Editorial
El oneroso caos de Ganancias
Por Esteban Eseverri
Un impuesto caro e impopular causa un paro general. No parece gran negocio para el gobierno en un año electoral.

Un impuesto caro e impopular causa un paro general. No parece gran negocio para el gobierno en un año electoral, al punto que salvo la Presidente y su Ministro predilecto, muchos en el oficialismo se sienten incómodos en su defensa.

Los argumentos ejercidos para mantenerlo están lejos de su supuesto beneficio. Ningún impuesto al trabajo crea empleos. Pero además, ¿Cuáles empleos? La economía no los crea hace dos años. Es evidente que con un poco de imaginación fiscal, existen a la mano otras fuentes para financiar ayudas sociales para quienes, precisamente, se encuentran en dicha dolorosa intemperie.

En este sentido, el impuesto se da además en un contexto donde el desempleo real está escondido en las estadísticas oficiales. Organizaciones no gubernamentales que lidian con la pobreza tanto como consultoras privadas alertan sobre un alarmante desempleo particularmente en jóvenes, y más aún en mujeres de menos de 25 años.

Para el próximo Presidente, reemplazar el impuesto sin duda alguna formará parte del menú de diálogo con las organizaciones sindicales. Y es que incluso voceros gubernamentales entienden la injusticia de un tributo que ha generado distorsiones artificiales en el salario, distinguiendo trabajadores que realizan la misma tarea, pero que por su efecto, cobran distinto sueldo.

Este desaguisado se debe no a la naturaleza de tener que pagar un impuesto. Después de todo, en casi todas las democracias modernas, siempre se pagan impuestos razonables para de algún modo sostener una actividad estatal que del mismo modo, al menos cubre las apariencias de ocuparse de quienes tributan.

Pero a poco que se compare el nivel de contribución, el impuesto por sus índices y escalas es absurdo. Para tributar un 35% del salario, por ejemplo, en Estados Unidos, hay que ganar casi medio millón de dólares al año. Aquí paga esa tasa un encargado de edificio, o un empleado bancario que ni soñando podrían acercarse a esa cifra propia de un empresario americano exitoso.

Sin ir tan al norte, en Uruguay hay que tener ingresos realmente muy altos para llegar a la tasa máxima de 25% del ingreso, casi unos doce mil dólares al mes. Y lo mismo sucede en Chile, donde el problema del atraso en las escalas no existe por estar atadas a la inflación, al contrario de aquí, donde la inflación reduce a cada mes y a cada paritaria, el tramo de trabajadores exentos.

Por lo demás, no sólo el límite para convertirse en obligado a pagar el impuesto es artificialmente bajo, sino que además las deducciones son irrisorias. El paro general exhibe entonces una patente exasperación causada por el Gobierno entre trabajadores que son tradicionalmente solidarios en Argentina.

Si el reclamo ha llegado hasta causar la reiteración de la medida de fuerza más grave, la alerta es para todo el sistema político: un próximo gobierno estará obligado no sólo a ser socialmente generoso, y a crear empleos genuinos. Además deberá revisar este caos tributario tan oneroso que nadie se atreve ya a defender.

Publicar un comentario
Para enviar su comentario debe confirmar que ha leido y aceptado el reglamento de terminos y condiciones de LPO
Comentarios
Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellas pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Aquel usuario que incluya en sus mensajes algun comentario violatorio del reglamento de terminos y condiciones será eliminado e inhabilitado para volver a comentar.
  • 1
    Groucho Argento
    30/03/15
    18:21
    No es solo el problema de alicuotas altas. Ademas de eso, y todavia peor es que la alicuota maxima se aplica sobre todo el salario, en lugar de hacer aplicacion de alicuotas por fajas, como deberia ser. La parte que esta por debajo del minimo no imponible nunca paga, y a partir de ahi, cada alicuota se aplica a lo que esta entre esa y la proxima superior. Eso evita que al subir un poco el salario nominal baje el salario real por aumento de Ganancias.
    Responder
Más de Esteban Eseverri

Alconada Mon protegido por ley 4565, Lázaro Báez no

Por Esteban Eseverri
La Justicia Nacional a la que se presentó Báez podría utilizar la ley de Medios de la Ciudad para resolver la cuestión. Es un interesante test para una legislación joven que puede ser considerada de avanzada en la protección del periodismo y la libertad de expresión.

Buitres para Dummies

Por Esteban Eseverri
Es difícil condensar la enorme complejidad de los juicios que enfrenta la Argentina. Sólo en la Corte Suprema de Estados Unidos tenemos cinco procesos diferentes. Una hoja de ruta para entender lo esencial.

Coronavirus: El impacto en el mundo del trabajo

Por Esteban Eseverri
Es esperable que surja cierto reflejo argentino durante las crisis a pasar de economía formal a la informal. El teletrabajo y su impacto en la ley de contrato de trabajo.

Cuerpo a tierra que vienen los nuestros

Por Esteban Eseverri
Un costado poco analizado del litigio con los “Fondos Buitre” es el de los pasos dados por nuestra representación legal, Cleary, Gottlieb, Steen & Hamilton, el estudio neoyorkino con sede en diez países, incluyendo el nuestro.

El año del pago soberano, "aka default"

Por Esteban Eseverri
Es notable la disminución del volumen mediático que sobre el final del año le quitó los ojos a una dura realidad: Argentina está en default.

El extraño ballotage de cuarenta y diez

Por Esteban Eseverri
La misma regla electoral que esgrime el kirchnerismo como la clave para su victoria en primera vuelta podría darle el triunfo a un candidato de consenso.