Geopolítica
La disputa en el Asia-Pacifico dentro del G3
Por Horacio Lenz
China y Rusia disputan el control del "área pivot", la línea meridional que cruza Mongolia de Este a Oeste que opera como Estado tapón entre los dos países.

"Quien gobierne en Europa de Este dominará el Heartland; quien gobierne el Heartland dominará la Isla Mundial; quien gobierne la Isla Mundial controlará el mundo". Hartford Mac Kínder. 1904

En las de disputas dentro del G3 la que acontece en el continente asiático la protagonizan China y Rusia por el control del "área pivot", siendo el área de tensión la línea meridional que cruza Mongolia de Este a Oeste operando, a su vez, como Estado tapón entre los dos países.

La puja entre los dos gigantes es por el control el centro del continente ya que el que lo hace domina la totalidad de las tierras emergidas del planeta apoderándose, de ese modo, de importantes reservas de energía, agua y recursos humanos. En esta disputa China intenta consolidar su presencia en el Asia Central y Rusia expandirse hacia las aguas calidad del Océano Indico y romper de ese modo cierta condición de país mediterráneo encerrado entre continentes y mares congelados.

A partir de ahí ambas potencias tienen sus desarrollos estratégicos concordantes, pero no ajenos a desconfianzas históricas que vienen desde la independencia China del Imperio Británico, profundizadas con el Gobierno Nacionalista de Kuomintang del General Chang Kai Shek. La situación de tensión se apaciguó con la victoria comunista de Mao Tse-Tung en 1948 hasta los primero años del proceso revolucionario, pero más tarde es cuando el líder chino toma distancia acusando a la URRS de desviacionismo ideológico y conceptualiza un cuerpo ideológico marxista adaptado a la visión política y espacial de Pekín sin ningún matiz de influencia externa.

Como respuesta el Sec. Gral. Del Partido Comunista Soviético Nikita Krushchov canceló los acuerdos de asistencia técnica que habían firmado durante el periodo de Stalin además de formalizarse disputas de carácter político a esfera global. Para este periodo histórico de manera simultánea se produjeron refriegas fronterizas, con desplazamientos de más de 1.500.000 soldados, entre ambos bandos, además de material mecanizado de alta potencia, lanzadores misilisticos y recursos aéreos para bombardeo e interceptores. De modo que la desconfianza llego al zenit cuando se plantearon como enemigos continentales. Para ese momento China estaba arruinada por los fracasos de políticas como el Gran Salto Adelante y la Revolución Cultural y veía cada vez más como amenaza a la Unión Soviética.

Una vez consolidada la revolución china a través de la unificación territorial, la homogeneidad política ideológica y la uniformidad lingüística con el mandarín como lengua oficial simplificando la escritura y su aprendizaje oral, China dedica su estrategia a la consolidación de sus fronteras políticas y por eso razón entra en alarma cuando EEUU, en la década del 50, se involucra en la Guerra de Corea. Del mismo modo desconfió de los soviéticos por su instalación en la Guerra de Vietnam que era también dejar a una potencia extra regional en el control de las áreas geográficas extremas del Mar de la China, además de ser como Corea probables plataformas de invasión de su territorio. Ambas situaciones aparecieron como amenazas e inmediatamente se transformaron en hipótesis de conflicto. Por consiguiente siempre utilizo un modo flexible de alianza táctica ya que en el primer conflicto se alió a los soviéticos, alejando a los americanos de la frontera China-Coreana del Rio Yalú y trasladando esta al paralelo 38° N dejando un espacio de seguridad con Corea del Norte como Estado tapón y dividiendo la península. Años después finalizando la guerra en Vietnam evitó, aliado a los EEUU a partir de los acuerdo Nixon-Mao, que se consolidara un poder soviético en Indochina que uniera varias naciones en un mismo régimen y que controlara, en su proyección marítima, el estratégico Estrecho de Malaca, lugar de paso entre el Océano Indico y el Mar dela China donde se asienta la Ciudad Estado de Singapur y el más transitado del mundo por donde circulan anualmente 150 buques por día además tres veces más petróleo que el Canal de Suez (Egípto) y quince veces más que el Canal de Panamá.

Bajo en concepto de ventaja relativa Pekín diseño un modelo de confrontación indirecta de sobrevivencia estratégica proyectada en 30 años donde evito ser rodeada en sus extremos continentales tanto el sudoeste con Vietnam como al nordeste con una Corea única y aliada a los EEUU. Usando como semejanza un juego de piezas tradicional y milenario símil al ajedrez occidental, llamado Wei qi que su significado es "juego de piezas circundantes" y que lleva implícita la idea del cerco estratégico de modo indirecto y flexible rodeando el espacio del adversario restringiendo su capacidad de movimiento. En cambio el ajedrez como actividad lúdica en occidente se diferencia, porque su acción es de confrontación directa y de eliminación del adversario con dominio situacional por el control del centro del espacio en disputa.

China nunca confrontó de modo directo, siempre evitó ser rodeada y hoy se consolida por su dominio regional y lleva adelante estrategias con ventajas mínimas que se proyectan en el tiempo.

Rusia, China y el Pacifico.

En el juego de la supremacía táctica dentro del G3 Rusia y China se confieren un grado mayor de confianza debido a que el gigante asiático pretende una estrategia continental orientada a Europa reconstruyendo en el siglo XXI la ruta de la Seda y para eso es insalvable la alianza con Moscú, donde el condicionamiento territorial determina esta alianza ya que para llegar al extremo occidental de la Península europea el territorio ruso es la vía de conexión además de ser una fuente importante de energía que provee a Europa atreves de dos gasoductos uno meridional con llegada a Berlín y otro más al sur con destino en Italia. En la última reunión del Pte. Putin y la Canciller alemana Agela Merkel, en la ciudad rusa de Sochi, se proyectó una tercera conexión gasífera entre Rusia y Alemania por el Mar Báltico.

Pero en la trilogía de disputas tácticas de G 3 los conflictitos tienen bordes cartográficos que los define la geografía física producto que las alianzas siempre son de coyuntura periódica.

Ahora bien cuando expandimos el control del espacio en el Mar de la China aparece otro conflicto de naturaleza marítima donde estratégicamente los EEUU pretende mantener el control del Océano Pacífico y donde China consolida el control del mar homónimo a partir de políticas geoestratégicas diseñadas hace más de medio siglo. Este sitio marítimo de 3.500.00km2, donde converge 1/3 del tráfico marítimo mundial, el 60% del comercio mundial por mar, habitan su entorno costero el 27% de la población del globo además de tener rica geología en yacimientos de gas-petróleo y es de vital importancia para el control soberano chino. Para eso lleva adelante, a modo una expación de su influencia, el método de construcción de islas artificiales para hacerlas jugar como plataformas continentales y aumentar sus límites bajo la premisa de las 200 millas y extendiendo sus pretensiones soberanas hasta una línea imaginaria que une puntos en espacios marítimos pretendidos, y por lo tanto disputados, por Vietnam, Malasia, Brunei, Filipinas y Taiwán. China tiene una política agresiva de control marítimo dentro del marco interpretativo de la Convención del Mar de la ONU. A su vez su política de influencia la ejerce en el terreno de la disuasión militar, como en las oportunidades de comercio del área en cuestión. En este contencioso sobre la soberanía marítima en los límites externos del Mar de la China, el Tribunal Internacional de La Haya, por demanda de los países afectados, rechazó la posición de China, pero Pekín expresó su negativa a aceptar la decisión de la Corte.

Hoy China se consolidada como potencia global en lo industrial, lo tecnológico convencional y la inteligencia artificial, sin dejar de disputar los espacios geográficos, tanto los continentales con Rusia, como los marítimos con los EEUU. La disputa bicéfala contiene interrogantes en los resultados.

En los últimos años el Pte. Donald Trump, llevó adelante una serie de acciones en el área que desvertebró el marco de alianzas que los EEUU supieron conseguir desde el bombardeo japonés a Pearl Harbor. La idea de rediscutir el "fondo" de los Acuerdos del Transpacífico produjo desconfianzas en los países insulares del sudeste asiático, a pesar de la promesa de Washington de no disminuir la cooperación en materia de defensa. Pero esta frase aumentó la confusión producto que si no hay comercio común, hay poco que defender.

De esta manera Pekín controla casi con soberanía total el Mar de la China proyectando, de ese modo, su figura e influencia comercial hacia países de la Región de Oceanía como Nueva Zelanda y Australia firmando acuerdo de cooperación en materia alimentaria, automotriz y de transferencia de tecnologías. De igual manera, siempre con su política de rodeo el Gigante asiático ya tiene un pie en el Océano Pacífico entrando en tensión con los EEUU en esa parte del globo de modo directo. Seguramente usará la estrategia del Wei qi para afrontar la próxima disputa donde el limite Este del Mar de la China y el Oeste de las Américas serán los contornos del espacio a rodear. 


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