Las variables económicas, la trepada del dólar y el resultado del primer encuentro con el campo deja algo en claro: el gobierno pasa horas desesperantes para conseguir divisas. Aunque hubo buena sintonía y la Mesa de Enlace valoró el retorno del diálogo con interlocutores de peso, lo cierto es que la sensación es que la convocatoria al campo tuvo más que ver con la necesidad de dólares que con una lectura sensible de la crítica situación agraria.

Los datos de la recaudación recientes mostraron que el superávit fiscal de enero cayó 42% y que no fue deficitario por primera vez en la era K simplemente por los ingresos de la Anses.

Por otro lado, el Banco Central no logra frenar la escalada del dólar que hoy volvió a subir por la falta de divisas. Además, este año, y por problemas climáticos, la cosecha va a ser 30 millones de toneladas menos, lo que se traduce entre 8 y 10 mil millones de dólares que simplemente por volumen no van a entrar a caja; habrá un millón menos de viajes para los camiones de Hugo Moyano y un golpe duro a metalúrgicos por la caída en la producción de maquinaria agrícola. Un panorama más que preocupante.

Estas cuestiones pesan en el primer termómetro que mide las negociaciones con el agro. Es que en la Mesa de Enlace sienten que esta desesperación es la que llevó el gobierno a convocarlos. Por eso, aunque valoraron el diálogo tras siete meses, ahora esperan ver hasta dónde está dispuesto a llegar la Casa Rosada en la negociación.

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El primer encuentro, de hecho, ya tuvo algunos resultados. El gobierno anunció la eliminación de retenciones a exportaciones de lácteos y otras medidas que tendrán un costo fiscal de 1.300 millones de pesos anuales. También se anunció el impulso a una nueva ley Federal de Carnes e incentivos fiscales para los ganaderos, anunció el presidente de Coninagro, Carlos Garetto.

Tras la reunión, la ministra de Producción, Débora Giorgi, fue la que engrosó esta lectura. Fue cuando se animó a condicionar una posible rebaja en las retenciones a la soja si los productores venden 9 millones de toneladas que tienen almacenadas en silos, a la espera de mejores condiciones para la venta. Las cajas del Estado necesitan con urgencia el líquido de las retenciones que esa soja puede dejar.

En relación al tema de las retenciones a la soja, Randazzo afirmó que "hoy hay 9 millones de toneladas de soja sin vender cuando hay una gran recesión por la falta de mercado. Sería injusto para el resto de los actores de la economía que propiciemos una baja en la soja en desmedro de otros actores de la economía que necesitan recursos". Por esto, cuando se le consultó por rebaja en las retenciones, no lo descartó: “No es un problema de capricho, ni es un tabú, estamos dispuestos a discutirlo de acuerdo a las necesidades que tiene la Argentina”.

Lectura dual

Los dirigentes de la Mesa de Enlace, una vez terminada la reunión, destacaron la reanudación del "diálogo" con el Gobierno pero con prudencia. El titular de Federación Agraria Argentina (FAA) aclaró que "no estamos conformes pero hay una instancia de diálogo en un momento muy delicado del país. No podemos decir que la reunión fue positiva pero tampoco fue mala", al tiempo que adelantaba que ahora se pasó a un cuarto intermedio hasta la semana próxima.

Pero la lectura en el seno de los dirigentes fue ambigua. Si bien algunos tomaron como “lógico” que no se hayan hecho grandes avances, otros sienten una especie de ninguneo ya que no concedieron nada de lo que a ellos les importa en verdad. “Cuando empiecen a negociar estos temas la cosa se va a poner dura de nuevo”, presienten. La reacción de las bases fue dispar y giró en esa misma dualidad.

De hecho, un dato apoya esta postura. La reunión pactada para la semana próxima fue producto netamente de la presión de los dirigentes del campo. El gobierno no quería definirlo hoy sino dejarlo pendiente, a resolver en la semana.

Lo importante para ellos es, además de las retenciones a la soja y el girasol –donde el gobierno se tornó reacio a charlar- es la constitución de una Comisión para las resoluciones de la Oncca que complican las exportaciones, mejorar la rentabilidad del sector ganadero y el sector afectado por la sequía. También reclaman la creación de un ámbito especifico para discutir sobre economías regionales.

Chicana

Randazzo reveló que se le planteó a los dirigentes de la Mesa de Enlace que si llegaban a la reunión en carácter "de dirigentes del campo o como representantes de partidos políticos, porque en ese caso, el ámbito de discusión debía ser otro".

Lo que sí rescataron fue la presencia del ministro del Interior, Florencio Randazzo. Esto no depende de algún acercamiento personal al bonaerense, sino que lo toman como la presencia de Néstor Kirchner en la negociación. “Eso significa que es una negociación en serio”, interpretan.

Otro dato curioso fue que, a diferencia de las reuniones del año pasado, esta vez el gobierno sólo recibió a los cuatro integrantes de la Mesa de Enlace. Todos los vices y asesores quedaron en un pasillo, en unas poco lujosas sillas de plástico. En un momento, Randazzo salió y Ulises Forte lo chicaneó: “Así que ponés derecho de admisión”. Sin embargo, esto también lo analizan como un gesto de seriedad. “Entendemos que no se puede negociar con 40 tipos ahí”, indicaron.