La presidenta Cristina Kirchner llegará hoy a Caracas para iniciar otra visita cargada de simbolismo y con la agenda marcada por un tema que demandará una ardua negociación con su par, Hugo Chávez: la indemnización por la nacionalización en Venezuela de Sidor, una siderúrgica del grupo argentino Techint. El objetivo de esta tensa discusión es que el grupo realice la invesión suspendida por U$S 1.200 millones que provocó el conflicto en la metalúrgica Siderar, donde 2.400 operarios fueron despedidos.

Según el diario La Nación, fuentes del Gobierno afirmaron que la Presidenta intercederá en favor del grupo empresarial y ofrecerá, con su sola presencia, apoyo político al líder bolivariano, en plena campaña para reformar la Constitución e imponer la reelección ilimitada. Esto último hizo anteayer el brasileño Lula da Silva, de visita en esta ciudad.

Pero, las gestiones sobre Techint se harán con la máxima cautela para evitar tensiones.

De acuerdo con fuentes de la empresa, dice el matutino, está previsto que durante las reuniones que mantendrán los integrantes de la delegación argentina con sus pares venezolanos se acordarán el monto y la modalidad del pago de la indemnización a Ternium, principal accionista de Sidor y propiedad de Techint.

No se trata de un gesto desinteresado: del desembolso que haga el gobierno venezolano depende una inversión de 1200 millones de dólares en la Argentina que el grupo anunció en octubre y que acaba de suspender, "ante una feroz caída de la demanda" del acero. La marcha atrás sobrevino a la decisión de Siderar, otra empresa del grupo, de despedir a 1000 operarios de su planta de San Nicolás.

En otra coincidencia con la visita a Cuba, la agenda de la Presidenta en esta ciudad es poco menos que un secreto de Estado. Lo único que informaron los voceros de la Casa Rosada es que Cristina Kirchner se reunirá con Chávez mañana, dos días después de la asunción de Barack Obama. "La revolución seguirá avanzando sea quien sea el presidente de los Estados Unidos", le dedicó ayer Chávez.

Cuando falta menos de un mes para el referéndum en el que se decidirá si podrá continuar en el poder más allá de 2012, la cara redonda de Chávez y carteles de distintos colores con la palabra "Sí" en letras blancas se repiten en todos los rincones de la ciudad, convulsionada por las manifestaciones. "Uh, ah ¡Chávez sí se queda!", es el eslogan del chavismo para revertir la derrota que sufrió en el intento de reforma constitucional de 2007.

La indemnización a Ternium no es el único tema delicado en la relación bilateral. Aún está fresca la herida abierta en julio luego de que Chávez se desprendió de bonos argentinos por 1000 millones de dólares que había comprado el día anterior y provocó el derrumbe de los papeles nacionales. Venezuela debe resolver, además, dos pedidos de extradición que hizo la justicia argentina en el caso de la valija. En algunos balcones de esta ciudad rodeada de cerros aún cuelgan maletas con las que dirigentes opositores habían recibido a la presidenta argentina en su anterior visita a Venezuela, en marzo