas tapó durante un tiempo. Instaló el discurso superficial de progresismo y Derechos Humanos, pero se ocupó muy poco de que eso tuviera alguna eficacia o alguna raíz.

¿Qué es lo que ha generado ese discurso?

Lo que ha generado es una victimización de todo ese discurso, porque se toma todo desde un punto oportunista y de maniqueo. Ahora es muy fácil salir con una versión contraria o directamente pasar a los hechos, como estos hechos o con la reivindicación de la mano dura, salir con una versión con más sentido común para la sociedad que quiere soluciones rápidas a sus problemas inmediatos.

Que son, por otra parte, problemas crónicos y arraigados.

Si, tiene cierta racionalidad. A los profesores de San Andrés les dicen por donde no tienen que pasar porque sino los asaltan. Entonces ya saben que si vas a San Fernando y atravesás San Isidro sabes por donde no tener que ir o que cosas no tenés que llevar. Obviamente, esto genera ciertos hábitos, pero no son hábitos celebrados. Sabés que eso está agarrado de un hilo, porque el odio de los dos lados está presente. Uno toma costumbres pero que no son toleradas, eso en algún momento estalla.

¿El muro entra en esta lectura?

El muro es algo que no va a tener aceptación social. Esto es buscar una solución rápida, aunque sea mentirosa, pero que sea útil para mi grupo.

Esa es la pregunta. Más allá de que el plan del muro en San Isidro prospere o no, ese muro representa entre otras cosas la negación del otro. En este caso, de los pobres.

Es una negación bastante común. En la Ciudad de Buenos Aires pasa lo mismo con las villas. No es que los porteños estén preocupados por la integración de los villeros, lo que no quieren es enterarse de lo que pasa de ese lado. No quieren que eso los moleste y las soluciones tienen que ser lo más efectivas posibles y que no les traiga a ellos ningún esfuerzo ni ninguna complicación.
“El muro es la solución rápida de oportunistas que pasaron de los derechos humanos a esto"

El problema de las villas en la ciudad también es muy delicado.

Todo el mundo sabe que resolver el problema de las villas, además de recursos, requiere conflicto. Tenés que tener conflicto con gente. Hay un montón de negocios económicos y políticos alrededor de eso, es algo que da mucho dinero. Pero la gente no reclama que eso se resuelva, lo que no quiere es enterarse.

Es importante esto que dice de la ciudad, ya que en estos días fue noticia la villa 31, que está ahí hace años pero como ahora la construcción ya llegó a la altura de la autopista se transformó en una realidad imposible de evadir.

Vos pasás al lado y no mirás para ese lado. Entonces si no mirás el problema es como que no existe.

Pero llega un momento en que el problema es tan grande que ya no se puede correr la vista a ningún lado.

Ahí estalla durante un tiempo hasta que empieza a pasar desapercibido de vuelta. El porteño medio lo que espera es, más que se resuelva el problema, que deje de ser visible. Pero esto no es así porque los porteños son unos desgraciados, lo que le pasa a la gente es razonable. La idea es “durmamos el asunto y pasemos el tiempo lo mejor posible”. El muro es una especie de exacerbación de eso.

Toda la situación, como remarcaba al principio, queda además subrayado porque los hechos se dan bajo la órbita de un gobierno nacional que discursivamente es “progre” y defiende la solidaridad social.

Si agotás un discurso para usarlo después te resulta muy difícil acudir a él cuando querés encontrar alguna solución o al menos evitar soluciones como esta, ofensivas o absurdas. ¿Con qué argumento vas ahora a decirles que esto es una ridiculez, cuando vos estuviste sosteniendo una simulación? La idea esta de que el problema de la inseguridad es un problema que se manipula desde la derecha: es una discusión estúpida esa. Obvio que se manipula desde la derecha, pero todo lo manipulan de todos lados. Tenés que encontrarle algún tipo de solución. El discurso de los Derechos Humanos se ha inmolado en una batalla puramente discursiva. Para eso sirvió un tiempo.

El muro es la reacción de un polo social contra otro. ¿Cuál puede ser la reacción del que ahora se encuentra aislado?

Hay que rezar para que la reacción no sea todo lo dura que puede llegar a ser. Hay un ánimo muy reactivo que viene montado en una crisis muy profunda y las cosas pueden ponerse extremadamente dura. La gente puede encontrar razón en cosas que son absurdas. La cuestión se va a poner muy densa y este año va a ser muy complicado. Puede haber una escalada de grupos que se pueden poner violentos y a tomar iniciativas cada vez más inmanejables. Tenés intendentes y gobernadores que hacen de esto su causa, oportunistas que así como vivieron de abrazarse con el progresismo de los Derechos Humanos ahora pueden ver el negocio en abrazarse con otros.
Temas de la nota:
Publicar un comentario
Para enviar su comentario debe confirmar que ha leido y aceptado el reglamento de terminos y condiciones de LPO
Comentarios
Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellas pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Aquel usuario que incluya en sus mensajes algun comentario violatorio del reglamento de terminos y condiciones será eliminado e inhabilitado para volver a comentar.
  • 3
    Kichner sembró la anarquía y cosechó un muro
    19/04/09
    22:11
    Kichner sembró la anarquía y construyó un muro de división entre todos los argentinos. El único culpable es Néstor Kichner que con su discurso de Derechos Humanos dejó de lado la Justicia. Como decía Ulpiano hace más de dos mil años atrás, la Justicia consiste en dar a cada uno lo que le corresponde. Kichner intentó dar más de lo que debía dar y éstas son las consecuencias. Pero el fin de la era k está a un paso de la aurora y entonces el pueblo argentino volverá a su cauce normal. Cuando los delincuentes desaparezcan del poder la gente volverá a creer en la Justicia, esa hermosa mujer con una balanza que todo lo equilibra.
    Responder
  • 2
    carlos coleto
    10/04/09
    13:53
    No esla primera vez que se oculta una villa detrás de un muro. Ya lo hizo Perón en su primer gobierno, a mediados del siglo pasado (Ver film "Detrás de un largo muro"). Los milicos directamente las barrieron. Creo que Posse es un buen intendente pero le erró fiero con esta medida. Un muro no provee seguridad sino que divide más a grupos sociales ya separados por una enorme brecha de desigualdad e inequidad.
    Responder
  • 1
    Vecino HARTO
    09/04/09
    20:18
    Resulta curioso cómo la prensa le ha dedicado tantas horas y litros de tinta al tema del "muro" (una pared prefabricada que se destruye a patadas) y durante 3 años no ha dicho nada de las obras inconclusas de la Av. Uruguay. Esa demora, por llamarla de alguna manera, ha sido el verdadero motivo del aumento de los robos y accidentes en esa avenida.
    Para los periodistas inquietos, todavía pueden ver topadoras en la unión de dicha avenida y la colectora de Panamericana a Tigre. Lo que no podrán ver es el cartel de la empresa que lo lleva a cabo. El señor Posse quiere tapar con un muro la incompetencia y oscuridad del manejo de esa obra.
    Responder
Noticias relacionadas
Un intendente K construye un muro para separar dos barrios

Un intendente K construye un muro para separar dos barrios

LPO
El mandatario de Paraná, José Halle, decidió avanzar con la construcción de una pared de 30 metros de largo por 2 de alto para detener la inseguridad en un barrio marginal. La insólita medida ya levanta críticas por discriminación pero los vecinos de uno de los barrios afectados parecen felices por el cerco que los rodeará.

Stornelli dice que no habrá muro y Posse promete terminarlo

El ministro de Seguridad dijo que "importa poco" lo que diga el intendente de San Isidro y que la Provincia ejercerá su autoridad. En tanto, el jefe comunal se mantiene firme en su postura. Los vecinos derribaron lo que quedaba del muro.