La llegada del coronavirus y la pandemia declarada a nivel mundial fue el llamado escuchado e interpretado por la sociedad que encontró su correspondencia con el discurso predicado por el presidente. "Es con todxs" fue la consigna de campaña que asumÃa la totalidad ante la irrupción de lo trágico. |
Desde que inició su campaña por la presidencia Alberto Fernández trazó como sÃntesis de su mensaje en la necesidad de una polÃtica de inclusión. Su triunfo mas que merecido apareció a los pocos dÃas teñido por elucubraciones que en ultima instancia buscaban poner en tensión la legitimidad del gobierno: si los votos eran de Cristina, si se podÃa consolidar su polÃtica con el endeudamiento heredado, si las estructura administrativa del estado no arrancaba; todo esto como si se tratase de crÃticas "inocuas" por estar protegidas por la gracia que otorga el "blindaje" de los cien dÃas de gobierno.
Como contracara, si bien sus actos daban cuenta de una férrea voluntad para sacar al paÃs de la crisis económica y con esfuerzo volcándose a cumplir su promesa, la tarea adolecÃa de esa implicación social que pusiese en marcha un esfuerzo de carácter trascendental, y porque no épico, en el que todxs y cada uno de nosotrxs se viese implicado.
La llegada del coronavirus y la pandemia declarada a nivel mundial fue el llamado escuchado e interpretado por la sociedad que encontró su correspondencia con el discurso predicado por el presidente. "Es con todxs" fue la consigna de campaña que asumÃa la totalidad ante la irrupción de lo trágico.
El presidente puso todo el aparato de estado en función del cuidado de la vida de las/ los argentinxs. En una de sus apariciones públicas mencionó que estábamos en guerra frente a un enemigo invisible. No se trataba de una metáfora. Tampoco de la guerra en su versión tradicional. Pero esas palabras evocaban un texto como el de Ernest Junger "La movilización total" o si se quiere los "Apuntes de historia militar" de Juan D. Perón. Lo que se puso en marcha fue un movimiento que trascendÃa la tÃpica concepción de la guerra del soldado, una representación mayor que pone en marcha a todas las fuerzas de la sociedad. Una movilización integral que hoy implica paradójicamente quedarnos en casa para cuidarnos y cuidar al otro.
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