El obispo lefebvriano inglés Richard Williamson, que negó el Holocausto e igual fue disculpado por el Papa, pidió ayer perdón a Benedicto XVI por sus comentarios en los que dijo que no habían existido las cámaras de gas en los campos de exterminio nazis. Williamson es uno de los cuatro episcopales rebeldes ultratradicionalistas a quienes el Pontífice levantó la semana pasada la excomunión después de veinte años.

Sin embargo, fuentes católicas italianas vinculadas al Vaticano dijeron a Clarín que en las altas cumbres se ha decidido quitar a Williamson de su cargo como director del seminario ultramontano de La Reja, a 50 kilómetros al oeste de Buenos Aires. "Después se verá qué sanciones se adoptan con él, pero lo primero que debe hacer es renunciar a su actual cargo", dijeron los informantes.

Varias organizaciones judías, sobre todo las de Alemania, han pedido simbólicamente la cabeza de Williamson y en el Vaticano están en llamas contra el obispo lefebvriano, que ha puesto en serios apuros al Papa, publica Clarín.

El portavoz del Papa, padre Federico Lombardi, lanzó un ataque a fondo contra el obispo Williamson que causó mucha satisfacción en Israel. "Quien niega el hecho de la Shoah (el Holocausto), no sabe nada del misterio de Dios ni de la Cruz de Cristo", dijo el jesuita Lombardi. "Esto es más grave si viene de un obispo, o sea un ministro cristiano, esté o no unido con la Iglesia Católica".

Este mensaje da la idea de que los tiempos se hacen apremiantes para tratar de salir de este desastroso affaire. En la misiva publicada en Internet en el sitio Panorama Católico Internacional, el obispo Williamson escribe al cardenal colombiano Darío Castrillón, quien desde hace años lleva el tema del cisma lefebvriano por cuenta del Vaticano: "En medio de esta tremenda tormenta levantada por comentarios imprudentes de mi parte en la televisión sueca, le ruego que acepte mi sincera manifestación de pena por las innecesarias angustias y problemas que he causado a usted y al Santo Padre".

A la televisión sueca, el obispo Williamson dijo que las cámaras de gas no existieron. Que en los campos de exterminio no murieron más de entre 200 y 300 mil judíos "y ninguno por gas". En su carta, el arrepentimiento que expresa se limita a los "comentarios imprudentes" y no a los contenidos tremendos de lo que dijo.

Williamson cita una frase bíblica que hace pensar que se ofrece como víctima sacrificial: "Tómenme y arrójenme al mar, así el mar se encalmará para ustedes: porque sé que es a causa de mí que esta gran tempestad nos ha sobrevenido".

Pero el alejamiento del obispo ultrarreaccionario "no es suficiente", dijo a Clarín una fuente vaticana. "Muchos creen que también debe ser severamente castigado por lo que dijo".

Cada día crece el número y la variedad de los que en el mundo católico critican al mismo Papa por haber remitido la excomunión de los lefebvrianos, que fueron los peores enemigos de los grandes cambios que produjo el Concilio Vaticano II (1962-65). El regreso de los cismáticos a la Iglesia se está revelando como un gran dolor de cabeza para el Papa, que puede dañar severamente el prestigio de su pontificado.

El perdón no pone en claro si los rebeldes de la Fraternidad Pío X aceptan ahora todos los documentos del Concilio. Ayer, el prior del Priorato de Rimini de los lefebvrianos, Pierpaolo Petrucci, sentenció: "Nosotros reconocemos el magisterio de la Iglesia hasta el Concilio. Siempre lo hemos dicho. La autoridad del Concilio es pastoral, puede ser discutida".