El presidente del Banco Central (BCRA), Federico Sturzenegger, tiene el mandato de bajar la inflación y para ello mira al país que hoy se esfuerza por crear inflación para dinamizar la economía, y en los años setenta y ochenta estaba envuelta en un ciclo de inflación, atraso cambiario, devaluación para corregir el tipo de cambio, más inflación, atraso cambiario, devaluación…
Se trata de Suecia que, tras la crisis económica de principios de los noventa, hizo una reforma monetaria y fiscal que dio origen al Estado de Bienestar más famoso del mundo. Mientras que por el lado fiscal buscaron un esquema de alta presión fiscal con la que financiar un enorme gasto público signado por la eficiencia y que además no desincentivara la inversión privada. Por el lado monetario, abandonaron el tipo de cambio fijo e inauguraron un régimen de “metas de inflación” con el que domaron la suba de precios.
Sturzenegger cree que ese es el camino para la Argentina y por eso consulta regularmente a Stefan Ingves, el presidente del Riksbank, el banco central de Suecia, para interiorizarse con los detalles finos del nuevo régimen de política monetaria que entrará en vigencia a partir de septiembre.
Ingves fue nombrado en 2006 como “gobernador” del Riksbank, el banco central más viejo del mundo y ratificado por otro mandato en 2012 por seis años más. Antes había sido gobernador interino. En su gestión, logró la virtual desaparición del dinero en efectivo. Al ser el 98% de las transacciones comerciales con medios de pago alternativos, como tarjetas y transferencias, no hay margen para la evasión fiscal: todas las transacciones quedan registradas.
Además es presidente del Comité de supervisión bancaria de Basilea y miembro del BIS, el banco internacional de pagos de Basilea, que viene de prestarle asistencia por 2.500 millones de dólares al Banco Central argentino. Desde luego, Sturzenegger ya se aseguró que el BCRA cumpla con todos los requisitos de capital para los bancos sistémicos que exige Basilea hasta al menos 2019.
“Como retornar al viejo régimen era inasequible, Suecia terminó siendo uno de los primeros países en el mundo en implementar metas de inflación aunque en aquel entonces no era certero que diera resultado. Sin embargo, pocos años después la inflación había bajado, las expectativas de inflación habían adaptado gradualmente a las metas futuras y se pudieron bajar las tasas de interés nominales. Al contemplar todo el período (los 90), diría que el régimen de metas de inflación como un éxito rotundo. Desde entonces, el Riksbank ha logrado mantener la inflación baja y relativamente estable, con las expectativas fijamente ancladas entorno al 2% (anual). Y esto no fue en detrimento del crecimiento; el PBI (sueco) creció en promedio más de lo que lo había hecho antes de su implementación. Es importante recordar que el ancla nominal provista por la meta de inflación fue uno de los logros más grandes de las últimas décadas”, describió Ingves presentando este régimen monetario en su conferencia en el Banco de México.
Además, si bien Suecia sufrió bastante la crisis de 2008 por ser una economía chica y abierta al comercio internacional, pero por haber recibido el impacto “con un marco de política fiscal estable y una tradición relativamente larga de metas de inflación con tipo de cambio flotante” y haber “decidido apegarnos a nuestras políticas robustas. En retrospectiva creo que nos hizo bien”, consideró el ídolo de Sturzenegger.
Salvando las diferencias, este es el ideal del presidente del BCRA, que en una década la inflación y las altas tasas de interés ya sean cosa del pasado. Pero, como dijo Ingves, esto lleva “años” y en eso se resume el conflicto de Sturzenegger con Prat Gay y los que sufren las altas tasas de interés. El industrial Juan Carlos Sacco quedó atónito: “Quiero saber qué tiene que ver la realidad de Suecia con la Argentina.”
Mientras tanto, Sturzenegger y en especial el vicedirector del Banco Central, Lucas Llach estás fascinados con otra de las iniciativas de Ingves, la creación de sistemas de pago virtuales, como apps para celulares, que eliminen los billetes y las monedas. De hecho, este mes informaron la obligatoriedad de poner botones de pago directo con tarjeta de débito (sin necesidad de una de crédito) y están instando a desarrolladores de programas para la creación de sistemas de pago portátiles sin intermediación bancaria.
Si bien el escenario sueco está a años luz, Sturzenegger avanza en la bancarización de la población. Puntualmente hoy viernes el Banco Central redujo los requisitos para abrir una caja de ahorro y tener una tarjeta de débito. A partir de ahora, quienes no posean una cuenta bancaria, podrán abrir una presentando solo el DNI. “Con la medida anunciada hoy, el BCRA potencia el acceso a los servicios financieros, en particular para quienes no poseen un domicilio o servicio público a su nombre”. comunicaron.
Ingves, que es doctor en economía, también se desempeñó como director del Departamento de Sistemas Financieros y Monetarios del FMI. Anteriormente, había sido subsecretario y secretario del Departamento de Mercados Financieros del Ministerio de Finanzas de Suecia.
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Alguien se imagina al empresariado agro-industrial argentino aguantado "...alta presión fiscal.." si ni siquiera quieren pagar impuestos.
Se imaginan a Alfredo de Angeli estar de acuerdo con esto pensando en el futuro del pais.
Tengan en cuenta que también tienen que mejorar los sueldos para incentivar el consumo.
Como se dijo en la cumbre anual del Council of the Americas en Buenos Aires que "la solución (de la economía argentina) viene de adentro y no de afuera". Es decir del mercado interno, que este gobierno del país de la alegría se encargo de desintegrar con su accionar.