Ezequiel Spillman conoce los pasillos más recónditos del PRO porque lo vive desde hace ocho años, cuando empezó a cubrir Ciudad para LPO.

Trabaja en Perfil desde 2010, el año en el que conoció a María Eugenia Vidal, una dirigente que en ese entonces cumplía un rol secundario en el PRO y que Spillman comenzó desde aquella época a investigar como nadie lo hizo hasta el momento.

Fruto de esa investigación es “La Otra Hechicera” (publicado por Editorial Margen Izquierdo), el primer libro de este joven de 35 años.

Se trata de la historia oculta de la gobernadora bonaerense, en la que el periodista no sólo cuenta al detalle la carrera política y la vida personal de Vidal –pesó 2,3 kg al nacer y no lo sabía ni ella misma-, sino que revela decenas de anécdotas, internas y vaivenes del ascenso del macrismo al poder.

Spillman visitó la redacción de LPO, en la que se hizo conocer por toda la primera plana del macrismo, y habló de la relación de Vidal con sus aliados y enemigos.

En un tramo del libro contás que Marcos Peña la dejó a Vidal sin ayuda, sin fondos en medio de la campaña y que ella no pensó en renunciar a la candidatura pero estaba muy sola, más después de que se bajó Niembro.

Esto es así. La relación de Marcos Peña con María Eugenia siempre fue de respeto. En el primer gabinete de 2008 eran los dos ministros más jóvenes. Era la única ministra mujer, de Desarrollo Social y él el más joven, de Secretario General. No compartían el mismo espacio, en el sentido en el que siempre fue una mujer muy vinculada a Larreta, Marcos no. Pero fueron los dos creciendo políticamente juntos. Cuando es elegida como candidata a vicejefa, Marcos Peña colabora para el crecimiento de su figura en términos de comunicación porque se dan cuenta que comunicaba muy bien y además era la nueva figura del PRO, Macri estaba muy a gusto con ella en la campaña. Cuando ya asume como vicejefa, en las primeras crisis grandes que tiene el gobierno porteño, bajo la idea de no dañar la imagen de Macri, la estrategia de comunicación diseñada por Marcos Peña fue ponerla como la vocera de las crisis. Por dos motivos: primero, a Vidal siempre hubo que sacarla de los conflictos porque se metía de lleno, es una mina que atraviesa el río, atraviesa los conflictos. Con lo cual en ese sentido para ella era bastante natural meterse cuando había problemas. En segundo lugar, comunicaba bien, quedaba bien en cámara, podía hablar de todo.

En el equipo de comunicación donde estaban también Miguel de Godoy y Marcelo Nachón, se daban cuenta que cuando iban a las conferencias de prensa después de las reuniones de gabinete, los periodistas no eran tan agresivos como lo eran con Horacio, o con algún ministro o con el propio Macri. Con lo cual les rendía tener a Vidal como vocera y para eso Marcos Peña diseña una estrategia para no dañar la imagen de Macri camino a 2015, porque ya no había otra chance para Macri, era Casa Rosada, o el viaje a Italia o volver a Boca eventualmente.

En ese contexto empezaron a generarse ciertos roces entre Vidal y Peña, y entre algunos asesores de Vidal y ministros por esta idea de que siempre tenía que ser la vocera de las malas noticias para cuidar a Macri. En la cuestión electoral se da una disrupción importante entre ellos dos. Cuando Macri le ofrece ser candidata a gobernadora -acepta a regañadientes y creo que fue convenciéndose en el camino-, obviamente se empiezan a ver las cuestiones de campaña, y esto tiene que ver estrictamente con fondos y estrategia. Vidal arma una mesa de campaña propia, pero sí empieza a tener conflictos por el financiamiento. Una parte de ese conflicto era con Emilio Monzó y otra con Marcos Peña.

LPOJuan Casas

Una de las anécdotas que se cuenta textual en La Otra Hechicera fue una campaña en redes sociales que manejaba Marcos. Cuando Vidal le pidió que la ayudaran la respuesta de Marcos fue “Mirá, no podemos hacer una campaña específica para vos, tiene que estar subsumida a la campaña de Mauricio”. Con lo cual fue lo mismo que decirlo que no. También hubo roces por los escasos fondos que tenía, al principio en 2014 Vidal recorría la provincia con dos o tres asesores en auto, por lo que terminaba muy cansada. Cuando viajaba en avión generalmente lo hacía con Macri. Y partiendo de la base de que su candidatura fue concebida para no taponar el crecimiento de Macri en el Conurbano y no como una candidatura en sí misma.

Fue claro que en el mismo PRO no creían que ella pudiera ganar

La pensaron realmente como una figura para negociar con otras fuerzas políticas, para negociar con Massa e ir a una gran interna. Vidal arma una mesa de comunicación en la que había gente de Peña, estaban Federico Suárez, el psicólogo Miguel Espeche, Alejandro Rozitchner y sobre todo Pablo Avelluto, que tenía una voz bastante importante en la estrategia. Pese a esto Marcos decía que no estaba imbuido en la campaña de la provincia de Buenos Aires sino en la nacional. En 2015 se dan los roces más grandes con Vidal porque Marcos se transforma en el jefe de campaña de Macri y a la vez no le presta atención a la provincia. En ese sentido hay una anécdota muy concreta. Se sabe que el macrismo es adepto a las encuestas de opinión pública como pocos espacios, de hecho Marcos tiene un área de opinión pública donde directamente se dedican a las encuestas. En agosto, en las primarias, para la provincia de Buenos Aires, no contrataron boca de urna. Es decir, el descreimiento sobre las posibilidades reales que tenía Vidal, en el caso específico de Marcos fue claro que no creían que ella pudiera ganar.

¿Creés que fue eso lo que motivó el ninguneo de Marcos?

La explicación de él es que estaba muy abocado a la campaña de Macri, en la que mal no le fue porque lo terminó convirtiendo en presidente, y estaba focalizado en que a Macri le fuera bien la provincia. Yo creo que también que no era una candidatura en la que él confiara plenamente, por eso creo que en gran parte Vidal sintió que la dejaron muy sola. Por momentos la dejaron muy sola y quedó muy claro, sobre todo después de que se bajara Niembro, esa soledad, esa presión que sentía Vidal en la campaña, vinculada a amenazas, a la falta de estructura y de fondos.

¿Macri sí creía en ella?

Yo creo que Macri sí creía en ella, a diferencia de otros dirigentes del PRO. De hecho una de las frases que repetía, impulsado por Durán Barba, era “A María Eugenia le va a ir bien porque no se la ven venir”. Igual hay que decir que hasta una semana antes del cierre de listas había mucha gente que confiaba en cerrar un acuerdo con Massa o en ir a una gran primaria con otros candidatos. La candidatura de Vidal no era cristalina. Emerge como una moneda de cambio con otras fuerzas, para decir “tenemos un candidato” luego de que Michetti le dijera que no a Macri.

Ella misma sabía eso.

Ella misma lo sabía perfectamente. Una semana antes del cierre de listas repetía ante sus asesores que Macri ni le tenía que pedir que se baje, que se bajaba automáticamente su candidatura. Lo tuvo claro todo el tiempo.

La niña mimada

En el libro destacás que Macri la tuvo siempre a Vidal como a la ministra preferida y la “niña mimada”. La única ministra a la que le cuidaron el cargo para que pudiera criar a su hijo, desde diciembre de 2007 a mayo de 2008. ¿Por qué ese trato privilegiado?

No le gusta nada que le digan la niña mimada de la gestión, aunque yo creo que lo era. Vidal le tomó el tiempo a qué cosas le molestan a Macri. A él le gustaban su perfil técnico, que no hablaba de más y sólo de lo que sabía, también en el gabinete cuando tenía ministros que hablaban mucho, por ejemplo el gordo Montenegro, Lombardi. Macri ahí visualizó una mujer que seguía las órdenes del jefe, eso lo heredó mucho de Larreta. En su entorno suelen decir que tiene dos jefes: un jefe de trabajo, que es Larreta y un jefe político que es Macri. Macri vio estas cuestiones, cómo se desempeñó ella en la toma del Indoamericano en 2010, lo que fue decisivo para que fuera elegida vicejefa y fue en ese contexto en el que se transforma en la niña mimada: la más chica, la única mujer y se sabía de memoria el Macri Ilustrado.

Larreta la metió en política a través del Grupo Sophia, la introdujo en el mundo PRO y luego la llevó a la gestión porteña. ¿Lo sigue considerando un jefe? En el libro asegurás que nunca fueron amigos.

Es su jefe, no es su amigo. A pesar de que Larreta fue a su casamiento en 1998.

Larreta siempre fue el jefe de Vidal, nunca fue su amigo.

Y ella faltó al de él.

Ella faltó al de él, porque el mismo día tuvo a una de sus hijas. Larreta fue siempre su jefe, su primer gran jefe y el jefe que  tuvo en el Estado y su único jefe hasta que Macri se convirtió en su jefe político en el año 2002. Larreta va al casamiento de ella en el 98 y se va temprano. Vidal no va al casamiento de Larreta con Bárbara Diez porque fue el mismo día en el que nació Camila, su primera hija. Con lo cual siempre se acuerda el aniversario de casados de Bárbara con Horacio. Yo creo que hoy en día todavía quedan algunos resabios de esa jefatura, aunque hoy se tratan un poquito más de pares. Por ejemplo, durante la crisis de la triple fuga hablaban todo el tiempo; hablan de temas de gestión; Vidal es de consultarle cosas a Larreta y de hecho parte de su gabinete tiene que ver con gente que viene directo del espacio de Larreta.

Vidal se cuidó siempre de no hablar mal de Michetti ni en privado, cosa que no hicieron la mayoría de los funcionarios del PRO durante años.

Ella se cuida mucho de no hablar mal de Michetti tanto en on como en off the record.

¿Se cuidó de calculadora, sabiendo que le podía jugar en contra hablar de Michetti o de buena mina?

Son muy distintas en muchas cosas, sobre todo con temas de gestión, y en sus formas. Yo creo que a pesar de todo hoy están en una buena relación. No son amigas, no creo que sea una persona confidente de Vidal hoy la vicepresidenta, pero sí tienen una relación bastante cordial y mucho mejor de lo esperable, sobre todo pensando en el devenir del PRO. En la interna Vidal jugó claramente con Larreta.

Michetti le regaló una cartera…

Michetti le regaló una cartera en 2011 para la campaña. Vidal la va a ver a Pasco (la casa de la vicepresidenta en Balvanera), hacen las paces, Michetti le dice que la va a acompañar, hacen un par de actos juntas y empieza a usar la cartera. Dicen que ahora está colgada en un armario.

En algunos sectores del PRO, en especial en el área de comunicación del Gobierno nacional, sostienen que Vidal le sacó a Michetti el rol de primera mujer del PRO. ¿Estás de acuerdo?

Por lo menos en términos de opinión pública y por lo que le toca gobernar, es la figura femenina más importante. A pesar de la importancia de la vicepresidencia, por peso político y por la dimensión del trabajo que va a tener que hacer en la gobernación, yo creo que hoy Vidal es una de las figuras femeninas más importantes de la política argentina.

Se habla de Esteban Bullrich como uno de los posibles candidatos a senador por la provincia en 2017, en una boleta en la que supuestamente Vidal tiene que tener una opinión determinante. Pero en el libro decís que nunca se tuvieron confianza.

No confiaban uno en el otro. Cuando estaba a punto de tener a Pedro, en septiembre de 2007, Macri ya había ganado, le pide que sea su ministra de Desarrollo Social. Le plantea a Macri que no podía asumir, y le propone que buscaran un ministro entre ambos o un reemplazo por unos meses. Con lo cual Macri decide poner a Esteban Bullrich como ministro interino en un acuerdo con Recrear. 

En esos casi seis meses en lo que está Bullrich como ministro acuerdan con Vidal unos cargos, por ejemplo Carolina Stanley como directora de Fortalecimiento Institucional. Algunos acuerdos estratégicos los acuerdan, otros los pone Esteban Bullrich. Por ejemplo, Carlos Regazzoni (hoy titular de Pami) era subsecretario. Cuando Vidal llega y se hace cargo del ministerio, en el traspaso, en su primer acto, nunca le agradece a Esteban Bullrich haber guardado el cargo y de hecho ella desconfiaba mucho de las formas y de cómo era él. Ella acepta que fuera Esteban de manera interina pero cree que no fue la mejor opción. Como compañeros de gabinete tampoco tuvieron buena relación, a pesar de que los dos claramente jugaban para Larreta. Hoy se desconfían, inclusive habría que preguntarles a los funcionarios bonaerenses qué pasó con la paritaria docente nacional donde parece que la gobernadora se enojó mucho por el cierre que había hecho el ministro de Educación.

Y sin embargo el ministro de Educación de la provincia, Alejandro Finocchiaro, trabajaba en el ministerio porteño con Bullrich.

Sí, eso fue parte de los gabinetes que armaron en Cambiemos, en donde ministros como Bullrich y Dietrich pusieron gente en las tres administraciones.

Vidal le sacó a Michetti el rol de primera mujer del PRO   

También hacés mención a un trato frío entre Vidal y Nicky Caputo, los Newman Boys y Pepín Rodríguez Simón, personas que no aparecen prácticamente en público pero en las que Macri confía las principales decisiones de su Gobierno. ¿Cómo es esa relación?

Distante. Los respeta. Lo conoce a Caputo. Ha ido a tomar café alguna vez a Paseo Colón al 200 a las oficinas de Caputo –ahora se mudó a avenida Belgrano-. Ella dice que jamás se metió en los temas de gestión, yo agregaría que tampoco tuvo una licitación grande salvo una de comedores comunitarios de Desarrollo Social. Tenía microlicitaciones pero no macro como en la obra pública. También conoce a José Torello y a la mujer. Y también lo conoce a Pepín Rodríguez Simón.

Relataste que con Pepín, enemigo de Angelici y Cristóbal López, trabajó a la par en temas del juego, en especial con el convenio de la Ciudad con Cristóbal que Macri no denunció durante años, prácticamente hasta el fin de su gestión porteña.

En 2013, el macrismo presenta una addenda al polémico convenio del juego por el cual se suspendía el pedido de cobro de Ingresos Brutos a cambio de subir el canon para la Ciudad. En medio de ese muy polémico convenio,  como vicejefa, Macri le pide especialmente que hable con Pepín, para que le explique cómo era el sistema para poder defender ese proyecto de ley. Ahí empieza el vínculo de ella con Pepín. En líneas generales, con los Newman Boys siempre tuvo una relación distante, sabe que son los mejores amigos de Macri.

LPOJuan Casas

¿Por qué la distancia con Caputo?

En 2011, Caputo juega fuertemente para que el candidato a vicejefe fuera Santilli y no apuesta por ella. Y entre 2014 y 2015 Caputo era una de las principales voces a favor de explorar un acuerdo con Massa en la provincia de Buenos Aires. Esas dos cuestiones aparecen como centrales en la relación de Vidal y Caputo. A pesar de eso lo respeta y obviamente nadie se pelea con el mejor amigo del jefe. Hoy las fuentes cuentan que Caputo la respeta, pero que también cree que la gestión bonaerense puede opacar la buena imagen que  está teniendo.

El juego

Respecto del juego, hacés mención a Melitón López, el titular de Lotería de la provincia. ¿De dónde salió este hombre al que Vidal le dio tamaña caja?

Melitón López se sentaba atrás en las clases de la UCA a las que iba Vidal, que también se sentaba atrás pero porque era muy alta. Melitón era de la banda de los descarriados de la facultad, de los que hacían chistes. Después se hizo representante de jugadores. Vidal le dio el rol de estar al frente del Instituto de loterías y juegos de apuestas de la provincia, una de las mafias más difíciles de desentrañar en la provincia de Buenos Aires. En los primeros días de mandato, un emisario de una de las empresas del juego se le acerca a la gobernación y le ofrece 16 millones de pesos en concepto de sobresueldos para sus funcionarios, alegando que a diferencia de Ciudad y Nación, los sueldos en la provincia son mucho más bajos. Además le dice que es una caja que viene arrastrada de la gestión anterior. Ella le dice que no y que les avise a todos los empresarios del juego. La relación quedó tirante a tal punto que una de las primeras decisiones que toma es que no crezcan las salas de juego en la provincia.

¿Y por eso tiene problemas con Angelici, que entre otras cosas es lobbysta del juego?

Primero, Vidal reconoce que Angelici es un íntimo amigo de Macri, con lo cual no se va a pelear. En segundo lugar, Angelici se puso a disposición de Vidal en la campaña bonaerense cuando Macri le dice “nuestra candidata es Vidal”. De todas formas no tiene una relación cercana, no es de ir a tomar un café con Angelici y de hecho hay muy pocos hombres vinculados al Tano en su gabinete. Uno de los pocos es Christian Gribaudo, pero ella alega que a Gribaudo lo conocía mucho antes a través de Ramiro Tagliaferro.

Cuando hablás de Vidal como la cara visible en las crisis porteñas, en especial cuando Macri o Larreta estuvieron de vacaciones, decís que no le interesa tanto lo que sale en los medios sobre ella y que ella misma se escribe sus propios discursos. Sin embargo hay un equipo de comunicación detrás de ella. Entre ellos mencionás a Miguel Espeche. ¿Quién es este señor?

En primer lugar,  no leyó todas las crónicas de su victoria, bajo la lógica de no querer agrandarse. Eso debe tener mucho con sus más de 13 años de terapia –concurre una vez por semana-. Con respecto a la mesa de estrategia comunicacional de la campaña, que se armó para que ella arme sus discursos y se vea cómo iba saliendo en los medios, se sentaron Federico Suárez, que en ese momento iba en representación de Marcos Peña pero creo que hoy ya tiene un rol independiente respecto de Marcos; Pablo Avelluto, que fue muy importante en los discursos de Vidal y le decía que era, a diferencia del resto del PRO, una “plebeya” de clase media baja que tenía que recorrer la provincia con una mirada de la pobreza absolutamente distinta a la que tiene la sociedad sobre el PRO; también estaba Julieta Herrero, directora general de discurso; y también estaba Miguel Espeche, que es un psicólogo, actualmente columnista de grandes medios. 

Es un tipo sumamente inteligente que lo llevó otro hombre clave de esa mesa que es Alejandro Rozitchner. A Rozitchner se le ocurre que como parte de esa mesa, que se reunía aproximadamente una vez por mes, en el despacho de ella o en algún que otro lugar a comer sandwichitos, llevarlo a Espeche para el tema de resolución de conflictos: cómo Vidal abordaba en los medios ciertos conflictos que se le podían presentar en la campaña. En esa mesa surgieron varias ideas, por ejemplo la que repetía Vidal: “Hay mucho macho del Conurbano preocupado”.

Uno de los capítulos habla de la cuestión estética de la campaña de Vidal, que llegó a bajar 19 kilos. Macri, a veces despiadado con sus subordinados, le regaló una cinta de correr.

En la campaña de 2011 Macri vio que ella no estaba con mucho tiempo para hacer deporte, ella ya venía de hacer una dieta bastante estricta con Cormillot, por la que adelgazó más de 15 kilos. Y en un momento Macri, que es un obsesivo con los temas del deporte, de la vida sana, le regala una cinta para caminar y el hermano de Vidal, Nicolás, se la instala en su casa. La usó un tiempo pero ahora creo que está en desuso.

Vidal de niña (foto aportada por el autor del libro)

Enemigos

Carolina Stanley aparece en todo el libro como la heredera de los espacios que va dejando Vidal en su ascenso. Le dedicás un apartado a la pelea por la sucesión en Desarrollo Social en 2011, cuando Stanley le gana la pulseada a otra integrante del Grupo Sophia, Soledad Acuña. ¿Acuña puede mencionarse como una de las enemigas de Vidal?

Sí, Soledad Acuña quería ser ministra y Vidal no confiaba en ella. Porque creía que no estaba capacitada, que no era una persona que iba a administrar bien los conflictos. A tal punto que Vidal le plantea a Stanley que o bien se hacía cargo del ministerio o ella iba a tener que hacer los dos roles a la par, el de vicejefa y el de ministra de Desarrollo Social. Nunca estuvo en los planes de Vidal tener a Soledad Acuña como ministra de Desarrollo Social. La relación entre ellas quedó muy resentida, no volvieron a ser amigas, a pesar de que Soledad Acuña fue jefa de Vidal en la Legislatura porteña entre 2003 y 2007. Y hablábamos de la desconfianza de Esteban Bullirch y Vidal: cuando se quedó afuera de Desarrollo Social, Acuña fue rescatada por Bullrich que la llevó como subsecretaria de Inclusión Educativa, un invento, y después termina como su sucesora en el ministerio de Educación porteño.

En Sophia, Vidal era considerada como una jefa poco amigable. Después como ministra tuvo encontronazos con sus empleados. En el libro mencionás dos cruces con el actual legislador José Luis Acevedo, un funcionario que no tuvo un buen paso por Desarrollo Social y que en el relato es definido como “pelotudo” por la propia Vidal.

Hay varias anécdotas vinculadas con Acevedo, un peronista de la comuna 13 cuya profesión es psicólogo. Con Acevedo tuvo muchos problemas como ministra, cuando él era subsecretario y tenía a cargo temas delicados como los desalojos y la atención inmediata (el BAP, Buenos Aires Presente). Hubo dos momentos en los que ella se enoja mucho con Acevedo. Uno fue en el Parque Indoamericano, cuando Sergio Berni como viceministro nacional se le acerca a Acevedo bajo la idea de que “somos todos peronistas”, lo manda a recorrer en helicóptero, lo sube al camión y le dice “José Luis, si firmás 500 viviendas estos se soluciona”. Le llega a Vidal que Acevedo estaba hablando mucho con Berni, se desespera y le manda a decir a Acevedo: “Por favor, que este no firme nada”.

Jorge Macri se la pasó boicoteando la campaña de Vidal a gobernadora 

La otra anécdota con Acevedo es uno de los episodios más tenebrosos que tuvo ella como ministra, en el 2010, cuando se muere un bebé en un bajo autopista, a pesar del Operativo Frío. Vidal llama una reunión de su gabinete urgente. Quien tenía a cargo el tema era Acevedo y un director general que había puesto él. Le pregunta “José Luis, ¿qué pasó?”. Acevedo comienza una explicación, diciendo que se les pudo haber escapado, y en un momento de su explicación habla de la “amplitud térmica”. Vidal se enfurece, y le dice “José Luis, dejá de mentirme”. Terminó eyectado de la estructura de Vidal.

Con Jorge Macri tuvo muchos problemas en la campaña bonaerense, porque el primo le boicoteaba su desembarco en la provincia y paradójicamente terminó como su jefe de campaña.

Es curiosa la parábola de Jorge Macri, como creo que la parábola en general de su carrera política. Durante todo 2014 Jorge se la pasó boicoteando la campaña de Vidal a gobernadora. De hecho en el libro se cuentan algunas de las cosas que decía Jorge: la denostaba, decía que necesitaba un GPS para conocer la provincia, no sólo no confiaba en ella sino que se ocupaba además de hacerle actos paralelos. Vidal armaba un acto en Pinamar y el armaba un acto a la misma hora en Lanús. Con lo cual, Jorge Macri fue realmente un obstáculo.

¿Y cómo llegó a ser su jefe de campaña?

Yo creo que ahí los unió el espanto, que fue Emilio Monzó. En ese momento Vidal estaba muy enfrentada con Monzó y termina haciendo un acuerdo con Grindetti y con Jorge Macri por dos razones: primero, Mauricio quería darle un rol ejecutivo a Jorge, que pedía un rol si no iba a ser candidato; y segundo, el enemigo que en ese momento era Monzó. Vidal se quejaba mucho de que Monzó no le avisaba las jugadas que iba a hacer, con quienes cerraba acuerdos. Monzó decía “si yo le avisaba a Vidal no tenía impacto el acuerdo”. Con lo cual esa relación se resintió mucho.

¿Cómo es la relación de Vidal con el ministro del Interior? Algunas versiones hablan de roces con el equipo de Frigerio.

Hubo bastante tensión con la planta baja de Casa Rosada –donde está el despacho de Frigerio y sus colaboradores-. En un comienzo, en lo respectivo a la obra pública, había quejas de algunos ministros de Vidal sobre la falta de fondos. Creo que eso se fue corrigiendo. Pero también hubo quejas sobre algunos funcionarios que trabajan en el ámbito de Frigerio, vinculados a críticas sobre el cierre que hizo Vidal con Massa para manejar la Legislatura bonaerense. Eso resintió un poco la relación de Vidal con Frigerio, que hoy está en un buen vínculo.