El vicepresidente Daniel Scioli comenzó a levantar temperatura cuando vio que una sugerente ola de constitucionalistas opinando en los medios sobre la inconstitucionalidad de su candidatura a gobernador, afectada por problemas de habilitación similares a los que sorteó Francisco de Narváez.

La inesperada instalación del tema, uno de los pocos que le quita el sueño, disparó la adrenalina del bonachón Scioli, que suele tomarse muy en serio sus temas de imagen. Y la furia encontró un blanco: la conocida consultora de prensa Alejandra Rafuls, que había logrado concentrar todo el manejo mediático de la campaña del vicepresidente, desplazando a viejos colaboradores y a otras empresas del rubro.

Quienes frecuentan al candidato a gobernador bonaerense, recuerdan haberlo visto enojado como pocas veces. Y la decisión no tardó en llegar: Rafuls fue "suspendida" en sus funciones, pese a que su nombre suele invocar por dosis similares temor y respeto. Gesto fuerte del vicepresidente que habla de su voluntad de ser el verdadero eje de las decisiones en su eventual gobierno. Habrá que ver si logra sostener las convicciones.

Como sea, luego de estar dos días alejada del equipo de campaña, Rafuls logró regresar a su puesto –con el desgaste previsible-, y hoy trabaja en organizar una nueva gira de Scioli por el interior de la provincia de Buenos Aires.

Un pasado polémico

La titular de AR Consultora fue en su momento objeto de una durísima nota del periodista Horacio Verbitsky, quien recordó su complicada vinculación con el menemismo y en particular con el ex titular del Pami, Víctor Alderete, que incluso enfrentó causas judiciales por los increíbles gastos en promoción y publicidad que realizaba y que canalizaba Rafuls.

Luego tuvo un lamentable rol junto a Aníbal Ibarra, justo cuando este enfrentaba el período más crítico de su gestión por Cromañon. Tema largamente tratado por La Política Online que coincidió con la aparición de operaciones de prensa contra los propios padres de las víctimas, como acusar injustamente al hijo de Iglesias de ser quien disparó la antorcha.

En esa época el ibarrismo multiplicó de manera notable el gasto en medios a través del ex secretario de Prensa Daniel Rosso, luego vocero de Daniel Filmus y hoy cercano colaborador del secretario de Medios, Enrique Albistur.

Verbistky desnudó en su recordado artículo la relación de Rosso con la consultora de Rafuls, que curiosamente tenía entre sus principales clientes a los dos Barcos Casino de Puerto Madero. Mencionó también el periodista al entonces jefe de Gabinete, Raúl Fernández.

Según explicó en su momento Verbitsky, las dos consultoras encargadas de "limpiar" la imagen de Ibarra luego del caso Cromañon tenían lazos demasiado cercanos con funcionarios del gobierno porteño.

"(...) Una pertenece al marido de la principal colaboradora del jefe de gabinete, Raúl Fernández. La otra a una histórica operadora de Enrique Nosiglia y el menemismo. En ambos casos la contratación es directa, sin ningún tipo de concurso o licitación", señaló el periodista y reveló que una de las firmas es "Bordó Comunicación, su principal accionista, Eduardo Pinheiro, a quien llaman Pino, es el esposo de Mónica Desperbasques, la jefa de asesores del jefe de gabinete de Ibarra, Raúl Fernández".

Sostuvo además Verbitsky que la operación de prensa que se hizo intentando acusar al hijo de Iglesias de ser quien prendió la bengala que incendió Cromañon "corrió por cuenta de Alejandra Rafuls, de la Consultora AR".

"El Colorado Fernández, Desperbasques, Pino y los otros directivos de Bordó, Alberto Nores y Andrea Ramos, militaron juntos en el Partido Intransigente de la Capital", recuerda Verbitsky.

Mientras que "Alejandra Rafuls es una bolsera de medios especializada en operaciones de prensa. (...) Ya durante el gobierno de Carlos Menem, Rafuls se hizo cargo de la tarea de difusión del PAMI cuando lo presidía Víctor Alderete. El pago de sobreprecios en las publicaciones del PAMI fue investigado por el juez federal Claudio Bonadío, quien procesó a Alderete pero no a Rafuls, que subcontrató trabajos con otras empresas".

Y luego aportó Verbitsky otro nombre central en aquella trama de intereses: el del ibarrista ex vicepresidente del Banco Ciudad, Pablo Maggioli.

"Dirigentes políticos de la Ciudad que no responden a la línea interna de Raúl Fernández afirman que una de las funciones de confianza más delicadas de Rafuls es el enlace mensual entre el Casino flotante y Pablo Enrique Maggioli", apuntó.

Lo cierto es que los consultores contratados por Scioli ya habían generado en el pasado fuertes cortocircuitos con el kirchnerismo. Habrá que ver si este es el caso, o impera aquí la realpolitik.