Mauricio Macri quiere que Daniel Vila y José Luis Manzano desistan definitivamente de meterse en el negocio de la telefonía celular, y habiliten al Gobierno a entregarle el espectro de 4G a la multinacional AT&T, que estaría interesada en convertirse en el cuarto actor del negocio.

Para entender la pelea hay que remontarse a septiembre del año pasado. Cristina Kirchner, a través de la Autoridad Federal de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, dejó sin efecto la adjudicación de las frecuencias de 4G que había otorgado a Arlink, una firma del grupo Vila-Manzano. La AFTIC argumentó que Arlink nunca había pagado los 506 millones de dólares que había ofertado en la licitación, y transfirió el espectro a la estatal Arsat.

Pero los empresarios mendocinos no se quedaron cruzados de brazos y solicitaron a la Justicia que la medida de la Aftic quede sin efecto hasta tanto se resuelva un reclamo anterior contra el Banco Central kirchnerista, por no haberles habilitado el giro de dólares para levantar el concurso de Supercanal, su firma más importante. Un juez de Mendoza les dio la razón y dictó una cautelar, dijeron fuentes del Grupo Uno a LPO.

Vila y Manzano argumentan que el grupo dispuso de los pesos necesarios para saldar 104 millones de dólares a sus acreedores (el fondo buitre Golden Tree)y levantar el concurso de Supercanal, lo que necesitaban para acceder al financiamiento extranjero y pagar las bandas de 4G. Pero el Banco Central no autorizó el giro de los 104 millones de dólares, y sólo entregó unos 40 mil dólares diarios. Conclusión, no pudo levantar el concurso de Supercanal y se les cayó el financiamiento.

Ese financiamiento provendría de bancos chinos, en un acuerdo que contemplaba que dos empresas de China (Huawei y China Mobile) aportarían la tecnología a Arlink. Se sabe, China aporta el financiamiento con la condición de que sus empresas (que al igual que los bancos son manejadas por el Estado) participen del negocio.

La jugada de Macri

Con esa cautelar vigente, ahora el Grupo Vila-Manzano sostiene que hasta que la Justicia no se expida sobre la cuestión de fondo (la negativa del BCRA a entregar los dólares para levantar el concurso), todavía mantiene derechos sobre el espectro de 4G que Cristina le sacó, y por lo tanto no puede volver a licitarse o entregarse a otro firma, sea Arsat o un privado.

Pero Macri no quiere saber nada con esa traba judicial y ya ordenó avanzar para que el espectro tenga nuevo dueño. Según supo LPO, apenas asumió como jefe de Estado le mandó a Vila un emisario con un mensaje claro: “El presidente pide que entregues la banda de 4G”. A Vila no solo le cayó mal el mensaje, sino que también que Macri se lo haya hecho llegar con un emisario. La respuesta fue negativa.

Incluso, el Gobierno intentó presionar a Vila a través del Enacom, amenazando con ejecutar una garantía por incumplimiento, por unos 20 millones de dólares. Al mendocino no le tembló el piso porque eso está en manos de una aseguradora, que además considera que la póliza está vencida.

El apuro de Macri respondería a la idea de entregarle el espectro a la multinacional AT&T, según dijeron fuentes del Gobierno. AT&T es un gigante del mercado de las telecomunicaciones que desde hace dos años empezó a invertir fuerte para hacer pie en Latinoamérica. El primer paso fue la compra de la mexicana Iusacell.

Con esto, Macri lograría por fin el ingreso de un inversor extranjero de peso, en una jugada similar a la que pretende habilitar el desembarco de Turner en la televisación del fútbol, y también en el de la TV abierta. Las dos jugadas tendrían una misma víctima: el Grupo Clarín.

El multimedio argentino, además de pretender quedarse con el fútbol, también quiere ganar el espectro 4G con Nextel, la empresa que compró el año pasado. Actualmente, Nextel tiene un porcentaje muy acotado del mercado de la telefonía celular, y los especialistas coinciden en que su única manera de crecer es a través del 4G. En su momento, Clarín había intentado quedarse con el espectro a través de Cablevisión, pero no tenía posibilidad de acceder a los 500 millones de dólares necesarios. La Rosada quiere y necesita que Clarín no siga aumentando su poder.

En este contexto, Vila y Manzano pretenden que el Gobierno abra una negociación con ellos, porque se sienten perjudicados por las trabas que les puso el kirchnerismo. Saben, además, que no están en las mismas condiciones de hace unos meses, porque no saben si el financiamiento de China se va a reflotar.