24 de abril, 2024
Editorial
BCRA: el Vaticano Económico Argentino
Desde esta semana se decreta el nacimiento del Vaticano Económico Argentino, un poder soberano al interior del Estado argentino y al que se denominará BCRA. ¿Desde cuándo Redrado se erige en un Príncipe soberano? Los flashes y debates estériles nos impiden dar la discusión sobre el funcionamiento de la entidad monetaria. |
Pongamos entre paréntesis por un momento los nombres propios y dejemos de lado que se trata de Redrado y del Gobierno de CFK.
También les propongo que pasemos por alto que cualquier funcionario del Gobierno que se oponga a algún tipo de política oficial se transforma de repente en un héroe de la resistencia, un ícono de la lucha de la gente contra el fascismo del Diablo K.
También quisiera que obviemos que cada vez que el Gobierno decide quitarse de encima algún funcionario puesto en funciones por el mismo Gobierno descubre que éste era el “topo” que operaba para las grandes corporaciones gorilas.
Hecho esto me voy a permitir algunas preguntas retóricas: ¿en qué Libro Sagrado se encuentra el postulado que afirma que el dinero del BCRA es ajeno a las decisiones del gobierno de turno?
¿Acaso será en el mismo que indicaba que el dinero de los jubilados debía permanecer en un freezer esperando que los beneficiarios envejezcan? Permítame algunas preguntas más: ¿Desde cuándo una autarquía operativa supone que el Jefe del BCRA se transforma en un Príncipe Soberano, una suerte de poder Vaticano que se establece en paralelo a la autoridad del poder ejecutivo y cuya lógica resulta completamente independiente de las decisiones de la ciudadanía?
Para responder esto no olvide el compromiso asumido en el primer párrafo: lo mismo da que el jefe del BCRA sea Cavallo, Pou, Prat Gay, Redrado o Carlos Marx; y lo mismo da que en el Gobierno esté CFK o De La Rúa.
Reformulemos ahora alguna de las preguntas precedentes: ¿desde cuándo la política económica que determina, entre otras tantas decisiones, el tipo de cambio que influye directamente en la cantidad de reservas, debe someterse al poder del monarca del Banco Central?
Lamentablemente este debate interesante es postergado por flashes, debates estériles y una narrativa épica.
Pero la cuestión de fondo es un debate acerca de los límites de la democracia pues al fin de cuentas esta disputa es una reedición de ciertas tensiones inherentes a las Repúblicas democráticas liberales.
La cuestión, entonces, no es la insólita transmisión minuto a minuto del atrincheramiento del Golden Boy; ni la inflación oratoria de opositores como Carrió, Luis Juez o Pino Solanas que derrocharán a lo largo de los meses que siguen la posibilidad de un juicio político por razones tales como el uso de bottox o la compra compulsiva de carteras Louis Vutton. Tampoco es un tema legal. ¿Qué importa si el decreto habilita o si la Carta Orgánica del Banco Central permite tal o cual cosa?
Dejemos estas discusiones que se presentan como formales pero que sólo aparecen cuando el gobierno de turno toma decisiones que toca intereses, para los grandes hermeneutas jurídicos, los Badeni, los Sabsay, los que adoran despertarse con la Aurora. No es un asunto de Derecho e interpretación de las leyes.
El tema es hasta qué punto aceptamos las, por cierto, muchas veces sabias restricciones de auto-regulación y equilibrio que una república liberal impone. En otras palabras, la relativa independencia del BCRA es uno de los tantos mecanismos de contrapeso contra la injerencia de diversos poderes del Estado, en particular, del poder ejecutivo.
La pregunta es, ¿se puede hablar de contrapesos democráticos cuando las reservas del país no están disponibles a las decisiones en materia económica de los representantes del pueblo? ¿Por qué es más confiable Redrado que aquel que eligió la ciudadanía para representar sus intereses?
Aprovechemos este año tan cargado de simbolismos y de necesarias revisiones de nuestro pasado para desnaturalizar algunos principios históricos hijos de poderes fácticos y para repensar las tensiones propias de Repúblicas como las nuestras.
Quizás no nos estemos dando cuenta que 200 años después de nuestra independencia política, existe una casta de reyes, una aristocracia económica soberana con cualidad paraestatal que sabe mejor que los ciudadanos y sus representantes cómo garantizar la santa estabilidad de nuestra moneda.
También les propongo que pasemos por alto que cualquier funcionario del Gobierno que se oponga a algún tipo de política oficial se transforma de repente en un héroe de la resistencia, un ícono de la lucha de la gente contra el fascismo del Diablo K.
También quisiera que obviemos que cada vez que el Gobierno decide quitarse de encima algún funcionario puesto en funciones por el mismo Gobierno descubre que éste era el “topo” que operaba para las grandes corporaciones gorilas.
Hecho esto me voy a permitir algunas preguntas retóricas: ¿en qué Libro Sagrado se encuentra el postulado que afirma que el dinero del BCRA es ajeno a las decisiones del gobierno de turno?
¿Acaso será en el mismo que indicaba que el dinero de los jubilados debía permanecer en un freezer esperando que los beneficiarios envejezcan? Permítame algunas preguntas más: ¿Desde cuándo una autarquía operativa supone que el Jefe del BCRA se transforma en un Príncipe Soberano, una suerte de poder Vaticano que se establece en paralelo a la autoridad del poder ejecutivo y cuya lógica resulta completamente independiente de las decisiones de la ciudadanía?
Para responder esto no olvide el compromiso asumido en el primer párrafo: lo mismo da que el jefe del BCRA sea Cavallo, Pou, Prat Gay, Redrado o Carlos Marx; y lo mismo da que en el Gobierno esté CFK o De La Rúa.
Reformulemos ahora alguna de las preguntas precedentes: ¿desde cuándo la política económica que determina, entre otras tantas decisiones, el tipo de cambio que influye directamente en la cantidad de reservas, debe someterse al poder del monarca del Banco Central?
Lamentablemente este debate interesante es postergado por flashes, debates estériles y una narrativa épica.
Pero la cuestión de fondo es un debate acerca de los límites de la democracia pues al fin de cuentas esta disputa es una reedición de ciertas tensiones inherentes a las Repúblicas democráticas liberales.
La cuestión, entonces, no es la insólita transmisión minuto a minuto del atrincheramiento del Golden Boy; ni la inflación oratoria de opositores como Carrió, Luis Juez o Pino Solanas que derrocharán a lo largo de los meses que siguen la posibilidad de un juicio político por razones tales como el uso de bottox o la compra compulsiva de carteras Louis Vutton. Tampoco es un tema legal. ¿Qué importa si el decreto habilita o si la Carta Orgánica del Banco Central permite tal o cual cosa?
Dejemos estas discusiones que se presentan como formales pero que sólo aparecen cuando el gobierno de turno toma decisiones que toca intereses, para los grandes hermeneutas jurídicos, los Badeni, los Sabsay, los que adoran despertarse con la Aurora. No es un asunto de Derecho e interpretación de las leyes.
El tema es hasta qué punto aceptamos las, por cierto, muchas veces sabias restricciones de auto-regulación y equilibrio que una república liberal impone. En otras palabras, la relativa independencia del BCRA es uno de los tantos mecanismos de contrapeso contra la injerencia de diversos poderes del Estado, en particular, del poder ejecutivo.
La pregunta es, ¿se puede hablar de contrapesos democráticos cuando las reservas del país no están disponibles a las decisiones en materia económica de los representantes del pueblo? ¿Por qué es más confiable Redrado que aquel que eligió la ciudadanía para representar sus intereses?
Aprovechemos este año tan cargado de simbolismos y de necesarias revisiones de nuestro pasado para desnaturalizar algunos principios históricos hijos de poderes fácticos y para repensar las tensiones propias de Repúblicas como las nuestras.
Quizás no nos estemos dando cuenta que 200 años después de nuestra independencia política, existe una casta de reyes, una aristocracia económica soberana con cualidad paraestatal que sabe mejor que los ciudadanos y sus representantes cómo garantizar la santa estabilidad de nuestra moneda.
Copyright La Politica Online SA 2024.
Por favor no corte ni pegue en la web nuestras notas, tiene la posibilidad de redistribuirlas usando nuestras herramientas.
Por favor no corte ni pegue en la web nuestras notas, tiene la posibilidad de redistribuirlas usando nuestras herramientas.
Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellas pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Aquel usuario que incluya en sus mensajes algun comentario violatorio del reglamento de terminos y condiciones será eliminado e inhabilitado para volver a comentar.
Más de Dante Augusto Palma
Breve manual para criticar lo que se hace bien
Kirchner tiene razón: la oposición y "la gente" terminan apuntando contra las políticas sociales, el rol del Estado, la protesta social, la Ley de Medios y las nacionalizaciones, acaso los mayores logros del gobierno. Los principios del Manual.
El Alfonsín que queremos
La muerte del ex presidente ha logrado la veneración e idealización de todos los actores de la sociedad. Pero detrás se esconden una serie de mitos sobre su figura y, en especial, su accionar en la política concreta.
El anacronismo totalizante
Antes que sus dislates sobre la seguridad y la juventud, el error de Abel Posse radica en el sostenimiento de una ideología totalizante y lineal incapaz de reconocer la complejidad de una sociedad que ya no puede ser explicada por antinomias anacrónicas
El demonio y el fraude
La oposición recurre al discurso del fraude, estrategia peligrosa y que no tiene incidencia relevante, para deslegitimar la contienda electoral. A esto se le suman encuestadores como Giaccobe que, además de darle 6 puntos más que Kirchner a De Narváez, dice que la clave es la fiscalización. Paradójicamente el fin del kirchnerismo estará cuando se deje de demonizarlo.
El destino transversal
Contrariamente a la opinión mayoritaria, la clave de supervivencia del kirchnerismo no es un deslizamiento hacia la moderación sino la radicalización de una agenda de centroizquierda que reedite la transversalidad y permita un consenso acotado que incluya a los representantes del progresismo en las Cámaras.
El enemigo en casa
Ante un gobierno que aun no parece haber asimilado la derrota, el PJ se reconstruirá como "lo otro" del kirchnerismo y se puede transformar en la principal fuerza que a través de los Medios de comunicación presione para que CFK adelante el fin de su mandato.
Y la respuesta para el autor (que se tirò de cabeza sobre un sofisma) es que un cargo electo no tiene por qué ser más confiable que uno nombrado o de carrera para temas específicos.
Prueba al canto la torpeza en hacer uno el Banco Central con el Gobierno Nacional, exponiendose gratuitamente al embargo. Pese a las advertencias.
En el caso de la Jueza Sarmiento la confusiòn es màs grave.
Un juez no tiene que ser insultado, patoteado ni minimizado como jueza delivery, especialmente cuando se atiene a derecho.
Penoso ...
La mision del BCRA es cuidar la moneda para entre otras cosas evitar lo que paso en el 89 ...
Se acuerdan, no ?
Crítica que me haran los consabidos idiotas que ni siquiera saben donde queda la izquierda, como saberlo si nunca salieron del miserable rol cabos mandaderos, que invocan a Alberdi según las sagradas normas de los libelos de La Nación, Clarín, Seprín, Cabildo y las notas de los ilustrados de las páginas de La Revolución Libertadora. Los que se atreven a publicar, "Democracia Puta", como una editorial "valiente". Los que en lugar de titular "Gestiones de Moreno para obtener un descuento del 30% en el precio al público de remedios de uso común" titulan "Moreno pone carteles en las farmacias".
MIERDA. MIERDA NEOLIBERAL. Permítaseme el desliz, pero es que justamente para calificar esto es que fué creda esa palabra. A eso huele el pensamiento de los que se echan la túnica de Alberdi por encima, invocando que la única alternativa a convertirnos en una Venezuela es abandonar los controles del estado y dejar que los patrones que se adueñaron de este país hace 200 años sean lo únicos que pueden decidir, comer y cagar a quienes se les venga en gana.
La buena noticia, señores, es que existe una alternativa a Venezuela y Colombia (dictadura ésta última también, pero menos explorada), y existe otra alternativa a la Argentina Menenmista también, Y ES ESTA QUE SE ESTA CONSTRUYENDO.
Nunca hubiera votado al kirchnerismo, pero frente a las alternativas que el pensamiento vigente me permiten vislumbrar, creo que, con todo lo malo, es lo mejor que podemos tener.
Martín, como diría Serrat, siga usted a mano derecha, llegará al Cielo. Por mi parte, la palabra pueblo no me hace regurguitar a Alberdi, síntoma indudable de una intoxicación por ideas fascistas, así es que prefiero otros parajes donde no apeste tanto a Oligarquía. Saludos, les deseo un rápido arribo y prolongada estancia a usted y sus amigos.
UN ABRAZO PERONISTA
MIGUEL AGUIIRE