La Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (Uipba), la Federación Económica (FEBA) y la Asociación de Industriales Bonaerenses (Adiba) se sumaron a la precupación manifestada por la Unión Industrial Argentina (UIA) por el impacto de la suba tarifas para el sector.

Las entidades coincidieron en la necesidad de "trabajar en forma conjunta en defensa de los intereses del sector industrial bonaerense", a la vez que expresaron su preocupación por "los aumentos de las tarifas eléctricas que afectan la supervivencia de las industrias pymes de la provincia de Buenos Aires".

"Estamos preocupados por el impacto del incremento de tarifas. Esta noche se reúnen los 69 miembros de la junta. Y mañana, junto con Adiba y FEBA lanzamos una encuesta sobre la base de la metodología desarrollada por nuestro centro de estudios económicos", dijo el titular de Uipba a LPO.

Recientemente la UIA señaló que estimaban 7.00 pymes con dificultades que ponían en riesgo hasta 200.000 puestos de trabajo. Y aunque la Uipba aun no tiene números, Reale señaló que en breve tendrán más detalles: "Nuestra intención es tener precisiones de las razones del malestar y a generar un diagnóstico sobre datos cuantitativos." 

 La preocupación es por el "aumento de costos" que se viene produciendo en el sector, a partir de los incrementos de tarifas y la suba de los costos de financiamiento en un contexto en el que se reducen los ingresos por el estiramiento de los plazos de pago. "Toda la cadena de proveedores del circuito automotor está complicada. Y esta sí que es una cadena larga. La obra pública fue detenida y detrás de ella todas las industrias proveedores de la construcción también tienen serias dificultades", agregó el representante gremial de los industriales bonaerenses.

Recientemente la UIA señaló que estimaban 7.000 empresas pymes con dificultades que ponían en riesgo hasta 200.000 puestos de trabajo. Y aunque la provincia aun no tiene números, Reale señaló que en breve tendrán más detalles: "Nuestra intención es pasar de esta primera instancia de percepción cualitativa de malestar y preocupación, a tener precisiones de las razones del malestar y a generar un diagnóstico sobre datos cuantitativos. No queremos ser bombardistas ni alarmistas, pero sí estamos precupados y queremos acercarnos a las autoridades provinciales con propuestas concretas para el sector".

Aun así, el diagnóstico debe ser sector por sector. Las agrupaciones reunen a los industriales bonaerenses de forma transversal. Y no a todos los sectores los afecta de la misma manera el incremento tarifarios. "A una fundición con hornos eléctricos o que se especializa en soldaduras esta suba del 500% la mató. La alimentaria y la metalmecánica, que también dependen enormemente de la energía en su estructura de costos, también están complicados" ejemplificó Reale.

"Desde el punto de vista de la industria es importante flexibilizar el ingreso de insumos que no se producen en el país, pero no la apertura ingenua. En un contexto en el que el mundo no está demandante sino que, por el contrario, varios países de la región están con necesidad de colocación de excedentes, la apertura puede atentar contra la continuidad de las fuentes de trabajo", explicó Reale. 

Con la tasa de interés de base en el 40%, financiarse para pagar los aumentos o los salarios es prohibitivo. Ya los empresarios no se manejan con descubiertos en el banco porque las tasas no baja del 70% anual. Y el mercado interno está recortando gastos, por lo que las ventas también caen y contribuyen a complicar el contexto para los industriales.

A estas problemáticas que señalaron los industriales de Uipba, FEBA y Adiba, se sumaron el alto peso fiscal sobre la actividad y "las restricciones en los planes de pago de AFIP que limitan y restringen el financiamiento de nuestras empresas" en el marco de “la caída de la actividad industrial” que preocupa a los empresarios.

A su vez, en un comunicado de prensa los industriales advirtieron sobre “la amenaza de una apertura importadora que perjudique a la industria nacional". Temen que para controlar los precios, el Gobierno opte por una apertura indiscriminada de las importaciones que atente contra el sistema productivo.

"Desde el punto de vista de la industria es importante flexibilizar el ingreso de insumos que no se producen en el país, pero no la apertura ingenua. En un contexto en el que el mundo no está demandante sino que, por el contrario, varios países de la región están con necesidad de colocación de excedentes, la apertura puede atentar contra la continuidad de las fuentes de trabajo", explicó Reale.