Editorial
Macri en la India: una relación en expansión
Por Juan Miguel Massot
El presidente viajará en febrero a profundizar el vínculo cultural y comercial con India y Vietnam. Las oportunidades del acercamiento a la sexta economía del mundo.

Si algo puede ser elevado al nivel de ícono de la actual gestión de gobierno es el relanzamiento de la política exterior del país. Siguiendo con el clima político actual, promesa de campaña: cumplida.

La Argentina volvió a ocupar un lugar no trivial entre los países emergentes en el escenario global y el gobierno argentino volvió a ser un punto de referencia regional en todas las materias: políticas, económicas, de seguridad regional, entre otras.

Además de la rápida apertura en materia económica y financiera en la economía del país, el gobierno se lanzó a negociar acuerdos con todos los grandes actores del comercio mundial a fin de abrir mercados y captar inversiones. Esta decisión se inscribe en la estrategia definida como "inserción inteligente al mundo", y en un rumbo hacia estructuras y dinámicas que guardarían un parecido, según la versión oficial, a las seguidas por países como Australia.

Aun cuando los efectos de tal hiperactividad externa aún no se hayan podido observar completamente en las cifras económicas, el ejercicio está en marcha y muestra una continua renovación en algunas prioridades y herramientas de gestión. En ese marco, una región objetivo lógica ha sido Asia, y fuera de los conocidos casos de China y Japón, ha vuelto a despertar lógicas esperanzas las relaciones con países del ASEAN y Asia del Sur, entre los que destaca la India, país al que viajará Mauricio Macri en febrero, además de visitar Vietnam.

Argentina versus India

La India tiene 30 veces más población que la Argentina, con solo un 20% más de territorio. Por esa razón, la densidad poblacional es 25 veces superior. Su producto bruto interno (PBI en dólares de paridad de poder adquisitivo, o PPP por sus siglas en inglés) es 10 veces superior al argentino, ocupando la tercera posición mundial luego de Estados Unidos y China. Si se lo mide en dólares corrientes, es 4,5 veces superior y es la sexta economía del mundo.

En cuando al comercio exterior, el total del comercio de la India ascendió en 2017 a 778.000 millones de dólares y el de Argentina a 125.000 millones, esto es, solo 6,5 veces más.

Aun cuando el tamaño de su economía es impresionante, el ingreso por habitante es sólo un tercio del argentino (o, menos del 15% si se lo mide en dólares corrientes). Mientras la Argentina ocupa el lugar 23° entre los países incluidos en el Índice de Desarrollo Humano elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la India ocupa unos de los últimos lugares (131°). Adicionalmente, y en claro contraste con la Argentina, la India está formada por múltiples etnias, culturas, idiomas y religiones desde siglos.

En definitiva, con sólo observar estos pocos datos puede verse que la democracia más grande del mundo poco tiene de comparación con la Argentina; es más, pocos países son tan diferentes al nuestro en tantos indicadores como el caso de la India. Eso, para cualquier negociación relevante que tenga como objeto incrementar las relaciones económicas entre los países es un muy buen punto de arranque.

¿Por qué la India?

Además de su enorme tamaño, India es particularmente atractiva para el desarrollo de vínculos comerciales para la Argentina por tres cuestiones. Primero, es un destino fundamental de nuestro complejo oleaginoso, que envía a ese país aproximadamente el 50% de su oferta exportable. Al respecto, los análisis sobre el comercio e inversión bilateral indican que nos enfrentamos a una oportunidad de oro: subirnos al carro de la economía emergente de mayor crecimiento mundial (superior al 7% anual), y que será a partir del 2030 el país más poblado del mundo.

Debe señalarse además que, por el momento, la India no ha seguido una estrategia de apertura externa y de acuerdos comerciales ambiciosos como otros países emergentes. Esto amplifica las oportunidades y beneficios de acuerdos comerciales y de inversión con el gigante asiático.

Segundo, la India se está convirtiendo en un actor de primer orden del concierto de naciones que inciden en las cuestiones geopolíticas y -quizás no sea un exceso decir- es un socio clave de Estados Unidos, Europa y Japón en el complejo tablero de Asia Oriental.

Si bien el conflicto de características globales más reciente tiene lugar en América Latina, nada impide pensar que no es suficiente para Estados Unidos el compromiso de Japón para balancear el poder de Rusia y China en el extremo oriente. Ese país requiere de la participación de India en ausencia de aliados, como los países europeos, que actúan en otras regiones, como África y Europa Oriental, pero no en Asia oriental.

A lo económico y geopolítico, debería sumarse finalmente un tercer grupo de factores políticos y socio-culturales. Ambos países han pertenecido al movimiento de los países no alineados (MNA), mantienen relaciones internacionales desde los inicios de la independencia de la India, existe una larga presencia en la Argentina de algunas expresiones cruciales de la cultura india, como el yoga, entre otros vínculos no económicos de gran trascendencia al momento de un acercamiento mayor y a largo plazo.

Estos factores son suficientes como para que la administración Macri haya tomado la decisión de darle una importancia no menor en su política externa a la India, y que tal decisión se plasme en una visita oficial a ese país.

El presente del comercio bilateral

¿En qué consiste nuestro comercio con India? ¿Cuál es su importancia actual? Por el momento, el 4% de nuestras exportaciones tienen como destino la India, y más del 90% de nuestras exportaciones están constituidas por aceites vegetales. También se exportan algunos otros productos agroindustriales, como algodón y cueros, y algunos productos hidrocarburífero.

Actualmente se está promoviendo la producción con destino a ese país de otros productos como las leguminosas, vinos, entre otros. Debe considerarse la importancia que los productos de origen vegetal tienen en la dieta de los indios y, consiguientemente, la dinámica a futuro de su demanda.

Las importaciones, por el contrario, están más diversificadas y consisten en manufacturas industriales derivadas del sector textil e indumentaria, partes de bienes de capital, como los kits y partes de motocicletas, insumos químicos, entre otros. Importamos desde India sólo el 1% de los bienes comprados en el exterior.

Si bien el comercio exterior entre ambos países representa sólo el 2 a 3% del total comerciado por la Argentina, hay otro aspecto fundamental que es importante destacar en el actual contexto del país. Argentina registra con India el segundo saldo comercial positivo con Asia (1.257 millones de dólares en 2017) luego del superávit que tiene con Vietnam. Por el contrario, con China la Argentina tuvo en ese mismo año un déficit de 7.989 millones de dólares.

Entonces, no es casualidad que el presidente visite la India que, como Vietnam, son países de muy rápido crecimiento e interesantes mercados para las exportaciones de mercancías y servicios de la Argentina no sólo ahora, sino en las próximas décadas.

Opciones que se abren a futuro

Si bien Mercosur se encuentra negociando con India una ampliación de su acuerdo comercial, lo cierto es que es poco ambicioso. Sin embargo, los resguardos de ambas partes, siempre atendibles, no deben impedir encarar otras vías de intercambio y complementación.

Deben explorarse intensamente la posibilidad de inversiones conjuntas en sectores industriales, minería, hidrocarburos y energía renovables, turismo, TICs y agroindustria. Asimismo, promoverse un mayor intercambio en ciencia y tecnología, producciones y servicios culturales y educativos, entre otros en los que las barreras bilaterales son menores o simplemente no existen.

En las actuales circunstancias de la economía mundial, y con el fin de nutrir la estrategia exportadora y de "inserción inteligente al mundo", se hace imprescindible profundizar la línea trazada por ambos gobiernos, tal que el comercio, las inversiones y el relacionamiento general entre India y Argentina no resulte un club de pocos y una cuestión reservada a expertos.

En ese sentido, es cierto que el conocimiento mutuo de los empresarios de ambos países, así como de algunos de sus negociadores es bajo o nulo. Para los argentinos, la India resulta, por el momento, un país enorme, lejano y exótico; esto no difiere de las referencias que los indios tienen, o se imaginan, sobre nuestro país. 

Ampliar y profundizar este conocimiento mutuo en todas las dimensiones -públicas y privadas; empresarias, oficiales, profesionales, científicas y culturales- supone un desafío no trivial, pero no cabe duda que resultará en un beneficio mutuo cuya dimensión es difícil de imaginar actualmente.

En conclusión, buscar intensamente cómo explotar el crecimiento y desarrollo de la India por otras vías a las del comercio de mercancías es una variable ineludible por el momento. Si bien el desafío es significativo, el impacto de una estrategia multidimensional sostenida en el tiempo tendrá un alto impacto en el desarrollo abierto y sostenible de nuestro país.

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