La directora interina de la Biblioteca Nacional, Elsa Barber, mantiene un polémico silencio ante la suspensión de todos los talleres creativos que se dictaban en la institución, con la orden de freezar el programa que aprovechan unas 700 personas por ciclo lectivo hasta que asuma Alberto Manguel, supuestamente a mitad de año.
La designación de Manguel sigue siendo un agujero negro en la gestión de Pablo Avelluto. El resonante anuncio no termina de encauzarse porque según comentan en el sector de Cultura se daría recién en junio o julio, aunque la confusión y la falta de información en la Biblioteca es total.
Por lo pronto, e incluso dos días antes de que el boletín oficial informara la designación de Barber, la gestión de Cultura del gobierno de Mauricio Macri clausuró los 19 talleres que se dictaban en la biblioteca: desde poesía, literatura, ajedrez, cuento latinoamericano, ópera, lunfardo y tango, entre muchos otros.
Más allá de la cuestionable medida, el método dejó perplejos a los docentes que, algunos, llevaban adelante sus clases desde hace más de diez años. Un empleado de la biblioteca llamó por teléfono a los talleristas para comunicar la decisión. No hubo razones, ni reuniones, ni una voz oficial que defendiera la decisión.
Al menos así lo describió ante LPO el docente a cargo del taller de poesía, Mario Sampaolesi, y fue ratificado por otras fuentes.
Porque son exitosos, los talleres ganaron continuidad aún después de otros cambios de autoridades, como ocurrió cuando Horacio Salas dejó la biblioteca a manos de Horacio González, a mediados de 2003. Sin embargo, los docentes y los alumnos sospechan que la actual gestión buscará barrer el programa, o bien cambiar el equipo de conducción de los mismos.
“Los talleres ya son un derecho adquirido, y sin ninguna razón nos los están quitando”, sostuvo Sampaolesi. “Hay además un aspecto social entre los alumnos y los cursos, se establecen vínculos con la biblioteca y no está bien que esto se termine”, expresó el poeta y traductor, autor de Cielo primitivo (1981); La belleza de lo lejano (1986); La lluvia sin sombra (1992), entre otros títulos.
“Intuimos que esta medida arbitraria de ‘suspensión’ significa en realidad ‘finalizado’, y queremos saber cuáles son las razones para hacerlo. Estoy comprometido con el taller y me parece que tengo derecho a que me den un argumento válido para el cambio. Si es que fuera que quieren cambiarlo. Por ahora son elucubraciones, no tenemos certezas porque hay un silencio total”, siguió Sampaolesi.
El jueves, alumnos del taller de poesía elaboraron un petitorio con firmas para reclamar la continuidad del curso. Lo llevaron a mesa de entrada y a la oficina de la directora. Dos alumnos fueron a pedir un minuto de conversación con Barber, pero una secretaria suya les avisó que la funcionaria estaba ocupada.
Los docentes firman un contrato anual y facturan como monotributistas. Los contratos se renuevan año a año y rigen desde abril a diciembre. Cobran cerca de 2500 pesos, por la clase semanal de una hora y media que brindan.
Este martes, los alumnos de Poesía volverán a reunirse en la biblioteca para pedir por la continuidad del curso y del resto de talleres.
Por favor no corte ni pegue en la web nuestras notas, tiene la posibilidad de redistribuirlas usando nuestras herramientas.
¿Derecho adquirido en un ámbito cultural anche político? Usted está sangrando por la herida.
Seguramente, tratándose de una persona culta como usted, no debería desconocer que acá no se trata de derecho adquirido, sino de cuestiones de agenda política. No puede desconocerlo.
Aclaro que no acuerdo en absoluto con la política cultural del PRO...pero bien sabía, estimado señor, que esto podía pasar. Lo lamento en el alma por su ingenuidad.