Susana Malcorra quedó atrapada en una remake de la guerra fría que le complicó su llegada a la Secretaría General de Naciones Unidas.

La canciller argentina, candidata a suceder al coreano Ban Ki-Moon, quedó en un lejano octavo lugar en la primera votación informal, que si bien es confidencial, trascendió ayer en los medios del mundo. El portugués Antonio Guterres quedó primero en esa votación.

Guterres resultó elegido por 12 de los 15 miembros y fue el único que no tuvo votos en contra. El portugués parece número puesto porque fue durante una década y hasta el año pasado el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), un tema en boga en la geopolítica.

Malcorra es resistida por Rusia que ve en la canciller argentina una candidata de la saliente administración demócrata del Departamento de Estado.

En la votación, cada embajador, acompañado de un solo diplomático, debe asignar a cada candidato las menciones "Respaldar", "Desalentar" o "Sin opinión". Pero sólo cuenta con un veto y dos votos positivos a disposición.

En esta primera votación, Malcorra recibió el veto de Rusia, que se opone a la argentina por el respaldo que ésta tiene del gobierno saliente de Estados Unidos. El Departamento de Estado norteamericano eligió a la canciller argentina como su candidata y motivó el rechazo de los países de Europa del Este. 

Como parte de esta confrontación, EEUU vetó a los candidatos del Este europeo, región que en la previa parecía correr con ventaja para colocar al nuevo secretario general.

El portugues Antonio Guterres.

Quien cuenta con mayores chances detrás de Guterres es el ex presidente de Eslovenia, Danilo Turk, quien recibió 11 “respaldos”. Más atrás quedaron la búlgara Irina Bokova, el serbio Vuk Jeremic y el macedonio Srgjan Kerim.

Malcorra se las había ingeniado para quitar de la carrera a la mexicana Alicia Bárcena, titular de la Cepal, en un acuerdo con el presidente de México, Enrique Peña Nieto, anticipado en exclusiva por LPO.

La postulación de la costarricense Christiana Figuerez, desbarató la jugada de Malcorra de ser la única postulante de Latinoamérica y debilitó su posición.

El objetivo de la canciller argentina era quedar como la única postulante de Latinoamérica para darle mayor volumen a su candidatura. Sin embargo, a último momento se postuló la costarricense Christiana Figueres, ex secretaria ejecutiva de la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático, y eso le jugó en contra a la argentina.

Pese al revés de ayer, Malcorra aún no quedó fuera de carrera y en el Gobierno recuerdan que Ban Ki-Moon, que será recibido por Macri el 7 de agosto, fue elegido tras siete votaciones.

Tal como sucede en la elección del Papa, los diplomáticos con voto en la ONU pueden realizar varias votaciones antes de llegar al humo blanco y en cada nueva votación negocian cargos y resoluciones para las diversas regiones. Es en ese contexto en el que en el Gobierno argentino no descartan que Malcorra pueda terminar acordando otro cargo en la ONU y deje de todos modos la Cancillería.