¿Cómo lo ve a Macri en este momento? Algunos dicen que está desconcertado y otros que está en plena gestión y que esto genera ruidos.

Hay distintos aspectos. Uno, es que las encuestas que hace el gobierno de la Ciudad dicen que hay un respaldo estable y más bien creciente a Macri. Punto dos, algo que se aprecia es que hay obra. Es cierto que fastidia, que estén levantando el pavimento, hay máquinas, hay más concentración de tráfico, pero se ve una ciudad en la que sí se están haciendo cosas. Yo diría que más que lo que se vio en los gobiernos de Aníbal Ibarra y de Jorga Telerman.

El tema de los estudiantes y las becas es un tema complejo. Hubo una falta de comunicación del gobierno para explicar qué es lo que quería hacer con eso y el tema de los buses (colectivos) es un tema que se vio en todos lados. Normalmente los cambios, hacia carriles exclusivos, generan al principio conflictos, hay personas que se sienten afectadas. Pero es parte del juego de la política de la ciudad.

Ahora, a algunos ministros se los notó un poco desconcertados, por ejemplo en el caso de los carriles exclusivos. Dijeron que era sólo para colectivos, protestaron los taxis, luego dijeron los taxis sí, luego no, y lo mismo con las becas. ¿Hay un poco de amateurismo político en Macri o en su equipo?

Su equipo no está constituido por personas con una larga trayectoria política, eso es evidente. Que no está acostumbrada a administrar el sector público, que tiene características muy diversas al sector privado. Una cosa es que usted tenga una gran experiencia administrando empresas, y otra cosa es el sector público. El equipo de Macri es un equipo de gente nueva, que es lo que votó la gente, quería gente nueva. Pero cuando la gente nueva comienza a conocer las mañas del sector público, comete algunos errores.

Se habló de que usted le dijo a Macri que si tenía alguna chance de ser presidente era haciendo una buena gestión en la ciudad. Por otro lado, cuando fue la crisis del campo e hizo comentarios a favor del campo, esto lo benefició. ¿Qué tiene que hacer Macri? ¿Tiene que ser candidato a presidente?

Yo no sé si Mauricio termina optando por la candidatura presidencial, pero ciertamente en la Latinoamérica contemporánea, una buena jefatura de gobierno es un paso importante que puede conducir a la presidencia. Jamil Mahuad en Ecuador llegó a presidente porque fue un gran alcalde. No tenía partido, no tenía apoyo, pero evidentemente lo votaron porque si lo que hizo en Quito lo puede hacer en el país, puede funcionar. Puede pasar también lo que ha pasado con muchos alcaldes que les va tan bien que se enamoran de su cargo.

¿Cómo ve la posibilidad de que Michetti sea candidata a diputada el año próximo? ¿Esto puede ser leído mal por el electorado?

La elección del año próximo tiene dos capítulos. Uno es la Legislatura de la Ciudad, en la que si los porteños quieren que Macri siga haciendo obra pues tendrán que respaldar al jefe de Gobierno para que le permita trabajar bien con el Parlamento local. Otro caso es el Parlamento federal, donde no tengo la impresión de que el PRO pretenda tener un bloque legislativo muy importante o determinante. Creo que de momento está más concentrado en la ciudad y que el Parlamento nacional sea el principal objetivo.

Entonces no ve a Michetti encabezando esta lista.

Gabriela tiene una magnífica imagen, una gran habilidad para la comunicación, le da muy bien la televisión porque es una mujer preparada, es una muy buena dirigente. Pero no necesariamente tendría que ser candidato.

Usted nombró a los alcaldes que llegaron a presidente incluso sin una fuerza nacional detrás. ¿Usted piensa que no es conveniente para Macri ser candidato de un sector del peronismo o que por el contrario es indispensable?

Algunos paradigmas antiguos no tienen tanta vigencia. En las últimas elecciones presidenciales, digo 2005 y 2007, se preguntó a los porteños si les importaba que el jefe de Gobierno sea peronista o no lo sea; si les importaba o no que el jefe de Gobierno sea de izquierda o sea de derecha. Aproximadamente un 80 por ciento de los porteños dijeron que no les importaba. Se trata de replantear el progresismo desde otros parámetros.

Es evidente que el peronismo es un fenómeno único, donde un partido ha presentado varios candidatos a la presidencia de la república y que en la segunda vuelta dos candidatos de un mismo partido se debatan por la presidencia. El peronismo más que un partido es un movimiento múltiple. No hay cómo hacer política en la Argentina prescindiendo de los peronistas, pero no es una variable muy determinante en el voto.

¿Cómo ve el gobierno de Cristina de aquí en adelante con todo el conflicto que se le ha amontonado con la economía, las relaciones internacionales, y demás? Porque aquí las versiones son de todo tipo por la gobernabilidad de aquí hacia delante.

Soy un partidario fanático de la institucionalidad. Cuando un país pierde esto, y Ecuador ha sido uno de esos casos, y si se derriba a cuanto gobernante asoma, terminamos en un caso donde no hay ley, no hay norte ni hay sur. Cristina fue elegida por una mayoría importante de los argentinos, pero ojala haya un ambiente de más diálogo. El problema que tiene es que no ha sabido suscitar un ambiente de diálogo con gente diversa. Está muy encerrada con gente que le dice que está bien todo lo que hace.