La concentración del poder K llega hasta el Banco Central, una entidad que ya no responde a la autonomía que le concede su Carta Orgánica.

“Nos dijeron que no harán nada sin una orden del Gobierno”, contó inocentemente Alejandra Martínez, una representante de los deudores hipotecarios que se reunió la semana pasada con las autoridades del BCRA para pedirles que tomaran medidas para bajar las tasas de interés que se dispararon hasta el 25% en algunos bancos privados. Una sola frase que descubre hasta dónde llega el poder de los Kirchner. El Banco Central, según lo establece su propio reglamento, es un ente autónomo y autárquico del poder político.

“La Carta Orgánica del Central establece muy claramente que de ninguna manera, ningún miembro del directorio del Banco puede recibir órdenes de otro poder de la Nación. Ni del Ejecutivo, ni del Legislativo, ni del Judicial. Si así se hiciera, es factor de remoción”, explicó a este medio el ex titular de la entidad, Aldo Pignanelli. “Si dijeron eso, hay que denunciarlo en la Comisión de juicio político del Senado y que actúe en consecuencia”, sentencia.

La Política Online quiso comunicarse con el Banco Central, pero no atendieron los llamados.

La reunión

Los deudores hipotecarios se reunieron la semana pasada con las autoridades del BCRA y pidieron la entidad le pongan un techo a las inusitadas tasas de interés que cobran los bancos por los créditos que tomaron para comprar sus casas –algunas alcanzan hasta el 25% y afecta al 70% de los ingresos familiares de quienes tomaron el préstamo en 2007-. Pero la respuesta fue insólita. “Sólo nos dijeron que no podían hacer nada sin una orden del Gobierno, así que pedimos audiencia con el ministro de Economía, el jefe de Gabinete y la Presidenta”, afirmó Martínez de la agrupación de Deudores Hipotecarios que se conformó espontáneamente para frenar las subas que socavan sus ingresos.

Los créditos amenazan con tornarse impagables para muchas de las 175.000 familias que los tomaron a tasa variable. Los tres principales bancos que otorgaron estos préstamos (Santander, Francés y Provincia) dispararon sus tasas -que se rigen por la de los plazos fijos, la inflación y las variaciones del tipo de cambio- en los últimos meses y los ajustes en la cuota llegan a superar ampliamente el 30% de los ingresos que exigía el contrato inicial a los deudores. “Comenzamos pagando una tasa al 8% y ahora cobran el 25%, o sea que tuvimos un aumento del 300%, sólo en intereses -calculó Martínez- Implica el 70% de nuestros ingresos familiares”.

“Hoy el mundo va al revés. Va hacia una reducción de tasas para que los deudores no se tornen incobrables y caiga el sistema financiero –recalcó Pignanelli- Mientras en Estados Unidos, el presidente (Barack) Obama está anunciando que va a ayudara los deudores, en Argentina no se hace nada. Salvo la banca pública”.

El Banco Provincia la semana pasada informó a través de un comunicado de prensa que bajaba al 15% su tasa por tres meses. Y el Banco Nación le siguió los pasos. El sábado informó que todos los préstamos hipotecarios otorgados para la compra de vivienda única y familiar se mantendrán con la tasa fija de 9,5% hasta fines del 2011. Mientras tanto, el Central, uno de los que podría poner un freno a esta suba, no hace nada.

Recetas

Con el conocimiento que le dieron seis meses al frente del BCRA durante la crisis de 2002, da sus recetas. “Un cambio fundamental que debe hacer el Central es modificar la estrategia monetaria, que deje de devaluar al peso seis centavos por mes que mantiene tasas de interés altas. Lo que necesita la economía argentina es fijar un tipo de cambio real”, explicó. De esta manera, aseguró, se reducirán sustancialmente todas las tasas de interés, la de hipotecarios y la de los préstamos a las empresas.

Por otro lado, también planteó que es necesario que el sistema financiero en conjunto garantice un techo para las tasas de interés de los deudores hipotecarios. “Este se determina en relación a los ingresos de la población, al valor de la cuota, la tasa y al plazo, para hacer una nueva cuota”, calculó.

“Esto es la 1050 del Proceso”, remarcó Pignanelli recordando la circular que durante la gestión de José Alfredo Martínez de Hoz emitió el Banco Central. En 1980, la dictadura militar instituyó un tipo de préstamo en el que las deudas se indexaban por la tasa de interés vigente en el mercado. Tasas extremadamente elevadas. De esta manera, el crecimiento de las deudas contraídas superó ampliamente la marcha de los ingresos, de los demás precios de la economía y hasta de la misma vivienda.

Esta circular determinó que miles de deudores terminaran pagando tasas siderales o que debieran entregarle sus viviendas al banco, ya que los intereses, fijados por un mercado de tasas que llegaron a mas del 100 por ciento al año, tornaba impagables los préstamos.

“La inacción del Banco Central y del Gobierno está provocando lo mismo que en el proceso militar salvo que acá no se ajusta el capital, como en esa época, sino la tasa de interés. Para el deudor termina siendo lo mismo, el crédito le es impagable”, sentenció.

La incoherencia de los bancos

Los deudores hipotecarios están pidiendo por todos los medios que alguien le ponga un techo a las tasas de interés variables que tienen que pagar y si sus reclamos no son escuchados, pueden pasar a engrosar la lista de “incobrables” que tienen los bancos. Lo llamativo es que estas tasas hacen que hoy las cuotas superen el 30% de los ingresos de los deudores, una característica que en 2007 les impidió que tomaran el préstamo con tasa fija.

Alejandra Martínez explicó su situación personal. Yo empecé pagando $2.700. El Santander no me otorgó el plan con interés fijo porque tenía que pagar $3.600 y no me daba la relación cuota-ingreso, pero ahora, con estos incrementos, tengo que pagar $4.800. La relación se ve que ya no les importa al banco”.