El campo está furioso. Y los productores lo demuestran hoy con cortes en las rutas. La bronca contra la presidenta Cristina Kirchner por los anuncios –o la falta de ellos- que hizo ayer estalló en el interior de la argentina. Ante un campo expectante por la baja en las retenciones de la soja, la mandataria sólo informó que comenzaban a aplicarse las reducciones de 5 puntos porcentuales en los impuestos a las exportaciones del trigo y el maíz, medida que fue anunciada hace tres semanas y fue duramente criticada por los productores. Mientras los tractores ocupan las rutas en Entre Ríos y los ruralistas amenazan con un nuevo paro agropecuario, el economista de la Sociedad Rural, Ernesto Ambrosetti, recalcó: “El interior está en recesión”. Y puso una luz a la indignación del agro.

En diálogo con La Política Online criticó que Cristina Kirchner no bajara los impuestos a exportación de la soja, el girasol y de cultivos regionales, y pronosticó que si mantiene la presión fiscal habrá un quiebre en la cadena de pago en 2009 y un retroceso de la economía del -2%. Además, sostuvo que hoy las retenciones móviles serían una solución. “Pero no con el esquema de porcentajes confiscatorios de la 125”, aclaró.

¿Cómo analiza los anuncios de Cristina Kirchner ayer?

Es un anuncio de un preanuncio. Pero, encima, la baja de las retenciones en el trigo y el maíz es poco significativa e insuficiente para la producción. La mayoría de los modelos que producen estos cultivos hoy están dando pérdidas en el país. Incluso en la pampa húmeda. Y estos 5 puntos porcentuales de reducción sólo le restan a los productores un aporte de 106 millones de dólares cuando el total de lo que ingresa al gobierno nacional en concepto de derechos de exportaciones por granos son 6.150 millones de dólares. Pero esta medida no le da rentabilidad a la producción.

¿Cuál es la pérdida que tienen estos productores hoy?

Pierden 67 dólares por tonelada producida de trigo y 27 dólares en el maíz.

¿Esto se debe a la caída de los precios internacionales?

Por un lado, sí. Los valores de ambos se derrumbaron un 50 por ciento en ambos cultivos. Pero, también tiene que ver con la persistencia de los derechos de exportación. Estas producciones, tenían hasta hoy vigentes retenciones del 28 y 25 por ciento. Es un disparate. Y esto es en la pampa húmeda. En las economías regionales las pérdidas son mayores, por lo que quedaron imposibilitadas de diversificar su producción. Y esto mismo ya está pasando en la soja y el girasol. Por eso, la reducción de 5 puntos es insuficiente y no incentiva una mayor producción para la campaña que viene. O sea, que los programas Trigo y Maíz Plus no se servirán de nada porque las bases que puso el Gobierno de 13 millones de toneladas para el primero y 15 millones para el segundo, están muy fuera de la realidad actual.

¿Qué le pareció el sistema segmentado entre grandes productores, medianos y pequeños?

No está claro y no es reducen las retenciones, sino que les dan un certificado de crédito fiscal para ser usado contra el pago de ganancias o monotributo. El verdadero anuncio que hizo Cristina Kirchner ayer es que en el mediano y largo plazo no van a bajar las retenciones porque a los productores les van a devolver siempre y cuando produzcan más. Pero esta es una señal que va a generar que no haya inversión ni desarrollo tecnológico e, incluso, productivo. La única forma para que se vuelva a invertir en el sector agropecuario y se realice una cosecha récord es que los precios internacionales aumenten y el campo recupere buena parte de lo perdido.

¿Sólo con un factor externo se reactivaría la inversión en el agro?

Sí. Porque las intenciones del Gobierno son sólo anuncios insuficientes para incentivar una mayor producción

En el panorama para el año que viene, ¿prevén un aumento del valor de estos commodities?

Los mercados van a marcar una alta volatizad en los precios de los próximos meses, pero creemos que va a haber una lenta y progresiva recuperación que le daría valores intermedios entre los que hubo el año pasado, cuando fueron récord, y los actuales. Porque a pesar de la recesión no se ha modificado la demanda de energía renovable ni de alimentos para la población.

¿Por qué el Gobierno dejó afuera de la baja de retenciones a la soja y el girasol?

Por un problema que tiene con el sector. Creen que el productor tiene todavía mucha soja para vender. Pero lo más importante es que disminuir los derechos a las exportaciones de la soja sí le bajaría significativamente los ingresos al Estado nacional. Si se reducen las retenciones a los cuatro cultivos principales, soja, trigo, maíz y girasol, el Gobierno perdería unos 1.000 millones de dólares de recursos. En cambio, con las medidas que anunció ayer que entrarán en vigencia, son 106 millones. Y saben en el Gobierno que fuera de la pampa húmeda, la soja también está dando pérdidas.

¿Van a tener pérdidas o van a ganar menos?

Da ahí. Para rindes del año pasado se necesitaba 2.800 kilos para salir equilibrado entre el costo y el beneficio y hoy se requieren 2.802 kilos. Y esto pasa en la pampa húmedo. Cuando se va a las economías regionales, donde los costos de producción son mayores y la productividad, menor; da pérdida. Lo positivo es que se redujo los derechos de exportación a las frutas y hortalizas. Lo lamentable es que se olvidaron de todas las economías regionales como algodón, tabaco, yerba mate, vino. Y estas producciones tienen un costo bajísimo para el Gobierno. El costo fiscal apenas serían 120 millones de dólares.

¿Cuál es la razón para que no se incluyeran estas medidas?

Desconocimiento. Al Gobierno no se le puede escapar que todo el interior está en recesión plena. La caída de maquinarias, fertilizantes y agroquímicos es brutal.

¿Cuánto cayó?

Más de un 30 por ciento, según nuestros cálculos. Y esto significa de unos 500 millones de dólares menos de facturación.

Y sin fertilizantes y agroquímicos, ¿cuánto calculan que bajará la productividad?

En las previsiones de cosecha, ya estamos con 10 millones de toneladas menos que este año. Y esto implica 500 mil viajes de camiones. Así que la actividad económica va a estar seriamente afectada el año que viene, Argentina va a tener una recesión muy fuerte. Las primeras en sentirlo son las economías regionales y ya están manifestando la recesión.

¿Esto generará un quiebre en la cadena de pagos?

Claro. Cuando todos los productores empiecen a cosechar y les dé pérdida va a dejar de pagar las deudas que tomó para sembrar.

¿Cómo impactará esto en el resto de la economía?

Primero va a afectar a toda la industria de maquinarias para el sector, los sistemas de transporte y en sistema bancario. La recesión que va a sufrir Argentina va a ser mucho más fuerte de lo que se espera. Incluso hay un ex ministro de Economía de este gobierno que lo advierte. Hay dos estudios que se barajan. Una desaceleración con crecimiento del 2 por ciento y una retracción a -2. Lamentablemente creo que vamos hacia la segunda opción.

¿Cómo se puede evitar o apaciguar esa recesión?

Bajando la presión impositiva. Así como se subió tan fuertemente cuando iba aumentando los precios internacionales, habría que bajarlos cuando caen drásticamente.

Si hoy estuviera el mecanismo de retenciones móviles, esto hubiera sucedido automáticamente. Desde el sector, ¿tienen en cuenta esto?

Nos cansamos de explicar en la Cámara de Diputados y de Senadores que no era el sistema en sí lo que perjudicaba al agro, sino el grado de agresividad fiscal y confiscatoriedad que poseía la resolución 125. Si el sistema fuera racional, era conveniente.

Ahora que se armó el interbloque del campo en Diputados ¿piensan presentar proyectos para implementar este mecanismo?

No estamos trabajando en retenciones móviles, pero sí pensando presentar varios proyectos referidos a los derechos de exportación de carne y de granos.